Ignorada.

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Me fue monumentalmente difícil pegar un ojo en toda la noche.

Mi madre y abuelos salieron de casa para ir a una reunión familiar, a la cual inmediatamente deseché la idea de ir después de todo lo ocurrido ayer.

Fingí malestar y me inventé le excusa de que como anoche había hecho frio, estaba enferma. Me creyeron sin dudar y luego de explicarle a mamá que lo que tenía en la frente se debió a una caída bailando, se rio en estruendosas carcajadas y se fue.

Sentía que todo lo ocurrido ayer había sido una pesadilla. Nada parecía real y la sensación me arrastraba a un oscuro y profundo hueco que me sumía en depresión lentamente.

Ya me había tomado mis respectivos medicamentos y sin embargo sentía que el efecto era menor que como de costumbre.

Después de pasearme todo el día en pijama y comer comida recalentada de la semana, me dediqué a ver películas y leer; cualquier cosa que alejara mi mente de ese espantoso e incesante monstruo que es la depresión.

La psicóloga me pidió que en estos casos me mantuviera alejada del teléfono o las redes sociales, que solo empeoraban mi ansiedad. Y así hice.

Pero cargué todo el día mi teléfono esperando un mensaje o llamada de cualquiera de mis amigos. Fue en vano ya que estaba anocheciendo y nadie aparecía.

Aquí es donde me sentía terriblemente sola. Era el hecho de saber que yo no era responsabilidad de nadie, pero entender que a voluntad propia ninguno de mis siete amigos me buscó.

¿O debería decir seis amigos?

Porque definitivamente esto cambiaba el panorama de mi amistad con Mia.

Mi teléfono sonó con ese tono en particular que le había colocado a él para no tomarme la molestia de abrir sus mensajes.

Olvidé mencionar que la única persona que no paraba de escribirme era Fletcher. E irónicamente era él ultimo de quien quería saber.

Esta mañana, con el particular dolor de cabeza de mi resaca, y completamente sobria, me dieron ganas de tomar a mi reflejo en el espejo y ahorcar a esa Kelsey de anoche que se dejó llevar bajo las garras de Alex Fletcher.

"¿Es que eres tonta o qué?" Me había regañado a mí misma en voz alta frente al espejo.

Mi comportamiento, mis palabras, hasta nuestras miradas... Dios, no. Todo era impropio de mí. Jamás hubiera actuado de esa forma con Alex en otras condiciones. Lo que más quería era mantenerme alejada de alguien como él.

Gruñí cuando volvió a sonar el tonito y tomé el teléfono para decirle cuatro cosas a Fletcher.

¿Quién sabe qué burla o chiste de mal gusto tendrá contra mi ahora?

Pero la Kelsey lista para pelear se llevó una gran decepción.

Idiota: Vamos blancura, tu misma lo dijiste: la gente rota es todo menos frágil. Y tengo la impresión de que tú también estás rota. Así que si eres tan frágil como una bomba ¿Por qué no explotas de una vez? – 4:27 am.

Fruncí el ceño. Esperaba que milagrosamente él olvidara mis palabras de ayer.

Idiota: Esta bien. Lo siento, es solo que cuando te fuiste te veías muy triste. -4:40 am.

Idiota: Solo quiero saber si llegaste bien a casa. – 5:30 am.

La bipolaridad de este chico era proporcional a su gigantesco ego.

Idiota: ¿Sabes que Chris está dormido en el techo del cuarto de James? – 6:28 am.

Idiota: De acuerdo, llegué a casa, pero puedo asegurarte que Chris está bien. James lo metió a su habitación. – 8:21 am.

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