¿Quisieras aferrarte a mí?

Capítulo 20: Me marcho

Hay un pequeñin spoiler de GOT (de joffrey) así que si leen su nombre solo adelántense un poco :D

Alex.

–Renuncio –anuncio con la voz lo suficientemente firme para que vea que va en serio.

El señor al cual le sobran unos cuantos kilos, que va de terno y corbata verde se echa a reír con una risa tan hipócrita como lo es todo en el –Ay Alex, Alex –se saca el cigarro casi acabado de su boca–. Tú no puedes renunciar –dictamina con una sonrisa cínica.

–Me vale una mierda, desde hoy no soy parte de esta asociación –pongo mis manos en su mugroso escritorio amenazante.

–Alexander, la deuda de tu padre aún no está pagada –explica con la voz seria.

–Eso ya no importa, ese asunto era de él y ahora que no está ya no quiero ser parte de todo esto.

–¡Te digo que tú no puedes renunciar! –grita con la voz gastada por tanto fumar.

–Y yo que me largo.

–¿Por qué esta decisión tan repentina? ¿Es por la chica no es así? –adivina mientras saca una foto de su cajón –Si, es bastante linda, mandé a unos hombres para verificar como iba todo, no tuve un buen informe ¿Qué ya no recuerdas cual era la regla número uno de esta asociación? –observa minuciosamente una imagen de Sam.

–No involucrarse con los investigados –cito recordando una de las reglas que había por aquí antes de que todo el sistema cambiara.

–¿Y? –levanta sus cejas

Le arrebato la fotografía de sus manos –Todas las reglas, si mal no recuerdo fueron abolidas por usted en persona cuando mi padre falleció, así que no me arroje a la cara lo de "acatar las reglas" cuando fue usted el que cambió todo –guardo la foto en uno de mis bolsillos.

Con una mueca de desprecio –Escucha niño consentido, desde la muerte de tu padre, tú y tu madre me pertenecen –sentencia parándose de su escritorio –¡Así que ahora ve y termina tu trabajo!

Aprieto mis puños –Eso está por verse –amenazo mientras pego un portazo que espero rompa su asquerosa puerta...

*~*~*~*~*

Sam.

Leí que el sol irradia una vitamina que hace que te pongas más feliz, que hay gente que sufre de depresión debido a que jamás se exponen a los rayos del sol.

Eso me afirma que soy muy y extremadamente penosa ahora. Llueve como nunca, no ha parado de llover desde que me encontré sola y traicionada en esa calle. Han pasado 5 días, en los que Alex no se ha presentado en el colegio. Quizás al muy imbécil lo despidieron porque lo desenmascaré, o quizás debe de estar espiando a otra chica indefensa en algún otro lugar del mundo, mostrándole sus encantadoras sonrisas, dejando que se ahogue en sus hermosos ojos, y engañándola sin ningún escrúpulo.

He alcanzado el sueño en las noches solamente con la fantasía de que cuelgo carteles por toda la ciudad con la fotografía de Alex, describiendo lo vil, mentiroso y manipulador que es.

Me he dormido fantaseando que lo amarro a una patineta con los ojos vendados y que lo lanzo desde la cima de la cuesta que lleva hasta la playa, solo para que el imbécil se asuste. He deseado colgarlo de los pies en uno de los arboles del colegio e interrogarle el por qué yo, por qué mi familia, por qué mi papá.

He querido envenenar manzanas y mandárselas por correo hasta la casa del profesor marciano. He querido encerrarlo en un laberinto lleno de penitentes.