"Las desilusiones te hacen abrir los ojos y cerrar el corazón." – Marylin Monroe
Después de quedarme unos minutos más viendo hacia afuera, por donde se fue la pequeña Alice, decido ir a la oficina de administración para firmar mi salida por hoy. Esta queda en el quinto piso, así que tomo el ascensor. Cuando las puertas de este se abren, dentro se encuentra el doctor Méndez y el doctor Johnson. Ambos me dan un saludo cortés.
– Hiciste un gran trabajo, Ana. Serás una excelente enfermera – comenta el doctor Méndez. Le sonrío en agradecimiento y le doy las gracias. Entonces, el doctor Johnson habla, sorprendiéndome:
– Me gustaría que un día te pasaras por mi oficina, señorita Callaway. El doctor aquí presente me ha hablado mucho de ti.
Los miro asombrada a ambos, porque no me esperaba esto. El doctor Méndez se ríe al ver mi expresión.
– Me gustó trabajar contigo, pero me pareció buena idea que tengas otro tipo de experiencia – explica.
– Eso es muy amable de su parte, de verdad – digo. Él asiente.
– Entonces, Ana, ¿trabajarás conmigo? – pregunta el doctor Johnson. Lo miro y asiento efusivamente.
– Claro que sí, me encantaría. Solo me gustaría que entienda que aún estoy estudiando, doctor – le comento. Él asiente y dice:
- No te preocupes. Méndez y yo ya habíamos hablado de eso, pero como él te dijo a ambos nos pareció buena idea que comiences con algo nuevo.
– A mí también me parece una muy buena idea – digo graciosa. Ambos doctores se ríen.
– Sabes cuál es mi especialidad, ¿no? – me pregunta Johnson. Niego, al darme cuenta que en realidad no lo sé.
– Mi colega es oncólogo, Ana – responde Méndez. Bueno, pero qué sorpresa. Es algo grande, pero necesito tomar experiencia. Una sonrisa comienza a formarse en mi rostro, hasta que un recuerdo llega a mí.
Recuerda que tienes una visita pendiente al doctor Johnson, le había dicho el doctor Méndez a Caitlin y ese comentario la hizo ponerse nerviosa. ¿Por qué?
- ¿Ana? – oigo que me llaman y siento como alguien toma mis brazos.
- ¿Señorita Callaway? – escucho otra voz. Luego una luz directa a mis ojos me hace parpadear, volviendo a la realidad.
– Oh, dios. Lo siento tanto. Recordé algo y... - dejo la frase inconclusa. Me encojo de hombros. Ambos doctores están mirándome preocupados. Lanzo una mirada tras ellos y me doy cuenta que hemos llegado al quinto piso, y que además, hay gente asomada en las puertas del ascensor. Cierro los ojos. Mierda, qué pena.
- ¿Segura que estás bien? – pregunta Méndez. Abro los ojos y asiento. Me alejo de ellos y abren camino para que pueda salir del ascensor. Me muevo fuera de él y unos brazos me arrastran hacia un cuerpo. Miro hacia el rostro de la persona reconociendo a Ellie, ella me da una sonrisa tranquilizadora. El doctor Johnson dice:
- Búscame lo más pronto que puedas en mi oficina y nos pondremos de acuerdo sobre tu horario.
Asiento y le sonrío.
– Sí, señor. Mañana mismo estaré en su oficina – le digo.
– Creo que deberías descansar, Ana. Este turno no fue nada fácil. Cuando te sientas mejor ve a arreglar tu nuevo horario, ¿entendiste? – exige Méndez. Lo miro asombrada por su tono, aunque sé que acaba de salir su lado médico y no el amigo que hice desde que entré a este hospital.
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TREASURE
Teen FictionTres preguntas definen esta historia: 1. ¿Podrías aceptar un secreto que guardaban de ti, dos personas que amas? | 2. ¿Serás capaz de olvidar el pasado, para empezar a amar de nuevo? | 3. ¿Lograrán sanar las heridas, para que estas no trasci...