Mi amada esclava [Precuela]

Capítulo 4: Tenemos un trato

—Aquí yo tengo el poder Sakura Haruno.

Resonó en su cabeza como tamborileo, sus ojos verdes abiertos en su órbita.

Él aún la sujetaba de las muñecas mientras se miraban uno al otro. Sasuke inexpresivo, y ella no asimilaba lo que acaba de suceder, ese maldito robó su primer beso; que valiente. Porque lo iba a lamentar.

El viento sopló una vez más, llevándose el sonido de un golpe estremecedor. La chica había liberado la mano derecha que apresaba el moreno, y apuñándola, golpeó el perfecto rostro del joven Uchiha con todas sus fuerzas, obligándolo a retroceder unos pasos para no caer por el impacto.

La soltó por completo, con el dorso de la mano, limpió la sangre que había brotado de su boca y nariz, miró el rojo carmesí y después a ella con su ceño fruncido.

—Eso dolió —, no se lo esperó, esta chica no era para nada "normal" ni dulce y era completamente "impredecible", lo asociaba a una personalidad múltiple, o a lo que él llamaba "hipocresía".

Sakura estaba frente a él, con la mirada perdida, sus ojos verdes sin brillo... La había hecho enfurecer, y volvería a atacarlo sin piedad. Acaba de descubrir una faceta nueva e interesante de la "chica perfecta", eso lo hizo sonreír.

—No debiste hacer eso... — se acercó a él, alzando una pierna al aire para impactar de lado izquierdo de la cabeza de Sasuke.

El chico interpuso su brazo izquierdo a tiempo, y el pie de Sakura impactó en éste. Él se apartó y ella de nuevo se lanzó con toda su furia, perdida en la ira, comenzó a dar golpes estratégicos contra su enemigo, fallando todos o siendo bloqueados hábilmente, el chico era bueno esquivando y evadiendo, pero ella no se detenía, no era rápida, pero sí feroz y fuerte.

Sasuke comenzó a contra atacar al sentirse acorralado. Patadas, golpes, saltos, llaves de lucha, etc., se hacían presentes, toda una batalla de prodigiosos en artes marciales mixtas. La intención de Sasuke era hacerle el menos daño posible, solo trataba de contrarrestar sus ataques e intentar someterla.

Uchiha sabía que no era cualquier chica y que había llevado un entrenamiento en diferentes artes marciales, al igual que él, lo supo por su forma de atacar y defenderse.

Ambos eran buenos en lo que hacían, sin embargo... Uchiha era un prodigio, en el primer intento conseguía lo que quería, y ella, tenía que esforzarse de más para conseguir algo, y por anatomía, un hombre casi siempre es más fuerte que una mujer. Entonces ya sabemos quién ganaría la pequeña riña.

Cuando Sakura volvió en sí y la ira ya no la controlaba, se encontraba contra el suelo, boca abajo, inmovilizada con una perfectamente ejecutada llave de judo. Intentó liberarse, pero le fue inútil.

—¿¡Qué crees que estás haciendo, maldita víbora?! — le gritó al que estaba sobre ella en una posición... Bastante comprometedora.

—¿Ya volviste en sí? Ga-ti-ta — resopló orgulloso por su victoria.

Ella intentó verle con el rabo del ojo sobre su hombro, mientras se encontraba en el suelo, aún con una posición vergonzosa.

Sasuke le sujetaba las muñecas tras la espalda con una mano, mientras se sentaba sobre su gran trasero descubierto, la falda se había corrugado hacia arriba, y él prácticamente tenía su culo sobre sus pompas.

—Lindas bragas; verdes con panditas, te las vi en tus intentos de patearme, y las veo justo ahora. ¿Qué debería hacer para castigarte?

Había logrado conectar un par de patadas con él, pero estaba alardeando.