Capítulo 3: ¿Quién tiene el poder?

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El amanecer ha llegado, el sol apenas estaba emergiendo entre los edificios de la gran ciudad. Sakura no había podido pegar el ojo en casi toda la noche, cuando por fin había conciliado el sueño, faltaba una hora para tener que levantarse.

Como pudo dejó la cama, fue hacia el baño y dejó abierta la regadera mientras se cepillaba los dientes. Su reflejo en el espejo sobre el lavabo, se veía patético ¿cómo podría llevar acabo su venganza si lucía terrible, devastada? Sus planes eran brillar como nunca hasta que el engreído se retorciera en su propia envidia y celos.

Inclinó su cabeza y alzó la mirada hacia el espejo, su ceño fruncido mirando el reflejo de sus decididos ojos verdes, había recordado que no estaba aquí para ser la víctima de un patán.

Pronto terminaría la preparatoria y estudiaría medicina como lo había prometido —¡No me voy a rendir, shannaro! — Formó un puño con su mano derecha y recobró las energías —destruiré a todo el que se interponga... Y comenzaré con Sasuke Uchiha — una llamarada parecía rodear su cuerpo, sonrió a su reflejo antes de alejarse del espejo y entró a la ducha.

(...)

El sol brillaba en aquella fresca mañana, al salir de casa, Sasuke cubrió con su brazo izquierdo el rostro, encandilado por la luz, bajó las escaleras de la entrada principal.

En frente, se encontraba el mayordomo con la puerta del auto abierta —joven amo, su coche está listo — dijo el pelirrojo dando una reverencia perfecta.

El moreno entró sin decir palabra, Sasori cerró la puerta y el motor rugió, una voz a lo lejos le impidió arrancar.

—¡Sasuke! ¡Espera! — era su bella madre, apresurada por las escaleras de la entrada.

—¿Qué pasa, madre? — pregunta desde el interior del auto.

Cuando ella lo alcanzó, se asomó por la ventana del conductor —Sakura y tú van a la misma escuela, ¿cierto? Quiero que la lleves contigo siempre, por favor, de ida y de regreso a casa ¿está claro? —, dijo la señora Uchiha con una linda sonrisa.

—¡No! —, contestó de inmediato el soberbio chico frunciendo el entrecejo.

Ella aún sonreía, —entonces irás en el metro, baja del auto y entrega las llaves, si te niegas le diré a tu padre que done el auto a la caridad.

—¡Tsk! Realmente es una molestia ¿dónde está esa tipa? No la voy a estar esperando — masculló las palabras, renegando internamente.

—No seas grosero, Sasuke — Mikoto reincorporó su estatura y miró hacia todos lados —¿Sasori? ¿Has visto a Sakura?

—Ella se fue hace 7 minutos, mi señora — inclinó levemente la cabeza.

—Que mal mamá, será para la próxima — sonrió triunfador y sujetó el volante.

—No cariño, alcánzala y recógela, promételo... — sabía que las promesas en la familia Uchiha son inquebrantables, son una familia honorable.

La expresión del chico volvió a ser de fastidio —está bien, mamá — rodó la pupila e hizo una mueca.

—¿Esta bien, qué? — insistió.

—Lo prometo — refunfuño.

Ella sonrió brillantemente —que te vaya bien, cariño. Oh, sí, evita hacer esas expresiones, ya no eres un niño — dijo antes de apartarse.

El auto arrancó con el joven Uchiha molesto, siempre cumplía sus promesas y odiaba eso de él y su "honorable familia".

No fue difícil encontrarla, más adelante identificó el cabello rosa que tanto aborrecía, jamás había odiado tanto un color ¿por qué le molestaba tanto esa gata? Realmente no había hecho nada personal contra él, pero sentía la necesidad de molestarla y hacerla sentir mal, se divertía con ello, sonrió entre sus pensamientos de verla sufrir mientras le alcanzó.

Mi amada esclava [Precuela] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora