Paz al fin: la confesión de James

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Kioto, una ciudad hermosa llena de la majestuosidad del antiguo imperio nipón; la antigua capital había sido relevada como tal al principio de la era Edo por parte del emperador que paso la capital a Edo renombrada Tokio, que significa capital del este... Como sea esta ciudad es hermosa estaba en la en la región de Kansai lo primero que note es que la gente hablaba de manera extraña. Según Eli y June esto era normal en la región de Kansai pues era un acento diferente al de Kanto pero a mi solo se me hacia divertida la manera de hablar pues no entendía nada de lo que decían. Puedo hablar varios idiomas, entre ellos el galés e irlandés, también ruso pero esto era nuevo para mi y me encantó; decidí que empezaré a estudiar japonés.
Tengo gran habilidad autodidacta aunque lo tenga que decir yo aprendí a usar el arco yo solo aprendí artes marciales gracias a algunos libros.
Mi sangre anglosajona me llevó por supuesto a aprender idiomas británicos como lo son el galés y el escocés también leguas celtas como el gaélico y otras mas pero seré sincero hay dos idiomas que me fascinan y que gracias a mi habilidad he aprendido al menos a leer y a escribir son el italiano el cual aun no se hablar con fluidez y el español el cual aprendí a hablar gracias a mis viajes a España y ahora trabajo en quitarme mi acento... Amo Madrid es hermosa.
Como sea estoy divagando, queríamos salir pero el profesor Crane no nos dejaba hacerlo no hasta que Miguel dejara hacerlo. Estábamos en la habitación del profesor haciendo presión.
-Vamos, estoy aburrida quería ir por algo de takoyaki aquí a la vuelta y luego visitar Chitogeobba-sama para llevarle pastelillos y tomar el té-. June estaba muy impaciente quería
-Yo quiero comer takoyaki también. Quería probarlo-. Que demonios era el takoyaki, ni idea solo quería hacer presión no quería estar ahí más de los necesario.
-¡Ni hablar!-, exclamó el profesor exasperado, -Nos quedaremos aquí hasta que el ángel de la orden y luego iremos a casa fin de la discusión-. El profesor estaba cansado y muy molesto supongo que solo quería volver a casa después de toda la locura.
-Esperen.¿ Qué me obliga a mí a quedarme aquí ?... ¿Qué nos obliga a Eli y a mí a quedarnos aquí?-. Miré a Elizabeth con una mirada pícara recordando que tenía un nuevo truco bajo la manga... Aunque admito que fue una idiotez no usarlo contra aquel kaiju como los japoneses lo llamaron. Me sería muy útil ahora. Entonces me dedique a pensar a donde quería ir y me traté de tele transportar... Fue extraño, no pude hacerlo.
-Ja, ja, ja. No te funciono el truquito. ¿Verdad?-. Dijo Leonard riéndose como siempre lo hacía con su cara desquiciada y ojos saltones que ya le caracterizaban. Rara vez veía su cara siempre estaba con su capucha.
-ja, ja, ja, ja-, río en tono de burla el profesor, -Oye niño, pensaste que Miguel no sabía que tratarían de hacer eso; a puesto una barrera espiritual por todo el edificio-. Así que ese era el motivo... Estuvimos haciendo presión hasta que en la habitación entro miguel traía una bolsa de tela, se dirigió a todos.
-No hay problema, tengo la solución-, saco una caja de su bolsa, -este es tuyo ábrelo-, era un collar hecho de con algún tipo de cuerda de algodón y lino que terminaba en un cristal de color escarlata y parecía en ocasiones parecía tener luz propia -estos los ayudarán, verán estos cristales en un principio no tienen color cuando alguien que no es el propietario los toma y está hecho específicamente para una persona en concreto y toman el color que el cristal prefiera para distinguirse y no hay dos iguales-. el de June era de un de un azul fuerte hermoso, el de Leo era de un color naranja, el de Eli era de un color rosa cómo era de esperarse por qué bueno el rosa estaba hecho para ella y ella para el rosa y el de el idiota de James era de un color blanco lo que era extraño según Miguel puesto que los cristales siempre buscan colores fuertes alejados del su translúcido original en cambio el de James solo se volvió opaco y nada mas. Una vez estaban repartidos todos se nos puso en frente.
-Les explicaré cada cristal ahora obedece a la composición de minerales que conocen, por ejemplo el tuyo señor de Angora es químicamente idéntico a un Ruby el de la señorita Frost es un Zafiro curioso verán la única diferencia entre un Ruby y un Zafiro es que el primero es rojo y el segundo es de cualquier otro color, el mas conocido es el azul, el de la Señorita Rose es un cuarzo rosa, el de el señor Pain es un cuarzo naranja y el de el señor Conan Doyle también lo es así si alguien llegara a examinarlos no encontrarán más que piedras algunas más valiosas que otras. La Señorita Frost y usted tendrán que cuidarse un poco más que los ladrones no es usual que tomen forma de una piedra preciosa generalmente son cristales comunes... Bueno ya me atrase mucho, estos pondrán una barrera por todos los cuerpos y evitarán que los demonios los ataquen hasta que estén listos como vieron la mayoría de estos son mucho más poderosos que ustedes. El demonio de la lujuria era un excepción por que su poder se basaba en el control mental cosa que James puede interrumpir fácilmente; pero hasta que sean más poderosos esto los resguardará de los ataques demoníacos al menos un tiempo. Ahora pueden disfrutar de esta hermosa ciudad... Una cosa más la primavera ya llegó aquí de hecho he pausado el tiempo las sakuras empezaron a caer ya es una época hermosa del año para Kioto.
Todos nos dispersamos, aunque nuestros planes iniciales fueron radicalmente cambiados por el clima. June fue la primera en salir, James se apresuró y la sostuvo de la mano. -Oye... Idiota... ¡Acompáñame a visitar la ciudad!-. Que rara situación era esta. ¿ Qué quería él con June ? No me daba buena espina para nada. Ella suspiró con los ojos cerrados. Era muy impaciente quería salir de ahí lo más rápido que pudiera.
-Pídemelo de buena forma y lo haré con gusto-. Él se sonrojó no pensó que ella reaccionara así. Ella se refería a que Elizabeth tenía todo un mapa de Kioto e su cabeza era buena para las direcciones jamás se pierde mientras sepa hacía donde va.
-No... No dejare que una niña como tú me de órdenes-. Sin duda tenía un carácter más relajado que cualquiera de nosotros... Elizabeth lo hubiera mandado a volar... Literalmente estampado en la azotea del hotel en donde estábamos.
-Lo haré solo por qué si te pierdes luego será un lío buscarte... Señor muy rudo-. Es increíble su manera de responderle, pensé que lo mandaría al demonio pero lo trató de manera muy suave.
-Que quede claro que lo hago porque tú eres la que conoce mejor la ciudad-. Si ajá... Por supuesto y yo soy Iron man.
Ella rio de manera sarcástica.-Eso técnicamente no es cierto quien conoce mejor la ciudad es Rose... Pídeselo a ella...-, cruzó los brazos sonriendo, - Espera... No puedes, si te acercas a ella Petter te mata. Je, je, je... Eso sí no lo hace ella primero-. Le saco la lengua disfrutando ver cómo sufría tratando de hablar.
-¡Cállate!... Además ella y Petter ya deben tener planes juntos nunca se separan son como gomas de mascar el uno del otro-. Efectivamente teníamos planes y volviéndonos a ver con sonrisa macabra a ver sabíamos cuales eran... Seguirlos obviamente.
-Oye Pette. ¿Quieren acompañarnos?-. Me preguntó June viéndome desde lejos.
-No gracias, queremos algo de tiempo a solas-. Le respondí despidiéndome con la mano. Obviamente no debían saber que los seguíamos de nuevo... Menos ahora que si van a andar juntos por las buenas por todo Kioto.
-Bueno seremos tu y yo entonces-. Le dijo a James con una sonrisa su rostro esa hermosa sonrisa pícara que tenía cuando se salía con la suya Eli y yo nos quedamos embobados viéndola sonreír.
-Como si me interesara-. James estaba tratando de ocultar su felicidad pero él quería ir con ella por algo se lo pidió. Sé que normalmente sería malo espiarlos pero... La curiosidad nos había corrompido y yo quería asegurarme de no le hiciera nada a June; si le hacía algo le atravesaría el cráneo con una flecha así de sencillo. Tuvimos mucho cuidado con que no nos vieran a hurtadillas detrás de ellos camuflándonos entre la multitud.
Elizabeth me apretó la mano para que la volteara a ver. -Tenemos que escuchar lo que dicen cariño-. Era un buen punto... Estábamos pecando de entrometidos y chismosos pero... Ya no podíamos dar vuelta atrás.
