Capítulo 20: Iniciando de cero

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En la primera parada del autobús, la chica aprovechó para bajar, había sospechado que Sasuke la seguiría, así que debía ocultarse muy bien y tener cuidado. Sabía lo que el dinero podía hacer y era lo que le sobraba a los Uchiha.

Entró a un baño público que encontró a unos minutos de ahí, se cambió la ropa para parecer un chico; unos vaqueros flojos, una blusa negra lo suficientemente floja que no hiciera notar sus pechos y por encima un chaleco verde. Acomodó su cabello bajo un gorro de invierno con orejas y con un poco del maquillaje que guardaba se coloreo la ceja rosa a oscura.

Caminó varias cuadras sin rumbo, debía encontrar un lugar donde pasar la noche.

Aún con su mente divagando en todo lo que había pasado y en lo que debería hacer ahora, quería recuperar un poco su dignidad y empezar de nuevo, y eso incluía dejar todo lo que conoce atrás.

Hacerse responsable por sus propias decisiones, sin ser una carga o molestia para nadie, eso la llevó a recordar a Naruto, no se arrepentía de no haberlo involucrarlo, sabía que terminaría haciéndole daño.

Sus pies se detuvieron en un edificio de baja categoría a las afueras del puerto, el lugar parecía abandonado, con un letrero en mal estado que decía «Hostal» casi ilegible, se dio cuenta que esos lugares no eran tan baratos como creía, y menos en un puerto turístico como ese, así que solo le alcanzaría para esa noche.

[...]

Sasuke seguía recorriendo las estaciones donde los autobuses paraban, corría de aquí para allá, desesperado, su pecho subía y bajaba agitado mientras el sudor perlaba su pálida piel.

Sin encontrar lo que buscaba y decepcionado, regresó a Tokio, a su suite. Se tumbó en la amplia cama, agotado, mirando al techo, pensando dónde rayos estaba esa estúpida chica imprudente.

Miro a la ventana, la noche era densa en la gran ciudad o su angustia en su pecho era la que lo mantenía agobiado. Sabía que Sakura era una mujer fuerte, pero seguía siendo peligrosa la calle para una chica de pueblo.

Mañana emprendería la búsqueda, ahora sí, con los mejores detectives e investigadores de la agencia Uchiha, y claro, manteniéndolo en secreto de su familia. Aunque no sabía si eso era posible, pero como siempre, trataría de manejarlo cuando la situación lo demande, su prioridad ahora, era la chica.

Dio vueltas sobre la cama, pensando y recordando todo lo que había pasado desde que la conoció hasta ahora.

Cuando le dijo por primera vez que la “amaba” cosa que Sakura no pudo creer gracias a su comportamiento hostil hacia ella. Había sido un completo patán, aun así, esa chica había sido tan inocente y pura que se había enamorado de alguien como él.

Abrazó la almohada, todavía podía respirar el aroma de ella entre las sabanas, haciendo su mente divagar cuando la había tomado una y otra vez ahí mismo… Comenzó a ponerse duro con el recuerdo y el olor de Sakura, pero lo ignoró.

—Voy a encontrarte, aunque sea lo último que haga — apretó la almohada en sus puños para después estrellarla contra la pared.

[...]

A la mañana siguiente, salió en su nuevo disfraz improvisado, las bolsas bajo sus ojos indicaban que no había dormido bien, ¿y quién lo haría en su situación?

Ahora buscaría un teléfono público para llamar a Tsunade, ya que no usaría el celular, podrían rastrearla fácilmente en cuanto lo activara, no era estúpida, sabía que Sasuke había intervenido el móvil desde que se lo dio.

En la esquina de un solitario parque encontró uno, se dirigió mirando a los alrededores, temerosa de que él pudiera encontrarla, cogió el teléfono y depositó las pocas monedas que traía.

Mi amada esclava [Precuela] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora