Lα ɴιñerα ~ Jιмιɴ & Tύ

ᴇɴᴄᴇʀʀᴀᴅᴀ

-¿Qué hacemos?- pregunté.

-No lo sé.- respondió alterado- Te puedes esconder...

-¿Esconderme?

-Sí, en el armario.

-¿Y por qué no lo haces tú?- pregunté cruzada de brazos.

-Porque no quepo en ese lugar tan chiquito.- dijo mirándome con el ceño fruncido.- Espera, no le tendrás miedo a la oscuridad o si?

-No, pero tengo claustrofóbia.- dije con tono molesto.

-Ooh que lástima, lo harás de todas formas.

-¿De qué hablas?- pregunté confundía- No voy a entrar ahí- dije firme.

-¿Quién dijo que lo harías?

-¿Eh?- fruncí el ceño y él me miró sonriendo. Me toma rápidamente de las piernas y de los hombros quedando como una bebé entre sus brazos.- Bájame, no quiero entrar ahí!

-Lo siento tontita, es hora de superar tu miedo.- abrió las puertas del armario con ayuda de su pie.

-No estoy jugando, bájame!- dije y empecé a golpearlo pero fue en vano, ya me encontraba encerrada en ese maldito armario.- Jimin juro que te odio.

-Suga! ¿Qué pasa amigo?- maldito de Jimin lo había dejado pasar y yo aquí encerrada.

-¿____ no esta contigo?- preguntó Suga.

-No, claro que no...¿por qué?

-No la encuentro por ningún lado y alguien me dijo que la vió contigo, por eso pasaba por aquí.

-No, se habrán confundido no la e visto en toda la noche pero no te preocupes, capaz se fue a la casa o de una amiga.

-No lo creó, nunca de va sin avisar, me ayudas a buscarla?

-Si claro, no tengo problema- contesto Jimin y escucho que se van.

Estaba a punto de salir de ese horrible lugar pero cuando sacaba de a poco  las piernas escucho la voz de Jungkook y que trataba de abrir la puerta de la habitación. Sin pensarlo rápidamente entré al armario. Me quedé en un bollito y cerré mis ojos para no alterarme.

-Ven...- era la voz de Jungkook.

-Que linda habitación tienes.- era una voz femenina.

Por favor díganme que no van a tener relaciones porque quiero salir ya. No puedo tener tanta mala suerte, no aguanto más estar encerrada.

-¿Te gusta?- dijo Jungkook.

-Más que tú no...- dijo la chica y se escuchaba como se besaban.

-Diuug! Dejen de hacer tanto ruido!- pensé.

-Mmm, eso espero muñequita...- y se escuchó el crujido de la cama.

-Mierda!!- musite.

-¿Qué fue eso?- preguntó la chica.