Cuando me despierto está de noche. Miro el reloj y marca las 9:35. No puedo creer que haya dormido tanto. Al girarme en la cama estoy sola.
-¿Peeta?—llamo sentándome en la cama pero cubriéndome con la cobija—¿Peeta?
No consigo respuesta. ¿Dónde está? Debería estar acostado aquí conmigo. Me levanto de la cama envuelta en la toalla y corro al baño. Tomo una rápida ducha con agua caliente y me dispongo a arreglarme. Cuando ya estoy terminando de ponerme las zapatillas se abre la puerta. Peeta.
-Oh. ¿Vas a algún lado?—pregunta cuando me ve.
-Iba a buscarte. No sabía dónde estabas.
-Fui por algo de comida. No desayunamos, no almorzamos, pensé que por lo menos debíamos cenar.
Deja sobre la mesita que esta junto a la silla una bolsa con comida.
-Oh.
-¿Por qué no te pones algo más cómodo y comes?—me dice mientras se quita los zapatos.
-¿Y tú?
-Ya comí en el restaurante. Te traje la tuya.
-Está bien.
Me coloco un pijama y me siento en la cama junto a Peeta. Empiezo a comer el sándwich que me ha traído mientras vemos algo de televisión. Después de comer coloco mi cabeza sobre su pecho a ver la televisión en silencio junto a él. Después de unos momentos no tolero más el silencio.
-¿Sabes? Hoy fue perfecto… gracias.
-No hay nada que agradecer, Katniss. Para mí también fue perfecto.
Nos damos unos pequeños y castos besos. Por más extraño que suene aún tengo sueño así que me acuesto en el pecho de Peeta mientras él se dispone a verse una película que están presentando. Inicio a vérmela pero el sueño me gana y me quedo dormida. Nunca sabré que paso con el General.
Cuando despierto en la mañana me encuentro con los lindos ojos azules de Peeta. Llevo un año despertándome al lado de este hombre y aún no me acostumbro a la linda sensación en las mañana.
-Hola—digo con voz de adormilada.
-Buenos días, dormilona. ¿Has descansado?
-Eso creo.
-Bien, porque hoy podemos ir a la playa, o a la ciudad, o a hacer lo que quieras.
-Estar contigo suena bien—digo abrazándome más a él pero nunca rompiendo nuestro contacto visual.
-Pero no podemos quedarnos todo el tiempo dentro del cuarto.
-Ok. A donde sea pero contigo.
-Bien. Entonces ve y toma una ducha para que vayamos a desayunar y después a la playa.
-¿Ya te has bañado?
-No. Pero yo me demoro menos que tú—me da un dulce beso en la nariz.
-Eres un tonto. De acuerdo—con una carcajada me levanto de la cama y me meto al baño. Tomo una ducha y salgo a la habitación. Tan pronto salgo del baño Peeta entra. Busco en mi maleta que ponerme, encuentro un lindo traje de baño que Effie me ha comprado. Es de dos partes, la de abajo tiene rayas blancas y rojas y la de arriba es roja con puntos blancos, es muy bonito, pero deja demasiado a la vista de muchos. Igual decido ponérmelo. Ya que vamos a desayunar primero me coloco encima un short blanco, una camisa sin mangas azul claro holgada, unas sandalias negras y en mi cabeza mis gafas de sol. Cuando termino de arreglarme, Peeta sale del baño completamente vestido. Lleva unos bermudas cafés, unas sandalias café claras y una camiseta blanca, en su cabeza una gorra negra y unas gafas de sol completaban su atuendo.
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La chica en llamas & El chico del pan ©
Hayran KurguDespués de que Panem ha sido liberado del gobierno de Snow. Katniss ha matado a la presidenta Coin y ha regresado a su casa en la villa de los vencedores en el Distrito 12, parecería que no volvería a sentir felicidad, pero la llegada de Peeta a la...