Capítulo 24 - Promesas y despedidas

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Narra Guillermo:

Volví a mi apartamento después de no haber tenido éxito en encontrar a Samuel en la florería, mi celular estaba descargado, por lo que se me haría difícil poder localizarlo, así que la única opción que me quedaba era regresar y cargar el móvil para llamarle.

Ya era tarde cuando llegué al departamento, el bus se había retrasado producto de una congestión en las calles porque al parecer hubo un accidente automovilístico, mi desesperación por no saber de Samuel era tan grande que me bajé del bus para ver si el que había sufrido ese accidente no habría sido él, pero era otra persona.

Me dirigí al enchufe que tenía en la cocina y lo puse a cargar rápidamente, esperé unos minutos hasta que el móvil tomara energía suficiente y lo encendí.

Mi celular había colapsado de tantos mensajes y llamadas perdidas, la mayoría era de Samuel que me había estado llamando desde el día de la cita. Regresé la llamada para poder hablar con él, pero su celular se encontraba apagado... ¿Cómo es que tengo tanta mala suerte tío? Intenté nuevamente unos minutos después llamar y otra vez se me cortaba.

¿Estará enojado porque no le habré contestado? Aún si fuese así, el que haya cerrado la florería me dejaba con una mala sensación, posiblemente le haya pasado algo y yo sin poder establecer comunicación.

Revisé el móvil los mensajes de texto que él me había mandado y todas decían que estaba muy preocupado y quería verme, su último mensaje decía que cuando yo me sintiera bien lo llamase, no iba a insistir más porque no quería molestarme... de verdad que he sido tonto, Samuel lo único que hace es preocuparse por mí y yo ni siquiera pude mandarle un texto diciéndole que estaba bien o algo.

La mañana siguiente llegó y yo no pude dormir de los nervios, había estado toda la bendita noche tratando de llamarlo, pero no había caso, Samuel estaba incomunicable, me lo merezco por haber sido tan cabezotas...

Miré el reloj y noté que no faltaba mucho para que la tienda abriera así que me levanté y alisté rápidamente para tomar el bus.

Cuando llego a la estación me encuentro con Chris que estaba en la otra cera, ostras... hace tiempo que no he sabido nada de él, Chris notó mi presencia y se acercó para hablarme.

-¡Willy! Tanto tiempo, pensé que ya no sabría nada de ti ¿vienes de paseo?- dijo con su sonrisa tan peculiar –no, vine a buscar un amigo, no me he podido comunicar con él en días y estoy muy preocupado- respondí mirando de reojo impacientemente en la dirección que se encontraba la tienda.

-Vaya... que problema... ¿quieres que te ayude?- preguntó tratando de buscar mi mirada –no es necesario, él trabaja en la florería que esta cerca, por lo que no deb- iba a terminar la oración cuando de repente Chris me toma del brazo y me lleva a rastras hasta donde estaba la tienda –¡entonces vamos!-.

Llegamos a la puerta y nuevamente estaba cerrada –mmm... ¿tal vez llegamos muy temprano?- dijo Chris rascándose el mentón –no... a estas horas Samuel ya debería estar listo para recibir a los clientes... ayer estaba igual la tienda... siento que algo malo pasó- respondí mirando perdidamente el letrero de cerrado que estaba colgado en la puerta.

-¿Sabes donde vive?- preguntó después de pensar un poco –no... se me ha ido él preguntarle... aunque... recuerdo que me dijo que se encontraba a unas cuadras de la bodega- dije después de analizar la pequeña conversación que había tenido cuando buscábamos la mercancía para la florería.

-Entonces, vamos a buscarlo, ven, mi auto está estacionado cerca- dijo caminando de regreso –pero tío ¿Qué pasará con tu trabajo?- pregunté preocupado –ahh... eso, hace unos días que no trabajo ahí, mi contrato era hasta este año, ya que en unos meses más me mudo- dijo todo sonriente.

SU DULCE FRAGANCIA - fanfiction wigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora