Mi amada esclava [Precuela]

Capítulo 2: Enemigos

Sin abrir los ojos, ella terminó de desabrochar la camisa que portaba quien sería su peor enemigo.

—¿Por qué no abres los ojos?

La chica se giró —es inapropiado que yo vea a mi joven amo desnudo... Si me disculpa, debo retirarme, tengo trabajo que hacer — con la mirada clavada al piso salió del cuarto de baño, esta vez él no se lo impidió, pero la siguió con la mirada hasta que salió por la puerta de la alcoba.

El moreno terminó de desvestirse para entrar a la ducha, su mente retorcida planeando algo. Entró a la tina y se relajó dejando escapar un profundo suspiro. —Haré que la despidan... Iré a hablar directamente con mi padre mañana, no se negará a escucharme.

Sakura ha bajado las escaleras como alma que lleva el diablo, estaba molesta, indignada y toda roja, tal vez por la pena o el coraje, iba maldiciendo y echando conjuros de odio, tan sumergida en su mundo que no se percató que sus dos compañeras la observaban preocupadas y temerosas.

—¿Señorita, Sa-sakura?

El llamado ha hecho reaccionar a la ojijade, volviendo a su estado natural y de manera serena y amable responde —lo siento chicas, ya he terminado mis labores ¿puedo ayudar en algo más?

—No te preocupes linda, ve a descansar y en un par de horas puedes ayudar a servir la cena, Nemu me ayudará — dijo Lucy.

—Gracias Lucy y Nemu, entonces iré yo primero, así podré hacer mi tarea de cálculo, vuelvo en 2 horas — miró el reloj en la pared de la gran sala, eran las 5:47 pm.

(...)

Lucy es la cocinera de aproximadamente 35 años y Nemu es la otra sirvienta de 20 años, ambas son muy amables y trabajadoras, aunque Nemu es muy seria y reservada, mientras tanto Lucy, demasiado tierna y sociable.

También estaba el mayordomo de la familia Uchiha, Sasori de 23 años, cabello rojo y quien también es muy serio y misterioso, pero cae muy bien, además de que es joven y apuesto, tiene un par de años trabajando aquí y hasta donde se sabe, es amigo del hijo mayor de los Uchiha.

Era su primer día y todo marchaba bien, excepto por ese mocoso engreído que no se la dejará fácil.

—¡Me esforzaré padre! No pienso decepcionarte ¡Shannaro! Pagaré la deuda que tienes con esta familia y pronto tendré el dinero para llevar a mamá con el mejor médico y no dependeremos de la caridad de nadie.

La peli-rosa estaba en su pequeña habitación concentrada, resolviendo los problemas de calculo integral que el maestro Kakashi había dejado, cuando de repente abren la puerta de golpe haciéndola sobresaltarse.

—Así que aquí estabas gatita, holgazaneando — la toma con fuerza del brazo y la jala consigo por casi toda la casa hasta llegar a su habitación.

Ella no dice nada a pesar del dolor en su brazo por la brusquedad del moreno.

Al entrar a la habitación, la lanza y el frágil cuerpo femenino azota contra el piso, ella seguía sin mediar palabra y en su rostro el flequillo hacía sombra ocultando sus ojos.

—Hay mucho trabajo que hacer gatita, recoge mi habitación que es un asco y no puedo dormir en esto. Tienes una hora — sentenció.

Se fue y azotó la puerta al salir, ella se levantó poco a poco, su mirada seguía clavada al piso, talló su rostro intentando eliminar cualquier rastro de llanto y lo elevó, sonrió fríamente.

—Esto no se quedará así, te has ganado el infierno, Uchiha Sasuke.

Se apresuró a terminar lo que se le había ordenado, era obvio que todo ese desastre lo había hecho el maldito arrogante solo para fastidiarla.