Capítulo 9 - La Florería

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Narra Guillermo:

La lluvia seguía cayendo fuertemente sobre nosotros que aún permanecíamos de rodillas en aquel paradero abrazados, cuando por fin vuelvo al mundo real, me avergüenzo de la situación y me alejé de él echándome para atrás, ¿Qué es esto? ¿Por qué reaccioné de esa forma con esta persona? El chico estaba perplejo, se le notaba en su rostro, si alguien me hubiese abrazado así de imprevisto yo seguro saldría corriendo.

-Disculpa mi repentino comportamiento... yo solo... es que...- trataba de hablarle, pero los nervios me estaban jugando una mala pasada, casi ninguna palabra me salía sin titubear. El chico me miró bajando la cabeza mientras se la frotaba –no te preocupes...- su voz sonaba más calmado.

-Amm... yo...- mire repentinamente las flores que estaban en el suelo – lo siento... tus flores están...- el chico las miró y se dirigió a la cesta para tomarla cuidadosamente –bueno, por lo menos la mayor parte del arreglo está intacto- soltó una pequeña sonrisa que iba dirigida hacia mí para que no me sintiera mal.

Dejó la cesta devuelta en el asiento y me ofreció su mano –ven, te ayudo a ponerte de pie- agarré su mano fuertemente y me impulsé para poder levantarme, quedé muy cerca de su rostro lo cual me dejó más nervioso de lo que estaba, el chico retrocedió dándome espacio, al parecer notó mi incomodidad.

-No sabía que había otra persona esperando aquí, me sorprendiste un poco- dijo tratando de romper el silencio que se produjo por un instante –sí, yo tampoco me di cuenta, estaba pensando en otras cosas- era cierto, si tan solo hubiese sabido antes de que él estaba tan cerca de mí, estaría seguro de que aprovecharía cada segundo en el cual estaba esperando ese bus.

Otra vez se había producido un silencio incomodo, sentía que debía actuar rápido y decirle de una vez que tan agradecido estaba, pero no sabía por dónde empezar, todo era muy extraño, casi irreal.

A lo lejos pudimos distinguir que un bus se acercaba a la estación, el chico volteó de nuevo hacia mí con una cara todavía dudosa –por cierto, tu... dijiste algo mientras... ya sabes...- me sonrojé al recordar que lo había abrasado fuertemente –si, esto... fue un... impulso... ya que estaba feliz de poderte encontrar...- no puedo creer que haya dicho algo tan vergonzoso, pero ninguna otra cosa pasaba por mi mente, estaba tan bloqueado por su presencia que difícilmente mis oraciones tenían una cohesión.

-Perdón, pero es la primera vez que te veo, si fue una equivocación o algo puedo entenderlo- ¿Error? No, él no estaba entendiendo, ese abrazo de verdad no era un mal entendido... necesitaba decírselo adecuadamente sin sonar como un loco de remate.

–No... yo... no estoy malentendiendo nada, ¿eres tú cierto?- había dado mi primer paso, una pregunta que me aclararía si en verdad era ese chico el que me rescató de esos dos sujetos, aunque algo en mí ya lo sabía.

-No entiendo de que me estás hablando ¿Quién crees que soy?- el chico parecía aún más confundido, traté de calmarme y apretando fuertemente mi puño lo miré a los ojos y le hablé –tú, eres el chico de esa vez ¿no es así? Fuiste el que me rescató de ese incidente en el callejón- lo logré... había dicho la frase bien y solo esperaba una respuesta.

El tipo estaba pálido con una cara de asombro que cualquiera pensaría que se topó con un fantasma –t..tu...- ahora el que titubeaba era él.

El bus se estacionó en el paradero, le miró de reojo y volvió la vista hacia mí –este... es mi bus... yo, lo siento- ¿Qué? No podía ser que se marcharía así nada más, el chico apresuradamente tomó la cesta mostrando un poco de dificultad, al parecer algo en su brazo le molestaba, apenas ya teniendo la cesta bien en sus brazos, se dirigió al bus que abría sus puertas.

SU DULCE FRAGANCIA - fanfiction wigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora