Capítulo 38

87 8 0
                                    

Habíamos llegado a Francia hacia 3 días y este sería el ultimo día que pasaría con los chicos. Mañana tenia que ir al aeropuerto para tomar el vuelo que me llevaría de nuevo a Estados Unidos.

Thomas me había citado en una plaza que se encontraba en el centro de Francia, cuando llegue el ya se encontraba allí con un ramo de flores.

-Hola -dijo alegre cuando me acerque a el.

-Hola -dije sentándome al lado de el en el banco.

-Para ti -me dio las flores y yo me sonroje.

-Yo también te traje algo -dije sacando los dulces que tanto volvían loco a Thomas.

-¡Ah! Mi pequeña adicción -dijo sacando las gomitas de osito.

-¿Para que me citaste aquí? -argumente mientras le robaba una gomita.

-Número uno, no robes mis gomitas, y numero dos, es una cita de despedida. Por así decirlo -dijo sonriendo algo melancólico.

-No tenias porque hacerlo -y le regale una sonrisa tranquilizadora.

-Pero yo quería hacerlo de todas formas -se levantó y extendió su mano -¿Quieres empezar con nuestra cita?

-Por supuesto -dije tomando su mano gustosamente.

Empezamos a caminar por los largos y anchos callejones de París. Esta ciudad tenía un toque mágico y especial. Nos detuvimos en frente de un chico de mas o menos nuestra edad. Thomas hablo con el y este le dijo algo que no llegue a escuchar, además este muchacho le entregó dos cascos a Thomas, y es cuando caí en cuenta que detrás del chico había una motocicleta al estilo antiguo y vintage.

-Nuestro transporte -dijo Thomas entregándome el casco.

-Que linda -me acerque a la motocicleta y pase mi mano por el asiento de cuero.

-El lugar al que vamos esta algo alejado de aquí así que necesitamos ir en moto ¿Subes? -dijo subiendo en la moto y encendiéndola.

Me puse el casco y subí detrás de el abrazándolo por la cintura. Thomas puso en marcha la moto y aceleró.

No dejaba de girar sobre mi misma para mirar a todos los lugares posibles, las fuentes que se encontraban en las plazas, la gente conversando en los cafés, y los niños que correteaban por todos lados con sus cometas.

Ni siquiera me di cuenta de que habíamos llegado a nuestro destino hasta que Thomas dijo que me bajara.

Cuando me quite el casco y pude observar mucho mejor el lugar en el que estábamos me di cuenta que nos hallábamos en un río, para ser mas específica delante de la entrada de un puente. No era el típico puente, este tenia colgado de los barrotes miles de candados de diferentes tamaños y colores.

Me volví para mirarlo y el sonreía tontamente mientras sacaba algo de la chaqueta que traía puesta.

-El puente de las Artes -dijo al notar que lo observaba.

-Es muy hermoso -dije observando los candados.

-¿Te sabes la historia? -dijo Thomas arrastrándome hasta este.

-No -dije mirando al río cuando ya estábamos ahí.

-Pues a este lugar vienen al año miles de parejas y enamorados a colgar candados ¿Y sabes por que? -yo negué con la cabeza- Vienen a jurarse amor eterno.

Amor eterno. Ahora lo entendía mejor. Mis mejillas ardían y mis manos sudaban a mas no poder.

-Los enamorados vienen aquí, sacan su candado, lo colocan en uno de los barrotes y arrojan la llave al río Sena. Los candados simbolizan el amor eterno. -dijo mirándome con ojos tiernos.

Mi Caso Perdido (Thomas Sangster)  (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora