"Si no le puedes contar la verdad a la gente que más te importa, al final, dejas de ser capaz de decirte la verdad a ti mismo." – Shadowhunters
Una vez me estaciono frente al edificio, sé que las lágrimas que venía derramando, se han convertido en pegotes de mugre. Debo verme horrible, pero joder, no es que me importe mucho. Me bajo y camino hacia la entrada. El guardia (no sé su nombre), no es el mismo de cuando vivía aquí. Sin embargo, él me reconoce y no dice ni mu, cuando me dirijo al ascensor.
- Ana - grita alguien. Me asomo fuera de la caja y veo a Kay y Lee corriendo en mi dirección. Ambas entran en el ascensor y oprimen el botón para que las puertas se cierren. Ellas me miran y sin decir ni una palabra se lanzan a abrazarme. Les devuelvo el abrazo porque lo necesito. Comienzo a llorar de nuevo y mis amigas lloran conmigo.
- ¿Qué hacen aquí? - les pregunto, cuando ya me he calmado un poco.
- Max nos llamó tan pronto saliste de la casa de la pequeña Alice - dice Lee. Al oír el nombre de Alice, mi corazón se resquebraja otro poquito; pero la rabia inunda mi cuerpo, cuando escucho el de Max.
- No quiero que me hablen de él.
- Lo sabemos. Él nos contó todo lo que pasó - Kay me mira apenada.
- ¿Y cómo sabían que estaba acá?
- Porque somos tus amigas y te conocemos muy bien, Ana.
- ¿Ustedes lo sabían? Lo de que Cameron tenía una hija.
- Por supuesto que no - responde Kay, frunciendo el ceño.
- Si lo hubiéramos sabido, te lo habríamos dicho. No hay secretos entre nosotras, ¿recuerdas? – Lee le da una extrañada mirada a mi otra amiga. Kay desvía la mirada y luego da un suspiro.
- Hay algo que tengo que darte - ella comienza a rebuscar en su bolso y saca una pequeña llave de metal.
- ¿Qué es eso? - le pregunto. Kay no aparta la vista de la llave, hasta que Lee le da un codazo.
- Esta llave te pertenece – Kay la extiende hacia mí, ofreciéndomela. La miro confundida.
- No entiendo, Kay. No tengo ni idea de dónde podría ser esa llave.
- Yo tampoco sé de qué es.
- Entonces, ¿por qué me la quieres dar?
- Unos días antes de que Cam muriera, él me la dio.
- ¿Te la dio? - mi voz tiembla. Otro secreto saliendo a la luz, no puedo con esto. ¿Qué más escondías de mí, Cameron?
- Sí, Ana. Me pidió que la guardara para ti, hasta que fuera el momento indicado. Y yo creo que ese momento es ahora.
- ¿Por qué hasta ahora?
- Ana, yo...
- Pudiste habérmela dado cuando murió, ¿por qué hasta ahora?
- Porque me prohibió dártela en su muerte. Solo me dijo que yo sabría cuándo dártela y lo sé ahora.
- Oh, por dios. No puedo creer que me hayas escondido esto.
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TREASURE
Teen FictionTres preguntas definen esta historia: 1. ¿Podrías aceptar un secreto que guardaban de ti, dos personas que amas? | 2. ¿Serás capaz de olvidar el pasado, para empezar a amar de nuevo? | 3. ¿Lograrán sanar las heridas, para que estas no trasci...