SU DULCE FRAGANCIA - fanfiction wigetta

Capítulo 23 - Lo más importante

Narra Guillermo:

Ya son dos días que me he encerrado en mi apartamento, no quería comer, hablar o si quiera levantarme de la cama. Estaba totalmente deprimido por el inesperado encuentro con Melissa en el centro, no pensé que después de dos años la vería de nuevo y justo cuando mi vida empezaba a tener increíbles cambios.

El celular desde hace más de cuatro horas dejó de sonar, seguramente eran los chicos o Samuel que estaban preocupados, pero en estos momentos quiero estar solo, no quería que ninguno de los que aprecio mirara la condición lamentable en la que me encuentro.

Me paré a la cocina para beber una cerveza que tenía congelada para pasar el mal rato y luego me fui al balcón, el día estaba tranquilo y yo disfrutaba de la brisa que corría en ese preciso momento.

Miré las flores que estaban decaídas y me apresuré a darles algo de agua, me perdía entre las gotas que caían en sus pétalos, me imaginaba la sonrisa de Samuel cuando me las dio y lo que me había dicho, que era una planta fácil de cuidar incluso para mí... ¿Por qué no he querido hablar con él? Si me hace reír tanto... mis problemas pasan a segundo plano cuando él está conmigo y me cuenta sus malos chistes... ¿será por lo ocurrido en el centro comercial?

Tenía que reconocerlo... después de lo de Melissa, me olvidé completamente de Samuel... cuando me di cuenta de que él me estaba abrazando en la puerta del centro, yo torpemente me agarré a su cintura y le dije que me llevara de vuelta a casa para terminar ese día que me estaba volviendo loco.

Acabé de darle riego a las flores y entré para botar la lata de cerveza que ya me había medio bebido, cuando de repente escucho el timbre de mi puerta.

¿Quién habrá venido? Antes de dirigirme a la entrada eché un leve vistazo a mi sala que estaba oscura y desordenada, no tenía muchos ánimos de limpiarla, pero tampoco tenía que verme como un sucio ante una visita.

Apresuradamente puse todas las cosas que no correspondían encima de mi cama y cerré la puerta de mi habitación para que no se notara el desastre, el timbre seguía insistiendo para que le abriera y yo seguía apresurando la limpieza de mi apartamento.

Cuando al fin termino de ordenar, me cambio la camiseta que estaba algo sucia y abro despacio la puerta para recibir al visitante, pero me sorprendo de ver la imagen de la persona que me había atormentado estos días... ¿Por qué ella estaba aquí?

-Hola Guille... ¿te importa si puedo pasar?- dijo Melissa algo apenada – ¿Cómo llegaste hasta aquí?- dije temeroso, se me hacia complicado estar hablando con ella después de lo sucedido...

-Bueno... yo también venia aquí mucho, ¿te acuerdas?... el portero me reconoció y me dejó pasar... lamento si te molesto Guille, pero necesito hablar contigo... ¿me dejarías?- sus ojos me miraban directamente, parecía desesperada por querer charlar.

Estaba dubitativo, pero me corrí a un lado de la puerta, como invitándola a pasar, ya resignado. Melissa se alegró al ver que había cedido ante su pedido y se adentró en mis aposentos –este lugar esta igual a como lo recuerdo...- dijo mientras veía a todas las direcciones.

Se acercó a la mesa de centro del salón y tomó un adorno que ambos habíamos comprado –no pensaba que seguías teniéndolo, recuerdo que tuvimos muchos problemas para encontrar esta figura- decía mientras se adentraba en la nostalgia.

-¿Qué quieres Melissa?- dije ignorando lo que había dicho, no quería tener su presencia por mucho tiempo en mi hogar, el solo estar cerca me provocaba unos escalofríos y mi corazón se apretaba cada vez más.

-Yo... quería disculparme contigo adecuadamente... todos estos años mi mente jamás pudo estar tranquila, pero tenía una razón para ello... no quería herirte...- decía muy nerviosa, yo ante escuchar su última frase, no pude contener la ira y exploté.