Nick.

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(En multimedia Nick)


-Muchacho, esta sería la cuarta vez que la reviso en las últimas dos horas. Estará bien. Tiene un historial de colapsos como estos registrados. Solo esta desmayada.

La enfermera hablaba en tono impaciente pero compadecido. Me lanzó una última mirada antes de pasar por mi lado llevando un montón de instrumentos clínicos. Yo suspiré obligándome a calmarme.

"Historial".

Kelsey no tenía por qué tener uno.

Estaba asustado hasta la médula. Me asomé nuevamente por la ventana que separaba a Kels, acostada en su camilla, perdida en un profundo sueño, y de mí. En el largo pasillo del hospital con personas ocasionales que pasaban a mi lado.

Pude haber evitado esto. Eso creo. Pero ¿Qué pude haber hecho?

Tenía hasta un moretón en su mejilla que se había hecho quien sabe dónde. Me costaba hasta respirar mirarla en ese estado.

Tuve pequeños infartos cuando me entere de sus "Supuestos" secuestros. De cierta manera mantenía la calma por dos motivos; el primero es que cuando llegábamos al hospital ella se encontraba ya en buen estado, consciente y sonriente, como es ella todo el tiempo. Y el segundo y más importante, porque nunca coincidía con Alex. Me invadía una furia indescriptible saber que ella estaba en sitios como estos por culpa de él.

Me contuve hace unas horas por que la llevaba en brazos y mi único objetivo era asegurarme de que estuviera bien. Si no...

Kelsey comenzó a mover su cabeza hacia un lado. En dos segundos me encontraba junto a ella y tomando su mano con las mías. Mi corazón latía fuertemente y solo podía observar todos sus movimientos.

Dos enfermeros entraron para asegurarse de su estado. Después de preguntarme como se encontraba y contestarles que un poco inquieta, uno de ellos, el rubio, se acercó a los monitores y el otro enfermero, que era más pequeño y de cabello oscuro tomaba nota en una libreta. El primero se acercó a ella para revisarla abriéndole los parpados con sumo cuidado. Yo me alejé lo suficiente para que él continuara con la evaluación, pero sin soltarla.

El doctor estaba a punto de revisarle el otro ojo cuando Kelsey pegó un respingo y se aferró a mi mano. Casi se cae de la camilla.

-¡Ethan! ¡No!- se tomó con fuerza de mi mano, tanto que casi dolía.- ¡No! ¡No! ¡No! ¡Ayúdenme!- sus jadeos eran desesperantes y comenzó a llorar y gritar desenfrenadamente.- ¡Por favor!

Ella apretaba los parpados con fuerza como si intentara despertar de una pesadilla y daba patadas como loca.

Los enfermeros intentaron calmarla, uno tomándole de las piernas y el otro por los brazos.

-¡Señorita cálmese!- le rogó el rubio.

Los ojos de Kelsey casi se salen de su órbita al verlo.

-¡Ethan no!

-¡Hey, Hey!- la tomé del rostro y la obligué a mirarme.- ¡Kelsey! Estoy aquí... no pasa nada.

Ella, con la boca entre abierta, se apaciguó al verme. Se detuvo y su pecho subía y bajaba con rapidez.

Una vez quedamos frente a frente me di cuenta que me encontraba a centímetros de su rostro pero no me importó. No tenía ojos para nada más y me alivió de sobre manera darme cuenta de que a ella al parecer tampoco y que mi presencia la tranquilizó.

Me partió el corazón cuando comenzó a llorar y yo la abracé con sumo cuidado. Las palabras estaban de más en estos momentos y esto era lo que más necesitaba; tenerla en mis brazos y que se sintiera completamente segura.

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