Mi amada esclava [Precuela]

Capítulo 25: Pacto

—Dime... ¿Por qué te ha recomendado tan importante personalidad de los marines? — avanzó hasta ponerse visible a los ojos jade.

Un chico de orbes y cabellos oscuros, con una piel pálida impecable, al grado de ser extremadamente blanca.

—Lo lamento, no tengo por que responder — dijo sin más y dejó de prestarle atención.

—Intrigante — sostuvo su barbilla entre el pulgar e índice, le dio una última ojeada sobre su hombro a la chica, sin ninguna discreción, luego, se fue.

Pasados unos minutos, un sujeto con uniforme blanco y hombreras negras que indicaban su rango, se presentó ante el grupo, seguido por seis escoltas con uniforme de campo.

Se alinearon tres y tres a los costados del superior. Todos se levantaron en muestra de respeto e inclinaron sus cabezas.

—Buenos días, aspirantes, soy el Capitán de fragata Ibiki Morino, el encargado de la aplicación del examen teórico, pueden sentarse — todos obedecieron, quedando solo de pie los escoltas junto a su capitán.  —Bien, les explico de primera instancia la prueba, como muchos sabrán se dividirá en tres etapas — levantó tres dedos de su mano derecha y posterior bajó dos. —Número uno; teórico escrito — elevó otro dedo  —dos; práctico militar — elevó un tercer dedo —el final; profesional — cruzó sus brazos sobre su amplio pecho —explicaré en qué consiste el número uno, el cual me corresponde aplicar, pongan atención por que no me gusta repetir y no resuelvo dudas sobre lo ya explicado. Les informo que cualquier regla violada a la primera, sale de la habitación y podrán regresar en seis meses, eso incluye lo que acabo de mencionar, no queremos ineptos que ni siquiera pueden captar una orden. Otra regla, las respuestas se responden con lapicera, no pueden usar corrector, no tachaduras, buena ortografía y redacción, cualquier error en su hoja de respuestas y están fuera, así que cuando respondan estén muy seguros... No se les permite copiar, ir al baño, consumir alimentos o hablar, sí se sorprende a alguien haciendo eso, mis escoltas lo sacarán por la fuerza sin previo aviso — la expresión en su rostro con cicatrices era severa, oscura, acorde a su rigidez al hablar.

La pequeña chica comenzó a sentir miedo, su cuerpo temblaba inconscientemente y el sudor frío se corría por su mejilla.

—La prueba dura 2 horas continuas, si terminan antes no se les permite salir, los resultados de esta prueba se dan en dos semanas, en las oficinas centrales. Si apruebas, se te dará fecha y hora para la siguiente etapa. ¿Alguien piensa renunciar a partir de ahora? Les doy 5 minutos antes de iniciar, pueden ir al baño o tomar agua — uno de los guardias le acercó una silla y éste se sentó.    

Muchos murmuraban entre ellos, luego de algunos momentos, varios se pusieron de pie y se retiraron.

Pasados exactos los cinco minutos, el capitán se volvió a levantar. —Bien, momento de responder dudas.

Nadie se atrevía a preguntar algo.

—Entonces, se les repartirán las pruebas, mis subordinados las pondrán sobre sus escritorios, nadie las toque, las abra o las lea hasta que yo de la orden de inicio.

Los guardas repartieron los librillos, posteriormente tomaron lugar dispersos en la gran sala.

—Antes de iniciar solo me resta decir: Ser militar es entregar su vida por su país y vender el alma al diablo, sí están preparados para eso, adelante.... ¡Que comience el examen!

—¡Sí, Capitán! — resonó al unísono en la gran sala. 

Sakura estaba más decidida que nunca, su entre cejo se frunció cuando Sasuke apareció en su mente, prefería entregar su vida a su país que vivirla como esclava de ese maldito, ¿vender su alma al diablo? Quiso reír... Vivió en el mismo infierno como amante del mismísimo Lucifer.