Navidad

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Octubre y la mayoría de noviembre pasaron sin ningún desastre mayor. La temperatura había empezado a bajar; los primeros copos de nieve caían por la noche, aunque no sé empezaban a acumular.
Elizabeth y yo habíamos decorado nuestra habitación, con algunas velas con aroma de manzana y canela, las encendíamos durante la noche, todas las mañanas traíamos ramas de pino frescas la habitación olía genial, olía a navidad estábamos realmente emocionados.
Por azares del destino estuvimos encargados del la de decoración del castillo. Como sea encontré a June y a Eli discutiendo sobre la decoración del gran salón.
—Yo creo que deberíamos colgar estandartes en el techo y encender el salón con velas—. Elizabeth se ofreció a ayudarme inmediatamente, se veía muy emocionada. Ahí fue donde caí en cuenta de lo mucho que le gustaba la navidad y decorar.

—Oye, deja de sacar ideas de películas mira esto será lo que haremos: colocaremos cortina en cada uno de los arcos intercalando entre rojo y verde, luego lo que haremos sea cubrir el pasillo con una alfombra dorada.
—Hola, Chicas ¿Qué hacen?—. Ambas me saludaron con una sonrisa.
—No nos podemos decidir sobre como decorar el gran salón tenemos planes muy distintos—. Elizabeth se acercó a mi sonriente y apoyo su cabeza en mi costado. Era muy diferente a cuando la conocí pero aún tenía ese carácter fuerte que la definía... Supongo que ya no le daba razones para pelear.

—Bueno les ayudaré a decidir, tienen sus planes apuntados. ¿no? Déjenme verlos.
—Aquí está el mío—. Era una carpeta amarilla nada impresionante pero su contenido era conciso.
—Muy bien muy bien está viable, tienes buen gusto June. Ahora veamos el tuyo Elizabeth—. Ella tenía un una cartulina enorme con muchos dibujos y bocetos tenía una letra impecable.

—Elizabeth, somos una escuela católica no Hogwarts—. Había olvidado que semanas atrás le había enseñado las películas de Harry Potter, nunca las había visto y quedó encantada con el comedor en navidad y en unas semanas había leído todos los libros y visto todas las películas.
—¡Awww! Hubiera sido genial ver así este salón—. Me hubiera gustado en realidad decirle que si, pero no me puedo dejar llevar por un par de ojos lindos.

—¡ja, ja, ja! Lo siento nos demandarían por derechos de autor-. Igual su humor no se afectó demasiado siguió sonriente arreglando las cosas para la decoración.
—¡ja! Te dije que no sería buena idea haremos mi plan, entonces—. June parecía feliz con esa decisión.
—Si, supongo que así será—. Elizabeth entonaba villancicos y seguía escribiendo en una libreta que tenía para los materiales que faltaban.
—Bueno chicas, yo iré por un chocolate caliente. ¿Quién me acompaña?—. En ese salón hacía mucho frío por ser tan amplio. Pensé que sería bueno mantenernos calientes y que mejor que con un buen chocolate caliente.
—Yo quiero ir—. Saltó June dejando lo que estaba haciendo. Se sujetó de mi brazo izquierdo.
—Me encantaría Pette, pero aún tengo, muchas cosas que hacer, vayan ustedes chicos—. Se veía muy concentrada pero se le habían enrojecido los pómulos y sus labios se habían descolorido un poco.

—Bueno te traeré un poco en el termo entonces. No quiero que pases mucho sin al menos tomar algo caliente. Este salón es algo frío—. Tenía un termo que había estado usando para ir a los establos todo lo que estuviese afuera.
—Si tú quieres por mi bien—. Elizabeth estaba ya acomodando algunas cosas de las mesas y guiando a los que colgarán las cortinas. Esta chica era rápida supuse que estaría bien sola.

—¡Vámonos ya!—. June estaba jalándome del brazo. Ya saben lo impaciente que puede llegar a hacer

—bueno ya está bien iré—. Comenzamos a caminar hacía la salida en cuanto cruzamos la salida comenzamos a platicar.
—ju, ju. ¿Qué está pasando entre ustedes dos?—. June podía ser muy intuitiva a veces y eso me molestaba.

—¿A que refieres?—. Estaba tratando evitar responderle aunque dudo que funcionara.
—Últimamente has estado muy atento con ella—, desvíe la mirada, —ya no pelean tanto es mas la mayoría del tiempo lo pasan ustedes solos—, seguía tratando de evitar responder no la veía a lo ojos, —a mí no me engañas el gesto que te hizo en el salón cuando llegaste no es algo que ella haga con cualquiera—, en este punto de nada valía seguir ignorándola. —el otro día los vi en el jardín conversando muy juntos.
—Debiste confundirnos con otras personas—. Estaba rojo como un tomate. No soy bueno mintiendo para nada.
—Si, ajá como si no te pudiera reconocer a la distancia y como sí hubiera alguien con ese par de ojos en toda la escuela.
—Si lo se es hermosa verdad—. Me tenía por estar tonteado me tenía caí en su trampa.
—¡Ja! Te atrape te gusta. ¿Verdad?—. Volví a voltear la mirada.
—No para nada tú inventas cosas sí no cambias de tema no te compraré chocolate caliente—. Me logré salvar por poco de más preguntas

Academia Divina(En proceso De corrección)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora