Capítulo 21

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Durante la noche, lo que dormí fue muy poco. Cuidar a Peeta y ver como su ojo mejoraba, me mantuvo en vela. Además era algo fascinante verlo dormir, podía admirarlo y ver todos sus detalles, sus largas pestañas doradas, sus perfectos rasgos, sus risos dorados cayendo por su frente. Ya en la madrugada el sueño me ganó y me quedé dormida.

Cuando me desperté en la mañana Peeta me observaba. Una sonrisa se formó en mis labios al ver su ojo mucho mejor.

-Hola-dije en un susurro.

-Hola. ¿Cómo dormiste?

-Bien. Tu ojo está mejor.

-Sí. Tengo a la mejor enfermera-dice Peeta acariciando mi mano.

-Hago lo que puedo-me acerco y le doy un pequeño beso en los labios-. ¿Estás despierto hace mucho?

-No mucho.

-¿Quieres desayunar?

-Desayunar suena bien, pero creo que tengo un plan mejor-se acerca a mí y me besa.

En su beso noto el agradecimiento y el amor que él siente. Le devuelvo el beso queriendo corresponderle todo ese amor que me transmite a través de sus besos.

-Es un excelente plan. Pero tiene que desayunar, señor Mellark. Está en recuperación-le digo con el tono de autoridad de una enfermera.

-Como usted diga, enfermera Everdeen.

Me levanto de la cama y salgo del cuarto camino a la cocina. De la forma más veloz que puedo preparo unos huevos revueltos con un poco de tocino, jugo de naranja, chocolate caliente y caliento algo del pan de Peeta. Cuando el desayuno ya está listo lo coloco en una bandeja para poder llevar todo de una sola vez al piso de arriba. Entro a la habitación y Peeta está en la cama mirando la televisión.

-¿Mirando las noticias matutinas?-pregunto sentándome a su lado en la cama.

-No hay nada nuevo o interesante. Por otra parte ese desayuno que preparaste se ve delicioso.

-Pues no soy una chef pero hago lo que puedo.

Desayunos juntos. Mientras desayunamos hablamos de las noticias que están mostrando. Peeta tenía razón, no hay nada interesante ni novedoso. Todo el país está tranquilo, no hay escases de nada en ningún distrito y eso me alegra. Lo que encontré más interesante de todo lo que hablaron en las noticias fue las noticias respecto a las decoraciones navideñas que han sido fabricadas en el Capitolio. Ahora que lo recuerdo, no tenemos nada de eso en casa.

-Creo que deberías evitar ir a la panadería unos días.

-Katniss, si es por lo del Gale… eso también sería dejar de ir a la ciudad mientras él esté aquí. No puede venir a estropear nuestras cosas.

-Sí, lo sé. Pero no quiero ni arriesgarme a que te toque otra vez. Quiero estar muy lejos de él mientras esté aquí en el 12.

-¿Entonces piensas que la solución es no salir de la casa hasta después de año nuevo?-su ceño estaba fruncido. A mí tampoco me agradaba la idea pero ¿qué más podía hacer?

-Pues… es que no sé cómo más mantenerlo alejado de mí y de mi familia-acaricio su cara esperando que su ceño se relaje.

-Pero es que esa no es la solución.

Y en ese momento algo en mi cabeza se iluminó. Si quedarnos encerrados en la casa no era la solución podíamos irnos lejos mientras Gale estuviera aquí.

-Vámonos entonces unos días.

-¿Qué?-la confusión cruzó su rostro.

-Vámonos al Capitolio unos días. Podemos comprar esas decoraciones navideñas que estaban mostrando en las noticias. Volveremos justo antes de navidad para pasarlo con Haymitch y Hannah. Pero quiero estar lejos de Gale, al menos por unas semanas. No quiero que te haga nada más.

La chica en llamas & El chico del pan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora