Lα ɴιñerα ~ Jιмιɴ & Tύ

ʙéꜱᴀᴍe

Rápidamente me levanté y fuí directo a la habitación de Jimin, no podía dejar que se salga con la suya.

-Jimin, abrime!- dije molesta y empecé a golpear aún más.- Sino me abres por tu cuenta, entraré igual.- y nada.

Cansada de esperar la abrí, apenas crucé esa puerta deseé no haberlo hecho, había una pareja teniendo sexo que no se habían percatado de mi presencia.

-Mierda!- dije tapándome los ojos.-¿Es coña? Salgan de aquí, ya!!ñ- grité y la pareja empezo a cambiarse rápido y salieron corriendo.- ¿Por qué me pasa esto?- me quejé.

Con todo este caos me había olvidado completamente de Anne, así que fui corriendo para verificar como estaba.

-abrí muy suavemente la puerta- ¿Anne? ¿Estás despierta?- pregunté y me acerqué más para ver que lo estuviera y así fue, estaba en un profundo sueño a pesar de la música fuerte.

Me alivie de que aún siguiera dormida, seguramente ya debe estar acostumbrada a esto gracias a su jodido hermano. Luego de verla, bajé las escaleras muy aturdida, observé la casa y estaba repleta de gente, realmente era un caos.

-entre la multitud busqué a Jimin y por fin lo ví- Me las pagarás.

Jimin se encontraba apoyado contra la pared con una chica rubia, hablando muy acaramelados por cierto, él llevaba puesto unos lentes de sol y ella un vestido que no dejaba nada a la imaginación. Fuí hacía ellos y le agarré la mano a Jimin alejándonos de ella.

-¿Qué haces?- me miró molesto- Me interrumpiste con esa hermosura!-mira hacía donde se encontraba la chica y hace una mueca con los labios.

-¿No escuchaste lo que dijo tu madre? ¡Nada de fiesta!- estaba realmente molesta- Yo estoy a cargo, así que ahora diles a todos que se vayan!- él me mira y sonríe- ¡Te estoy hablando en serio!

-Eres muy mona cuando te enojas.- con su dedo me toca la naríz- Me gusta...- agregó y me tomó por la cintura acercándose.

-No me toques.- lo empujé.

-No debiste empujarme.- me agarró de la piernas y me cargo como saco de papas sobre su hombro.

-¿Qué haces?!- grité- Suéltame ya!- empecé a golpear su espalda.

-No sirve que me golpeés, no te bajaré.- contesto- Y por cierto que lindo camisón te cargas, me gusta mucho la vista.

Y recordé que llevaba puesto ese camisón que se traslúcia bastante.

-Joder!- musité.

-Que feo que insultes tanto, aunque me atraen las chicas malas.- ríe.

-En serio te digo...- le suplique- estoy realmente incómoda...

-Esta bien, pero con una condición.

-¿Ahora qué quieres?

-Déjame pensarlo bien...Vale, quiero que me dejes hacer una fiesta y no le digas nada a mi madre.

-Es injusto, ya la hiciste!

-Lo sé, pero no esta tan buena, no tuve tiempo de organizarla.

-Tú madre me va a matar si te dejo.

-No, porque no se tiene que enterar.

-¿Y Anne?- pregunté.

-Anne se va con mi padre no va a estar, no es un problema.