Son las 7 de la mañana cuando me despierto. Peeta aún está dormido. Lo miro, se ve tan tranquilo mientras duerme. Mientras lo miro decido que quiero que el día de hoy sea especial para él. Sí, quiero demostrarle cuanto lo quiero. Así que me levanto de la cama con mucho cuidado de no despertarlo. Bajo a la cocina y busco algo del pan que Peeta había preparado el día anterior, en nuestra casa nunca falta el pan. Frito huevos y algo de tocino. Tomo unas naranjas y les saco el sumo, una jarra completa, están bastantes dulces. Busco algo para hacer un pequeño postre, así que saco algunas frutas de la nevera y un poco de helado. Cuando tengo el desayuno listo, subo a la habitación a arreglarme.
Peeta sigue dormido cuando entro a nuestro dormitorio. Entro en el cuarto de baño y tomo una ducha, me lavo bien el cabello y todo el cuerpo. Busco en mi armario uno de los vestidos de la colección que me envió Cinna antes del Vasallaje. Escojo un vestido naranja pálido,como el color del atardecer, el color favorito de Peeta. Puedo decir que el vestido resalta mis pequeñas curvas. Tomo unas sandalias blancas sin tacón. Dejo mi cabello suelto para que se seque al natural. Me miro en el espejo y siento que algo me falta y de inmediato sé que es. En un cajón de mi armario hay un pequeño regalo que me envió Effie hace algunas semanas. Es un pequeño kit de maquillaje, así que decido utilizarlo, igualmente lo había guardado para usarlo en ocasiones especiales, y esto es una ocasión especial ¿no?
Me maquillo muy poco, dada mi poca experiencia no quiero terminar hecha un desastre, pero algo se aprende mirando a mi equipo de preparación arreglarme. Aplico un poco de mascara para pestañas, un poquito de rubor, el más pálido de los 5 que hay en el paquete, creo que ese está bien y, un poco de brillo labial. Cuando me miro al espejo pienso que ya estoy lista.
Vuelvo a salir de nuestro cuarto y subo nuestro desayuno. Lo acomodo sobre una mesa que tenemos en el cuarto y me siento junto a Peeta en la cama esperando a que despierte. Me he tomado casi una hora preparando el desayuno y arreglándome, y pasan unos 10 minutos antes de que Peeta se despierte. Cuando abre los ojos y me ve a su lado sonríe, yo acaricio su cara.
-Buenos días, dormilón. ¿Cómo estás?
-Buenos días, Katniss. Estas preciosa ésta mañana.
Debo admitir que su comentario hace que me ruborice un poco, pero me alegra muchísimo que le guste lo que he hecho conmigo hoy. Yo no he parado de acariciar su rostro.
-He preparado el desayuno ¿Quieres desayunar?
-¿Has preparado el desayuno?-me dice él con una pequeña risa.
-Sí, el desayuno ¿quieres comer?
-Claro, tengo hambre.
Sonrió. Me levanto de la cama y me acerco a la mesa donde reposa nuestro desayuno. Gracias a Dios solo se ha enfriado lo suficiente. Lo tomo y lo acerco a la cama. Peeta lo mira y se ve que está sorprendido de lo que he preparado. Comemos los dos en la cama. A veces el me da la comida o yo a él. Cuando terminamos le digo.
-Arréglate, vamos a dar un paseo.
-¿Un paseo?
-Sí, un paseo, te espero abajo.
Le doy un beso en la mejilla y salgo de la habitación. Bajo las escaleras y lo espero sentada en el sofá de la sala. Recuerdo esos dos hermosos besos de la noche anterior. Me ruborizo de solo pensarlos. Fue un momento tan íntimo… Nunca había experimentado algo así con alguien, y me alegra al extremo saber que fue Peeta el que compartió ese momento conmigo. Espero ahí unos 20 minutos, cuando escucho sus pasos en las escaleras. Me levanto y volteo a verlo. Peeta se ha colocado unos vaqueros oscuros, zapatillas negras y una camisa verde. Sé que se la ha colocado porque el verde es mi color favorito. Eso me hace sonreír.
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La chica en llamas & El chico del pan ©
FanficDespués de que Panem ha sido liberado del gobierno de Snow. Katniss ha matado a la presidenta Coin y ha regresado a su casa en la villa de los vencedores en el Distrito 12, parecería que no volvería a sentir felicidad, pero la llegada de Peeta a la...