Problemas familiares

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—Contéstame idiota—, Pain se encontraba en un ataúd de hielo, solo tenía el rostro libre,— ¿Dónde está Natt?—. Evidentemente yo lo había encerrado ahí.
—Ya te he dicho que no sé—, me respondió. Este idiota había metido a Natt en algún lado y yo sin ella no puedo con todo el castillo—¡Ja, ja, ja! En serio rizos. Si supiera donde está. ¿Por qué te lo diría?—. Era increíble este idiota ni se inmutaba ante el frío.
—¡No juegues conmigo  desquiciado!—. Maldición quería ahorcarlo.
—Ya te he dicho que no sé—, dijo con una su típica sonrisa sádica—has mejorado con tus habilidades pequeña—. Cómo ven no le importa si lo mato o no y la verdad ganas no me faltan pero si lo hago Pette no volverá a dejarme el castillo, aunque dudo que haya una consecuencia más allá de ello.
—Vaya, vaya, señorita—,una voz desconocida salió de las sombras,—no pensé que mis hermanos tuvieran alguien así de su lado. Era una voz profunda, pícara y con tono sarcástico.
—Así que... Lograste encontrarnos.¿No?—. Le respondió Pain a la voz en el fondo.
—¿¡Quien eres tú!?—,este juego me estaba fastidiando necesitaba tener a Natt conmigo, este caos no lo podía controlar yo sola,—No juegues conmigo—. Estos ataques a la escuela no tenían sentido.
—Así que...¿El joven que está metido por completo en hielo sabe más de mí que su represora?—, se acercó a mí ligeramente, aún no lo podía ver bien sin embargo pude observar un par de enormes  alas negras, —¿Que cadena de mando tan rara es esa?—. Las sus alas se expandieron un poco.
—¡Un demonio!—,exclamé mientras abría y cerraba mis tessen de manera compulsiva, —no sé cómo entraste al castillo esbirro pero te hare paleta—. Me puse en guardia y me preparé para pelear. Él simplemente se acercó hacía mi pude verle el rostro y llevaba el ceño fruncido. Al parecer lo había hecho enojar.
—¿Un demonio?—, soltó tratando de mantener la cordura,—no señorita, yo soy un ángel—. Se acercaba más a nosotros. Llevaba una cota de malla, una pechera,botas de cuero y guantes negros.
—¡Asrael!—. No podía creer lo que veía, este era el ángel del que hablaba del que hablaba el texto que tradujo James. Era más elegante que los demás tenía rasgos afilados y ojos verdes centelleantes, como los de un gato.
—¡Bingo!—, respondió Asrael sonriente— debo admitir que este atuendo me sorprendió, puedo expandir mis alas con todo esto puesto—, estaba haciendo estiramientos, —me gusta—. Se acercó a mí lentamente. Era tan alto como Petter lo cual era un poco bajo para un ángel pero tenía unas grandes alas negras más grandes incluso que las de de Miguel.
—¿Que quieres con nosotros? —. Lo ví seriamente, seguía en guardia.
—Que fría señorita, debería darme la bienvenida más adecuada—,
Cada vez estaba más cerca de mi, no parecía que yo fuese una amenaza para él, —no quiero nada, querida vengo a ver a mis hermanos—. Tenía un sonrisa algo tranquila y segura. En mi ingenuidad pensé,«¿ Si quería verlos por qué no avisó que iba a venir?». Por supuesto inmediatamente me di cuenta que era un idiotez.
—Tus hermanos no tienen nada que ver contigo, ahora sí me disculpas tengo que saber dónde está mi amiga—. Se me acababa la paciencia. No estaba para juegos.
—¿La chica de lentes?—, me respondió aún con esa estúpida sonrisa,—Es linda, pero muy escandalosa—. Este tipo era insoportable. Me pregunto que demonios hace en el castillo «¿Para que habrá venido?» pensé mientras mientras lo veía.
—¿¡Que le hiciste!?—. Lo observaba con rabia. ¿Que haría si la lastimó de alguna manera?  Voy a vivir con eso toda la vida. Otra muerte por mi culpa; otra persona a la que no pude salvar. Mis manos manchadas de sangre de nuevo; era mi responsabilidad; es mi responsabilidad, no lo podía permitir.
—Tranquila, está bien solo la puse a dormir un rato. Ja,ja,ja—, lo tenía naríz con naríz; estaba petrificada. Me miró fijamente y me sujetó de la barbilla.
—Esos ojos glaciares, tan fríos como la tundra de Siberia—,aún tenía una mano en mi barbilla y la otra la pasaba por mi cabello,— no demuestran miedo, no demuestran nada—. Me miró de manera depravada, tenía una sonrisa siniestra.
—Que vas a saber tu del frío, si has estado encerrado en lo más profundo de los hornos infernales—,no le gustó nada lo que dije pero continuo sonriendo.
—¿Si no tienes miedo, por qué no me atacas?—,me quitó por fin las manos de encima, —No quieres que le haga nada a tu amiga. ¿No es así?—. Había dado en el clavo.
—¿Quieres ver una mirada glaciar? Los ojos de mi compañera Elizabeth son de un azúl tan frío como el océano Ártico—,le dije con sarcasmo, aunque poco le importó,
—Y los tuyos son castaños—, respondió  de manera sagaz, —pero aún así tienes más frío en tu mirada que ella en todo su cuerpo. ¿O me equivoco?—. Estaba a punto de responderle cuando ví una sombra más detrás de Asrael.
—¿Que pasa, pequeña? ¿Por fin te has dado cuenta de la situación en la que ehs...—.una lanza se había clavado en su espalda  sobresalía de su pechera.
—¿¡Que haces aquí bastardo!?—. Era Rafaél tenía la rostro serio ojos dorados brillando igual que los de Asrael
—Her...ma...no—. alcanzó a decir decir entre la sangre que escupía, luego cayó de rodillas.
—Hace mucho tiempo que no eres mi hermano Asrael—, Dijo mientras le desencajaba la lanza. —ahora volveré a preguntártelo Asrael. ¿Que haces aquí?—. Se veía muy enfadado. Quizá pensó que nunca más lo volvería a ver. Nunca había tratado con Rafaél, pero casi siempre tenía una expresión relajada y serena, pero ahora era diferente.

Academia Divina(En proceso De corrección)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora