Capítulo 12: Por eso te odio

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Mientras conducía por la calle en la penumbra, a unos metros, visualizó la maleta rosa, pero no a ella, estacionó el coche para bajar y acercarse, algo no iba bien, su corazón comenzó a acelerarse.

Cuando logró alcanzar la maleta, su cuello giró a la izquierda por inercia. Su corazón dió un vuelco y su estómago se contrajo, tres sujetos la habían atacado y uno de ellos estaba sobre Sakura.

Su sangre comenzó a correr frenética escuchándola tronar en sus oídos, la adrenalina se apoderó de su sistema mientras la ira lo estaba consumiendo...

»Proteger —.

Sus manos se cerraron en puños y de acercó más, detuvo sus pasos e inhaló frenético —Oh... Así que las hienas atraparon la presa del león.

Los tipos lo miraron —¡¿Quién eres?

—El león que viene a recuperar su presa… — una sonrisa siniestra apareció entre la oscuridad con un par de ojos negros llenos de ira —ella es mía.

—¡Lárgate de aquí, entrometido! — gritó uno de ellos.

Pero Sasuke seguía acercándose a grandes pasos, sus grandes botas sonaban en el asfalto con cada pisada.

Una ola de nervios arribó al malhechor  haciéndolo retroceder, los otros se han mantenido firmes, observando con la guardia alta, la presencia de ese chico era imponente.

El miedo se apoderó de Hiruko, obligándolo a sacar una daga de su bolsillo derecho. —Dije que te largaras ¡maldito entrometido! ¡Voy a matarte! —, volvió a advertir, pero aquellos ojos negros habían perdido brillo y cualquier signo la conciencia se había esfumado por la ira.

—Los… Destrozaré — gruñó entre dientes antes de lanzarse violentamente contra Hiruko, a quien no le ha dado tiempo de reaccionar, era demasiado rápido, lo ha tomado del cuello y elevado sobre su estatura para luego estrellarlo contra el suelo con demasiada fuerza.

El aire escapó de sus pulmones y la daga salió rodando por el impacto, el miedo lo ha dejado en shock. El Uchiha no ha perdido tiempo y ha comenzado a patear el estómago de Hiruko, una y otra vez.

Éste vomitó sangre, una patada en el cráneo lo hizo perder el conocimiento.

Los otros solo observaban sin inmutarse, analizando la forma de pelea de su contrincante entrometido, se dieron cuenta que no era cualquier chico, era rápido y fuerte.

Ritzu se colocó ante el jefe para hacerle frente al moreno.

Los ojos negros ahora se centraron en su próxima víctima, comenzó a avanzar sigiloso, precavido, como una serpiente deslizándose hacia su presa.

Una gota de sudor rodó por la sien de Ritzu mientras tragaba saliva, se puso en guardia esperando el ataque de su contrincante.

Sus piernas temblaron y la órbita ocular se expandió cuando el moreno se detuvo a menos de un metro ante él con una sonrisa bastante tétrica a penas visible entre la penumbra del callejón.

A penas reaccionó cuando esquivó el puño de Sasuke, intentó regresar el golpe pero su mano fue atrapada en el aire desde la muñeca. En un movimiento bastante ágil, el ojinegro ya se encontraba atrás, sujetando las muñecas de ambas manos mientras posaba uno de sus pies sobre su espalda.

—¿Esto es todo?... — un crujir se escuchó después, seguido de un grito de dolor aterrador.

—¡Bastaaaa! ¡Me rindo! ¡Déjame ir por favor! — comenzó a suplicar por el dolor y otro estruendo se escuchó —¡aaaaaaahhhh! ¡Malditooo!

Mi amada esclava [Precuela] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora