Alex
Seguimos a Gissel por el pasillo. No habría esperado otra respuesta por su parte. Los tres tenemos demasiada historia como para que ella se negara a ayudarnos.
–¿Cómo lograron abrir las puertas? –pregunta Gissel mientras caminamos a un ritmo constante.
–Yo robé una de las tarjetas maestras de la oficina del jefe –responde Jerry.
Gissel se detiene abruptamente –¿Cómo demonios le hiciste para... ¿sabes qué? No quiero saber ¿Y tú Alex? –cuestiona mientras retoma la caminata.
–Sam está en la sala de control.
Ahora ambos, Gissel y Jerry se detienen abruptamente –¿Qué?
–¿A ti te faltan pedazos de cerebro o qué? –pregunta Gissel estupefacta.
–¡En qué momento se te ocurrió traerla! –alega Jerry conmocionado.
Alzo los brazos –Tranquilos, ella está bien, hasta el momento me ha abierto todas las puertas, eso quiere decir que va perfecto.
–No debiste traerla –niega Gissel mirándome.
–Es su madre –respondo simplemente–, y hasta el momento me ha sido de ayuda.
–No podemos perder más tiempo –interrumpe Jerry–, luego nos ocuparemos de Sam –dice algo irritado mientras me lanza una seria mirada.
Retomamos la marcha y Gissel nos actualiza en la situación de cómo están las cosas –La tienen con seguridad nivel 5 –nos cuenta.
–¿5? –repite Jerry– ¿Qué creen que la mamá de Sam es una peligro para la humanidad o qué?
–Digamos que ustedes han contribuido harto en hacer de esto más que una simple misión para el jefe, él lo ve como algo personal. Ahora no solo quiere atraer a Cristofer Evans para complacer al demandante y recibir la recompensa, de paso también quiere atraerlos a ustedes a rescatarla, lo que por lo visto le está saliendo a la perfección.
–¿Sabes quién es el demandante? –inquiero.
–Solo conozco a su hijo.
–¿A su hijo?
–Lo he visto un par de veces intercambiando palabras con el jefe.
–¿Por qué el demandante enviaría a su hijo a arreglar esta clase de asuntos? –inquiere Jerry.
–¿Qué edad crees que tiene Gissel? –le pregunto.
–Yo diría que unos 18 años, se ve bastante joven.
–¿No sabes su nombre?
Gissel niega con la cabeza.
–¿Cómo era su aspecto?
–Pues...
–Muchachos –interrumpe Jerry–, deberíamos estar discutiendo un plan de rescate.
–Tienes razón –concuerdo arrojando este tema para después en mi mente.
–Bueno, esto es lo que haremos –se detiene Gissel mirándonos–, Yo entraré primero como carnada ya que se supone que yo aún soy leal blah blah.
–¿Quién te nombró jefa? –apunta Jerry.
Gissel le da una mirada congelada.
Jerry ríe nervioso –Lo digo porque de lo contrario te habría nombrado yo mismo.
Ella solo rueda los ojos –Como iba diciendo, yo haré de carnada y luego trataré de armar una especie de alboroto en la sección de arriba, cosa que los encargados de la sección donde está la señora Evans dejen su puesto. Obviamente no todos lo van a abandonar, y ahí es cuando entran ustedes.
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¿Quisieras aferrarte a mí?
RomansEscribí esta historia a los 14 años, por lo tanto sí, está bañada en cliché, salseo y humor. . ¿Te gustan las historias con giros inesperados? Ya sabes, al estilo "sales de tu casa y te encuentras a un delfín disfrazado de Homero Simpson caminando...