-No te preocupes amor tengo algo perfecto para esto-. Rápidamente arroje un una micro aguja que se quedaría pegada a su ropa.
- ¿Qué era eso cielo?-. Me preguntó con curiosidad. Elizabeth se asombraba muy fácil con este tipo de cosas era mi oportunidad de lucirme ante ella... No era necesario pero me gustaba hacerme el interesante.
- je, je, je-, crucé los brazos,-un micrófono, cielo. ¿ Conoces al compañero de cuarto de Leonard?-. Le pregunté mientras encendía la pequeña radio.
-Si... Daniel. ¿Cierto? He escuchado que es un genio de la electrónica-. Vaya sí sabía, pensé que estaría confundida pero sabía muy bien de quien hablaba.
-Exactamente... Le pedí que me hiciera esta clase de juguetitos-. Me costaba un poco programar el aparato era bastante analógico.
-A veces me sorprende tu capacidad de hacer estas cosas-. Le brillaban los ojos. Había logrado impresionarla... Cómo dije antes no necesito hacerlo.
-¿Conoces al señor Oliver Queen?-. Le pregunté... Seguía sin poder programar la radio movía las perillas... Cómo deben imaginarse era un aparato bastante...¿Cómo decirlo?... Rústico... No, artesanal es la palabra correcta.
-¿Green arrow?-. Esa era mi chica... Algo ha aprendido de mí estos meses.
-Es mi inspiración para este tipo de cosas cariño-. Me miró como si todas sus preguntas se hubieran aclarado, todas sus dudas sobre mí. Por fin pude configurar la pequeña radio en la frecuencia apropiada.
-Ooh, eso explica mucho, escuchemos. ¿Quieres cariño?-. Tenía unos pequeños audífonos conectados al aparato. Tenía el aspecto de un viejo walkman de color negro, pero no tenía el compartimiento para las cintas.
-Si mi vida veamos-. Le di uno de los audífonos a Eli y empezamos a escuchar su conversación... Nos sentíamos tan culpables... Pero era divertido seguirlos...
-Oye James se que querías ver la ciudad pero necesito ir al auditorio que hay por aquí madre quiere que le haga un favor-. Escuchamos la voz de June, sonaba algo fastidiada con su madre... Nunca la habíamos visto toparse a su madre no sé de dónde salió esa información.
-como sea, no me interesa-. Le contestó de manera pedante James... Odiaba ese tono.
-Como quieras... Sí no quieres ir iré yo sola-. Le contestó ella... Tenía su manera de lidiar con él.
-Te acompañaré, Petter me matará si te dejo sola y te pasa algo...-. No era tan tonto como pensé... Efectivamente lo asesinaría por mucho menos.
-Eres increíble. ¿Sabías?-. Elizabeth sonrió al oír eso... Supongo que estaba orgullosa de la actitud que tenía.
-Gracias-. De nuevo ese maldito tono... Cómo tenía el valor para hablarle así a ella pero no tenía el valor para dejarla sola.
-No era un cumplido señor sabiondo
-como sea idiota no creas que me importas. Lo hago porque temo por mi vida-. Hacía bien en hacerlo pero algo me decía que no era sincero.
-¡Aaaash! ¿Por qué eres tan grosero?-. Ya se estaba hartando de la actitud de James se notaba en su tono de voz.
Estuvieron discutiendo todo el camino hasta llegar al auditorio... No era gran cosa algunas butacas que iban hacía la tarima, en el centro de la tarima había un hermoso piano de cola... No sabía tocarlo pero siempre que podía me encantaba escucharlo cada vez que podía. James y June estaban sobre la tarima; James destapó las teclas.
-¿Puedo... ?-. James lo veía fijamente, quería tocarlo sin duda eso se refería.
-No veo por qué no-, levantó los hombros... Eli y yo los observábamos asomándonos detrás de una de las puertas de entrada a la sala, -adelante, pero yo debo hacer lo que mi madre me encomendó... No duraré mucho-. Venía caminando directo hacia nosotros, pero por suerte aún no nos había visto.
-¡Demonios!-. Logramos escondernos en uno de los baños.
-¿Elizabeth?...-, volteó de un lado del pasillo nosotros estábamos detrás de la puerta; yo tenía un ojo en la rendija. No alcanzó a verme las luces estaban apagadas y el pasillo era oscuro. -Habría jurado ver un par de Zafiros atrás de la puerta... Bueno me lo habré imaginado-. Que los ojos de Eli llamen tanto la atención no era conveniente para el sigilo, como June misma había dicho en varias ocasiones se pueden distinguir desde bastante lejos... Eran de un azul bastante particular nunca antes había visto un azul así en un par de ojos de. Desde el auditorio se escuchaba November Rain de Guns and Roses era James quién tocaba... No me esperaba que conociera a la banda, pensé que le gustaba solo la música clásica.
-Esa canción es magnífica-. Susurré mientras me dejaba llevar por la nostalgia que me provocaba la hermosa balada. Era una de las bandas favoritas de mi padre y a mí también me gusta mucho
-Shhh, sigue cerca-. Elizabeth estaba a mi lado tratando de escuchar el ir y venir de sus pasos. Fue rápido, cuando volvió James ni siquiera había terminado de tocar. Por fin pudimos salir del baño. Y nos asomamos en el lugar de antes.
-Amo esa canción-. Dijo June mientras subía la tarima no había tardado ni dos minutos cuando volvió con una bolsa de tela.
-Como sea-. Le respondió James dejando de tocar. Ya había terminado la canción.
-¡Oye! ¿ Por qué eres así?-. James volvió el rostro para contestarle. Tenía a June justo en su nariz... Esa sí era June... ¿ Cómo pudo ser ella misma con James?... ¿Que habrá pasado estos "dos días" inconsciente?
-¡ Estas muy cerca, quítate !-. James estaba muy nervioso trataba de apartarse de ella... Por supuesto ella no lo dejaba terminaron en el suelo con ella sobre él... Lo tenía acorralado ya no podía escapar.
-Mírame directo a los ojos y dime qué me odias-. Tenía lágrimas en los ojos... No entendía lo que estaba pasando.
-yo...-. June no lo dejó terminar de hablar... Estaba muy enojada
-¿¡Por qué eres así conmigo, James!? ¡Solías ser un chico dulce!-. Ya no necesitábamos el micrófono para escuchar lo que decían
-Eso significa que...-. Era realmente idiota... Elizabeth y yo nos pusimos las manos en la frente... ¿Cómo no lo iba a recordar?
-¡ Así es te recuerdo, idiota ! ¡ Te recuerdo muy bien !...-. Era obvio... James podía ser un genio, pero incluso yo sabría que lo iba a recordar; ella quedó prendada con él desde hace cuatro años.
- Tú sabías de todo esto. ¿Verdad?-. Le dije a Elizabeth molesto... Esto me olía a Elizabeth por todos lados... Conocía su toque... La ropa que llevaba, la actitud que tenía hacía James... Ella le había estado ayudando a quitarse ese miedo... Eran increíbles las dos.
-Para nada...-. Volteó la mirada... Era la primera vez que podía ocultarme algo... Normalmente no podía hacerlo.
-¡ Claro que si lo sabías y no me dijiste!-. Cruce los brazos, - No me puedes engañar Elizabeth, esto tiene su esencia por todos lados-. Me miró enfadada, sus ojos brillaban en furia pero se contenía de manera espectacular.
-Mira cariño-, me puso la mano en la mejilla de manera maternal, -nunca lo habrías permitido, pero esto es lo que ella quiere y tienes que apoyarla ahora lo tiene entre la espada y la pared yo solo le di ánimos para que lo hiciera-. ¡Demonios!... Tenía razón, estaba siendo algo impulsivo, además...¿que hago celando yo a June?... Tenía que encargarme de cuidar a mi chica... Después de todo Elizabeth era mi novia no June...
-Bueno...-, le respondí indeciso, -tienes razón Elizabeth lo siento...-. volvimos a prestarles atención llevaban bastante tiempo en silencio...
-¡Vamos di algo James!-. Nunca la había visto tan enfadada y tan triste.
-Eemm yo...-.volteo para evitar ver ese par de ojos castaños que no en ese momento le perforaban el alma.
-¿¡Tú que!? ¡Cuando me enteré que estabas en la escuela pensé que te acercarías a mí!-, él solo la veía asombrado, ella lo sostuvo del cuello de la camisa, -¡ Traté saludarte muchas veces en los pasillos, incluso canté para ti cada vez que te veía en el auditorio !-, por fin lo soltó, -¡Tú simplemente me ignoraste, hacías como que no existiera!-, vaya drama se había montado... No sabía que ella había tratado de acercarse tantas veces a él... Comprendía o al menos trataba de hacerlo, como se sentía... Pero la verdad Elizabeth y yo jamás pudimos ignorarnos y no tengo más experiencia en el amor que esa; supongo que es la única que necesito, -¡Entonces dime!... ¿¡Me odi...!?-. No la dejó terminar la oración; la había interrumpido con un beso, el rostro de sorpresa de June era indescriptible... Cuando pasó la impresión inicial cerró los ojos disfrutándolo. Yo estaba furioso estuve a punto de irrumpir en el auditorio.
-¡Ahora sí! ¡ Esto es el colmo lo mataré!-. Elizabeth me sujetó con algo de dificultad del cuello de la camisa.
-¡Petter! ¡Los interrumpes y te puedes ir olvidando de mí! ¿¡ Entendido!?...-, me bajó de un jalón a su altura, -¿ O acaso vez que ella se esté quejando?-. Me susurró al oído. Ella tenía razón llevaban un buen tiempo besándose, ella sobre él en el piso de aquella tarima, a la sombra del gran piano.
-Pero...-. Agaché la cabeza viendo al suelo.
-¡Pero nada!...-, exclamó con firmeza, -Ha estado esperando esto los últimos cuatro años, no puedes arruinarle el momento. Recuerda que no es por James, es por June; recuerda todo lo que ha hecho por ti-. Supongo que ella había aprendido algo de mí también. Así que suspiré y traté de calmarme.
- Bueno, bueno ya entendí...-, soltó y pude incorporarme, -Tienes razón cariño es solo que tengo está manía de sobreprotector con June-. Puse mis manos en su cintura.
-Lo sé Petter pero debes dejarla crecer , además no olvides que es solo un año menor que nosotros... No es como que tengamos más experiencia que ella-. Me puso las manos con dificultad en el cuello... Normalmente las botas que usaba tenían una pequeña plataforma pero hoy usaba sandalias bajas. Tuve que apoyarme contra una de las paredes del pasillo hasta el auditorio.
-Ellos están en lo suyo... Es momento de estar en lo nuestro-. Yo asentí con la cabeza, luego los seguimos en la ronda besos... Debió ser una escena algo extraña. Ellos en la tarima nosotros en tras la puerta... Solo disfrutando de lo poco de normal que nos quedaba... Nuestras sensaciones, nuestras emociones... Nuestra juventud.
Tan de improviso cómo llegaron las vacaciones se fueron. Cuando pasamos por la puerta principal todos se nos quedaron viendo con recelo... James y June entraron tímidamente de la mano, Leo simplemente los ignoraba... Daniel y Diana nos esperaban en el pasillo.
-Pensamos que ya no volverían. Pasamos el resto del invierno sin saber de ustedes ¿Qué pasó ? -. Nos preguntó Diana al vernos pasar. Esperen...¿ No sabían nada de nosotros?
-¿No se enteraron de lo que pasó en Japón?-. Les preguntó Elizabeth mientras nos veíamos el uno al otro... Teníamos nuestras sospechas...
-¿Japón?-. Daniel estaba muy confundido con nuestros comentarios.
-No es nada chicos... No sé preocupen-. Les respondí interrumpiendo a los demás... Los dos se encogieron de hombros, caminaron con nosotros hasta nuestra habitación y se despidieron sin más. Cuando cerramos la puerta empezamos a pensar en que era lo que pasaba.
-Como lo supuse... En este lugar estamos aislados de la realidad... Al menos en cierta medida-. Ella me miró con preocupación...
-¿Que hacemos Petter?... Ellos nos ocultan muchas cosas... Desde que llegaron todo esto se volvió una cárcel-. Ella tenía razón... Pero no sé me ocurría que hacer... Por el momento no nos quedaba de otra que obedecer.
-El problema mi vida, es que son seres miles de veces más poderoso que nosotros, son inmortales y cuasi divinos-. Ella me abrazó fuertemente, estábamos asustados... ¿Cómo llegamos hasta aquí?
-Prométeme que pase lo que pase no me dejaras sola-, le di un beso sobre su cabeza, -¡Prométemelo Petter!-. En ese momento la sujeté contra mi pecho.
-¿Que cosas dices? Tú eres mi responsabilidad... No te dejaría sola aunque eso quisieras-. Lo único bueno de esta estúpida escuela era habernos conocido... Ambos concordábamos en ello. El resto de la noche transcurrió con relativa tranquilidad vimos algunas beta que había conseguido en el camino de vuelta a casa y nos fuimos a dormir.

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