El castillo Misterioso

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Inmediatamente después de tal reprimenda volvimos a la habitación con cara de resignación ante el hecho de que viviríamos juntos el resto de nuestras vidas escolares, puesto que de hecho no se nos permitía cambiar de habitación. Yo me dispuse a cambiarme de ropa, me puse mi gabardina,mis guantes y boina de cazador y me dispuse a salir, la verdad era que estaba demasiado incómodo con una chica en mi habitación... Bueno nuestra habitación, no sabía que sentir además me ponía nervioso estar tan cerca de una mujer con ese carácter y me ponía el doble de nervioso el hecho de que fuera una tan hermosa.
-¿A donde iras cerdo horrible?-. Dijo la pulga parlante con la que ahora vivía. La detestaba la verdad pero no podía de responderle no podía ignorarla.
- ¿A poco usted no tiene curiosidad de todo lo que esconde el castillo?-. Le respondí mientras estaba a punto de abrir la puerta. No sabía por que estaba tan interesada en lo que hacía así que simplemente la reté a seguirme con mis ojos.
-supongo...-,agachó la cabeza, en ese momento no lo entendí el gesto pero luego pensé «¿Y si ella está tan nerviosa como yo?» -Pero apestoso no se si sea buena idea ir por un lugar que no conocemos a obscuras.
-Bueno Rose viene o no, se esta acabando el tiempo y no hay espacio para niñas cobardes-. Me burlé tajantemente de ella, con la mano en el pomo de la puerta.
-Bien...-, podría jurar que vi algo de rubor en sus mejillas «¿habrá sido el hecho de que le dije niña?» me preguntaba mientras la miraba de reojo,-Iré cerdo, pero si nos perdemos o nos metemos en algún lío sera tu culpa-. Dijo con sus ojos llenos de ira y determinación. Había logrado provocarla ahora el que tenía miedo era yo por saber que me haría si algo pasaba. La verdad se veía muy capaz de lastimarme de verdad.
Así que se puso su abrigo y guantes, luego salimos de la habitación, la dejamos cerrada y nos fuimos de allí.
Nos escurrimos en los pasillos, se veía muy poco apenas unos centímetros hacia adelante. Esa noche no habían encendido los candelabros y hacía frío para estar iniciando la primavera. Rose iba sujetada de mi gabardina para evitar separarnos según ella; no pude evitar pensar que era un gesto tierno.
Parecía que los pasillos seguían a donde fuera que doblaramos, los enormes y hermosos pasillos se habían transformado en un tenebroso laberinto gracias a a la obscuridad que ya nos rodeaba. Esto no era normal. «¿Por qué esta tan obscuro recién entraba la tarde?»pensaba mientras caminábamos por los oscuros pasillos.
Sin duda algo extraño pasaba ahí; cada vez nos acercábamos mas uno al otro, sin duda Rose estaba asustada, la verdad no era la única.
-¿Que tienes miedo pulga?-. Dije riéndome de manera nerviosa. Aunque me burlaba de ella yo también tenía miedo estaba demasiado obscuro, realmente era tétrico.
-Para...para nada-, respondió tan nerviosa como yo. Tropezó con algo, como resultado me dio un empujón, hacia unas escaleras que no veíamos bien frente a nosotros, claro caí tres o cuatro escalones antes de topar con pared. Ví algo que no creerían en una pared enorme una pared, al final de una habitación a la que iban las escaleras. Tenía un mural pintado.
-¿E... Estás bien, cerdo?-. Aún estando asustada encontraba la manera de fastidiarme. Sus ojos centellaban a la distancia, asomándose al borde de las escaleras.
-Oye Rose se me hace que debería bajar a ver esto-, dije asombrado al verlo -Creo que le interesará-. La volví a llamar una vez más seguía al borde de los escaleras inmóvil.
-Si crees que bajaré ahí, estas mas loco de lo que pensado-. Dijo de nuevo en su tono altanero. Todo rastro de miedo en su voz había desaparecido.
-Ja,ja,ja, me gustaba mas como gatito asustado-, de nuevo la estaba retando; le había tomado un gusto algo culposo a molestarle de esa manera no debería de hacerlo, pero era divertido que podía hacer yo.
-¡Cállate imbécil!-. Le había conseguido subir los humos y eso la verdad me estaba empezando a gustar.
-Cállate tú, vas a bajar o no señorita "no tengo miedo"-. Aún me enojaba la manera en la que hablaba.
-Bajaré, pero si me pasa algo sera tu culpa-. Le había dado en el clavo, por fin vendría.
-Desde que empezamos a husmear la asumí. ¿no es cierto? Ahora baja-. Dije ya perdiendo la paciencia.
Bajó poco a poco temerosa, y cuando llegó a donde yo estaba quedó estupefacta, era hermoso no lo podíamos creer.
-¡San Miguel arcangel!-. Dijimos al unísono era extraño ¿Por qué el mural estaba en una habitación vacía y apartada como esa?
Bajamos para verla mejor y bajo ella había una inscripción que decía «la puerta al reino de los cielos se abrirá cuando los tres siervos del señor se reúnan cuando esto pase el ejército del todo poderoso volverá y el misterio del gran castillo sera revelado»
- Wow-. Volvimos a decir al mismo tiempo. La verdad eso me empezaba a dar más miedo el hecho de que dijéramos lo mismo al mismo tiempo, que el ambiente tétrico en el que estábamos.
-Debe haber mas lugares como este-. dijo Rose mientras seguía admirándolo, sus ojos azules brillaban como dos estrellas de la emoción. Podría ser una mujer exasperante, pero hasta ella se podía ver hermosa cuando se emocionaba.
-Supongo que si veamos tres siervos del señor aquí tenemos el primero debo suponer así que si San Miguel es el primero los otros dos arcángeles deben ser el segundo y el tercero.
-Eso pensaba pero hay algo que no me encaja-,dijo Rose mientras volvíamos a subir lentamente,- ¿Si este es el primero por qué nos dice aun que hay que buscar los tres?-. Por primera vez en todo el día habíamos dejado de discutir y habíamos generado una conversación.
-Buen punto tal vez sean objetos que los representen a los tres dudo que se refiera a los ángeles en sí-. No sabía lo que estaba diciendo en ese momento. Luego ví la hora.
-¡Demonios!-.Pegué un pequeño grito mientras veía mi reloj.
-¿Qué pasa?-. Eli había dado un pequeño brinco de asombro.
-¡Ya es media noche!-. Volví a gritar, está vez fue más un grito susurrado me había dado cuenta de la hora que era.
-¡Queee!-, Rose usó mismo tono que yo había usado antes. -Corramos estaremos en problemas si no estamos en la habitación.
Salimos de ahí rápidamente, vimos como las escaleras se cerraban y desaparecían ante nuestros ojos. ¿Cómo demonios pasó tan rápido el tiempo? Según yo, no llevábamos ni una hora caminando cuando nos topamos con el mural.
Cuando por fin llegamos a nuestra habitación, no habían pasado ni diez minutos desde que salimos de aquel extraño cuarto; quedamos muy confundidos con lo que vimos. Nos fuimos a dormir con la duda de cuántos otros misterios guardara aquel enorme recinto.

Academia Divina(En proceso De corrección)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora