Lo único que se escuchaba era mi respiración forzosa. Sentía como el aire me empezaba a faltar en los pulmones producto de los nervios que me carcomían. Mis manos volaban hacia adelante y en distintas direcciones buscando tocar algo o a alguien, pero necesitaba desesperadamente sentir un interruptor o algún instrumento que me brindara luz.
Necesitaba luz. La oscuridad a mi alrededor me invadía, el cosquilleo en mi cuerpo exteriorizaba miedo irracional; justamente el único sentimiento que tenía presente. No veía mis pies, mi cuerpo, ni mis manos aunque las colocara frente a mi rostro. Tenía mi mayor temor frente a mí; la oscuridad.
No podía más con la desesperación, me abracé a mí misma y comencé a llorar. Me agobiaba oír solamente mi respiración y mis sollozos. De repente escuché unos pasos, fuertes y lentos, estaban acercándose. Giré sobre mi cuerpo intentando distinguir algo entre esta masa negra, pero no lo lograba, y los pasos cada vez estaban más cerca logrando que titiritara de la preocupación.
-Tranquila.- dijo lenta y claramente tras de mí.
Contuve la respiración cinco segundos en los que me calmé al oír su voz. Agradecí al cielo de no estar sola y de que fuera él el que estaba ahí conmigo. Volteé y a centímetros de mi rostro se encontraba el suyo. Con un leve rayo de luz que solo lograba iluminar su ojo mirándome fijamente y sin expresión.
Todo el miedo que me inundaba desapareció. Solté mis brazos a mis lados con lentitud y él me tendió su mano, la tomé y me jaló en su dirección hasta enrollarme completamente en sus brazos. El calor de su pecho calentó mi alma. Recostarme de su hombro en medio de mi considerada tempestad, me hacía sentir que no podía estar más segura. Su fragancia invadiendo mi nariz era una droga que llegaba directo a mi cerebro, tocando cada neurona, cada sensor y neurotransmisor, invadiéndome de una paz que no me podía dar nadie más que él con su mera presencia. Deslicé mis manos por su espalda y luego las baje hasta su abdomen, subí apoyándolas finalmente en sus hombros y me separé poco a poco de él con mis ojos cerrados. Ansiaba ver los suyos. Pero cuando me separé ya no era él.
Abrazaba a Mia.
Mis cejas se unieron casi formando una sola, me separé como si su tacto me quemara. Ella me miraba sin ningún rastro de expresión en su cara, indiferente y atemorizante. Solo se hallaba de pie ahí, bajo una muy tenue luz iluminándola. Intenté pronunciar su nombre pero mis labios se movieron sin emitir sonido. Quería irme de allí, su presencia me daba pavor. Caminé alejándome hacia atrás y choqué contra el pecho de alguien. Volteé rápidamente y quedé frente a frente con Nick que se encontraba en el mismo trance que Mia.
Miré en otra dirección y vi a Chris. En otra a Adam, y así fui viendo a Mike, Andrea, Ella, Haley, Nora y las personas que más frecuentaba ver en mi día a día. Todos me rodeaban formando un círculo. Como no hacían ni un ruido me quedé estática en medio de ellos respirando forzosamente.
Y fue donde todo empeoró.
De la nada me empezaban a gritar cosas ininteligibles mientras se acercaban a mí y me acusaban de distintas cosas. Seudónimos y adjetivos negativos hacia mi persona retumbaban en todo el lugar, como si provinieran de unos enormes parlantes; era ensordecedor. Agudicé mi oído mientras la ansiedad por salir de ahí me comía viva.
"Eres una estúpida, me cambiaste"- decía Mia.
"Te pasará lo mismo"-Hablaba Nick.
"Te quedaras sola"- dijo otro.
"No podrás con esto"
"Eres muy poca cosa"
"Eres tan fea"
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Drug
RomanceLa vida siempre se conforma por varios factores, y personas especifica y delicadamente elegidas por nosotros. Decidimos quienes componen nuestra felicidad, a quien amar y darle un sitio en el corazón que, ademas de regalárselo para cuidarlo, te brin...