Capítulo 20: Darkness.

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"Llega un momento donde tus demonios te piden un infierno más grande."

Anónimo.

Caminé despacio hasta la entrada de la casa, con la cabeza baja, temiendo de que si Tyler me ve por una de las ventanas me vea llorar. Consciente de que hay 80% de probabilidades de que me esté esperando, sequé mis ojos, respiré profundamente y me senté en la entrada, al pie de la inmensa puerta de roble en la que todo comenzó.

Cuando pensé que el color rojo de mis ojos por tanto llorar me había abandonado, me levanté, saqué las llaves que me dio Tyler antes de salir y entré. Todo estaba en un silencio sepulcral, las luces apagadas, sólo una luz tenue que salía de la cocina me mostraba el camino. Me quité los zapatos y subí las escaleras, no necesitaba subir con delicadeza para no hacer ruido porque el sólo acto de quitarme los zapatos hacía totalmente nula la posibilidad de hacer algún ruido que despertara a alguien, que despertara a Tyler.

Caminé por el largo pasillo por el que un día me perdí, el día en que todo esto comenzó, y me adentré a la oscuridad. Abrí la puerta de la habitación de huéspedes, que ahora es mi habitación. Mis hombros pesaban, al igual que mis párpados, abrí mi closet suavemente, me desvestí y puse una pijama en mi cama. Tal vez un baño aclarare mi mente, pensé.

Abrí la llave de la tina y dejé que se llenara, hasta que el cuarto de baño estuvo lleno de vapor. Lentamente me metí en la tina, sintiendo el calor del agua, casi pensé que estaba hirviendo pero luego de un tiempo adentro me di cuenta de que era realmente agradable. Suspiré, las cosas se me habían complicado un montón, y estoy segura de que si me hubieran dicho que eso iba a pasar, no lo hubiera creído.

Repasé mentalmente los hechos de esa noche: Estoy embarazada de Tyler, Freddie es un psicópata, no le puedo decir a nadie lo de Freddie, no le puedo decir a nadie sobre lo del bebé... mucho menos a Tyler...

¿Qué hice tan malo como para merecer esto? pensé. Y sí sabía que era totalmente cobarde no hacerle frente a la realidad y decirle sobre lo de mi embarazo a Tyler, pero ¿Cómo reaccionaría? ¡Es mi jodido medio hermano! Muchos riesgos conllevan tener un hijo de él, de repente me haga abortar si lo hago, y prefiero mil veces tener un hijo enfermo a abortar a un ser humano, a mi hijo, es como si lo estuviera matando con mis propias manos.

—Mañana iré a un chequeo. —susurré para mis adentros.

Empecé a frotar mi barbilla y bajé hasta mi cuello, pasando por mis pechos y deteniéndome en mi abdomen, el cuál ahora estaba levemente levantado.

—Mierda... —froté mis ojos fuertemente, sabía lo que debía hacer pero no era una opción viable.

Tomé una gran bocanada de aire, la retuve y luego la solté. Traté de relajarme, tomé una esponja, jabón líquido y empecé a frotar mi cuerpo, deleitándome de la suave y cálida sensación que me daba la esponja.

—¿Disfrutando de una ducha nocturna? —susurró Tyler en mi oído.

Al oírlo, todo mi cuerpo se tensó y él lo notó, por lo que se sentó al borde de la tina y empezó a masajear mis hombros, haciendo que gradualmente me relajara y dejara que sus expertas manos hicieran su trabajo.

—¿Qué anda mal, cariño? —preguntó, deteniendo el grandioso masaje que aplicaba a mis hombros.

—Nada... —mentí, sonriendo de la manera más real que pude.

—¿Te importaría si te acompaño? —sonrió dulcemente.

—Ven aquí. —sonreí.

Se levantó del suelo con un tanto de dificultad, se deshizo de su camisa y bóxer casi de inmediato y segundos después estaba a mi lado, haciéndome suspirar.

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