YoonGi era un niño distinto.
YoonGi jugaba a crear su propia iglesia bajo sus propias reglas y creencias.
YoonGi sólo tenía 11 años cuando manchó sus manos con el pecado y la muerte, condenándose así, a una vida miserable y llena de desdicha.
HoS...
—No quiero excusas, te quiero ver allí sin falta —YoonGi iba de un lado a otro en la habitación con en celular pegado al oído—. No no, y una mierda. Yo no puedo con HoSeok.
Me hele por completo. Qué quería decir exactamente con que no podía conmigo.
—Mierda, pero ya te dije —bufó con frustración y por auto reflejó me encogí detrás de la puerta—. Ah~ por favor Zico. ¿Me crees idiota?
¿Zico?, qué clase de nombre más estúpido era ése.
—Necesito que reúnas a seis más, y dile a Zelo que lo necesito más que nunca.
¿Zelo? Pero con qué tipos se junto YoonGi todos estos años.
—Hoy por la noche. Sí sí, lo sé pero los necesito. Por favor Zico...
YoonGi estaba utilizando las palabras "porfavor". Entonces si era para preocuparme.
—Necesito al menos a tres para que retengan a HoSeok —dijo con fastidio, arrojando su maleta al suelo—. ¡¿Qué es lo que no entiendes estúpido?!
Mi mente sufría de un colapso mental. Iba a salir mi lado más marica humanamente posible. Estaba creando demasiadas suposiciones e ideas que me desgarraban emocionalmente.
—¡No lo quiero! —bramó.
Si hubiese nacido como fémina, podría haber estado hecha un mar de lágrimas detrás de la puerta. Pero por desgracia no era así, me trague el dolor y a paso lento me retiré al living.
—¡No lo quiero!... No lo quiero ahí Zico, no quiero que le pase nada a HoSeok. Estoy que me lleva en infierno, pero NamJoon es como mi hermano y lamento lo que le hice a él y a Jin. Ayúdenme, tu grupo y el clan de Zelo me deben muchos favores.
Era imposible que fuese a escuchar algo más, ya no quería saber absolutamente nada.
YoonGi era un bastardo mentiroso.
—Zico, es inhumanamente posible que gane un enfrentamiento contra la prisión estatal de Seúl, solo y con HoSeok. Dos contra el mundo es imposible... Por eso tienen que ir a Gotjawal esta noche a más tardar.
• • •
Mi visión estaba nublada, no lloraba pero lo hacia internamente. Siempre tan estúpido. ¿Cómo pude creerle?, creerle que no me dejaría y que me amaba de verdad.
Que reverenda estupidez.
—¡Hosie!, ¿no me escuchas o qué demonios? Estoy como idiota llamándote desde hace más de una eternidad.
Apreté con fuerza la mandíbula y solté un suspiro pesado. —¿Qué?
YoonGi abrió sus ojos con sorpresa por el tono de voz que utilicé.
—¿Estás bien? —me examinó de pies a cabeza tomando asiento a mi lado.
Me aleje un poco. —Sí, por qué.
YoonGi chasqueó la lengua y me miro con intriga.
—Oye, ayer estabas muy entusiasmado con ir a Gotjawal. ¿Qué te sucede?, ¿quieres llorar? —su mano se dirigía a mi mejilla, pero la aparte de un golpe.
Se sobresalto un poco y de inmediato el ambiente dio un giro de 180°.
—¡¿Qué carajos te sucede HoSeok?!
—Ya no quiero ir a Gotjawal, y será mejor que te vayas esta noche a tu pocilga de donde no debiste salir para encontrarme.
Si la mirada felina de YoonGi matase, aseguraría mi tumba tres metros sobre tierra, pero no, no sería capaz, no conmigo.
—Usualmente cuando uno pierde los estribos no piensa coherentemente, así que hare como que no dijiste eso —respiró con dificultad, tratando de tragarse su futuro enfado.
—Pudrete, largate y esperó que te mueras tratando de salvar a esos asesinos. Son la misma escoria que tú. No merecen ni siquiera seguir respirando el mismo oxígeno que le arrebataron a Jimin.
Y esa fue la gota que derramó el baso.
De un momento a otro estaba debajo de YoonGi tratando de obtener un poco de aire para mis pulmones.
—¿De verdad eso deseas? —gritó oprimiendo con más fuerza mi cuello—. Eres un maldito, ¡¿cómo te atreves a decir algo así?! Después de todo lo que te he dicho.
Intente alejarlo, sabía que podía lanzarlo lejos de mi. Pero prefería morir en sus manos que saber que no me amaba. Que sólo iba a utilízarme.
—M-mentiras —alcancé a pronunciar casi ahogándome en la última letra. Sólo entonces se detuvo y me miro fijamente sin perder detalle de como tosía con desenfreno por conseguir oxígeno.
—Eres un idiota.
Se levantó inmediatamente, e iba en dirección hacia la puerta del departamento dispuesto a marcharse.
—T-tú no me quieres —murmuré aún inestable y agitado.
—Si no te quisiera jamas me hubiese arriesgado a volver a Corea y ser condenado a cadena perpetua —dijo seriamente y con una expresión que no podía describir en él—. Crees que soy imbécil, qué no conozco mi propio caso. ¿Crees eso?
Regreso de nuevo hasta mi, arrodillándose y viéndome como si fuera lo único en todo Asia. Como lo hacia otras veces.
—N-no me quieres —repetí haciendo oídos sordos.
—Con una mierda, HoSeok por favor.
Sin quererlo se escapo un sollozo de mis labios y termine agachando la cabeza.
«Ser débil siempre sería un pecado si delante de mi se encontraba un Dios de la muerte».
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Hoy hubo un Vlive SOPE, por lo que me motivo a traer el primer capítulo que continúa con la fic desde que lo mande a borradores, fue desde aquí. So, espero que lo disfruten, se acercan los últimos capítulos.
