Capítulo 7: Maldito, loco y psicópata.

13.8K 534 29
                                    


De seguro les ha pasado que van al colegio y de la nada el profesor les sale con que había prueba y ponen cara de ¡Oh my god! O también obvio les ha sucedido que su crush se entera de algo que no querían que supiera y ponemos esa cara de trágame tierra y escúpeme en China, o cuando a veces tenemos esa expresión de no saber que decir ni con que maldita palabra empezar una oración luego de que el profesor te haya atrapado copiando por no saber que tenías prueba, no es como si me haya sucedido...

Bueno, Alex en este momento está experimentando todas esas emociones, ya que su cara demuestra sorpresa, vergüenza y una de esas cuando decimos ¡maldición que hago ahora! La verdad es que no sé si reírme o enojarme. Digo reírme porque su rostro en verdad es chistoso, el pobre está totalmente tenso y no sabe cómo reaccionar, y digo enojarme porque ¡vamos! ¡Está actuando como todo un psicópata! Aunque creo que escogeré la segunda opción porque a pesar de que me guste mucho reír y usualmente lo haga en los momentos menos apropiados, creo que Alex probablemente pensaría que soy una loca, por eso adoptaré la postura de la madura y seria Sam.

–Alex te hice una pregunta ¿Cómo sabes dónde vivo? –le cuestiono con la cara más seria y penetrante que tengo.

Alex me mira un buen rato, como queriendo escoger bien lo que me va a decir, más vale que se apure porque digamos que no soy una de esas chicas que tienen toda la paciencia del mundo, y además está el tema de sus ojos, los cuales cada vez que miro extrañamente me dejan atorada en ellos, y no es el mejor momento para quedarse atorada.

–Sam yo... –titubea un rato, y se revuelve el pelo con su mano ¡dios que se ve sexy haciendo eso! –. Yo investigue Sam –finaliza con un semblante determinado.

–Tú me estás diciendo que.... –comienzo a decir apuntándolo– ¿Investigaste donde vivo? –repito con una de mis cejas levantadas.

–Sí –afirma rígido como una roca.

–¿Y por qué investigaste donde vivo?

–Porque sabía que hoy vendrías a ayudarme al parque, entonces quise estar preparado.

–¿En verdad quieres que te crea eso? –pregunto más calmada de lo que creí que estaría a pesar de que reconozco muy claramente la mentira en su rostro. Toma eso doctor lightman.

–Sí.

–Pues no lo creo –lo miro y me cruzo de brazos.

–Bueno, tienes que creerlo –repone mientras levanta sus hombros.

–¿Y si no quiero?

–No podrás tener una segunda cita conmigo –me levanta sus dos cejas

Ok ¿Qué?

–¿Qué? –pregunto achicando mis ojos.

–Tal como lo escuchaste cariño –flirtea guiñándome con uno de sus jodidamente sexys ojos.

–No fue una cita, solo fue porque yo rompí el vidrio de tu auto y tú desgraciado me hiciste pagar con trabajo y además quede toda sucia, tendré que lavar mil veces mi uniforme para quitarle las manchas...y los niños parecían poseídos y... –Iba a seguir dando escusas cuando caí en la cuenta de que el muy imbécil me había cambiado el tema muy sutilmente– ¡Maldito! –le grito–. No me cambies el tema y dime como sabes donde vivo que te puedo denunciar por ser un psicópata que quiere arrojar mi cuerpo a las palomas.

Él ríe apoyando su cabeza en el manubrio –¿Palomas...? Ya te dije que investigué Sam, es la verdad solo lo averigüe.

Miro hacia al frente y muevo mi cabeza en forma de negación y al hacer esto noto la luz prendida de mi casa y a alguien mirando por la ventana, creo que mamá igual se las da de espía.

¿Quisieras aferrarte a mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora