especial II Marina&Garel

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El lugar como siempre era alto,  constaba de unos tres pisos con una superficie y un interior  moderno. 

El taxi que me llevaba estaciono enfrente de la puerta de madera y con la propina correspondiente me baje, suspirando pensando el como actuar,  comienzo a caminar en dirección al lugar.

Sacando una pequeña llave con adornos algo antiguas abro la puerta sin hacer ruido, la sala se encontraba totalmente en silencio lo que era sorprendente dado que el siempre saltaba encima mi.

Era algo inquietante el silencio que se esparcía por todo el lugar por lo que fui al comedor a paso lento mientras observaba todo con cuidado ¿ a donde se metió? Llevaba como 10 minutos caminando de aquí para allá sin encontrar aun nada interesante o que me diera alguna pista, pase por tres puertas seguidas y nada, dejando todas mis pertenencias en unos de los muebles , subo mi vista a las escaleras del segundo piso pensando que me esperaba allá arriba.

Un poco interesada, ansiosa y llegando a pensar que solo me había llamado aquí para una broma empiezo a subir al segundo piso, con más cuidado evito hacer ruido y sigo sin encontrar nada, frunciendo el ceño subo hasta el último piso y procedo con el mismo procedimiento dando el mismo resultado, empezando a incomodarme porque me podía haber ido a mi casa sin necesidad de haber pasado por aquí ya que yo solo quería irme a dormir, me dirijo a la segunda planta y preparo la ducha en el cuarto principal.

Una vez listo mi trabajo en la bañera me dispongo a quitarme la ropa lentamente como si alguien me estuviera mirando con una intensa mirada y yo solo le estuviera haciendo un stripper de forma gratitua.

Ya lista, huelo las fragancia que estaba esparcida por todo el lugar... era realmente relajante todo aquello... inmersa en todo, no me percato de que en el baño donde me encontraba estaba la persona que había llamado.

El cuerpo desnudo de marina era esbelto y firme, con la curvas necesarias, sin algún gramo de grasa o celulitis a la vista, en conclusión , alguien que pasaba horas y horas en el gimnasio donde su cuerpo era uno de sus tantos números uno.

Caminando un poco hacia bañera meto un primer pies lentamente mientras se me erizaba los pelos del cuerpo y la nuca, hice un sonido levemente de satisfacción mientras me apoyaba para meter el otro pies, entretanto el que se hacia llamar padre de Garel, disfrutaba de aquel show en privado que lo supiera o no la chica, lo estaba disfrutando tanto, la verdad no se cansaba de ver la fruta que alguna vez consideró prohibida.

Marina sumergiéndose se sentó dentro de la tina y sin más se recostó hasta que el agua le llego a los hombros, su cabello y la espuma le cubrían el cuerpo.

El depredador la miraba con ojos lujuriosos, no podía aguantar más estar lejos de la presa, por lo que sin hacer mayor ruido, se acerco hasta donde se encontraba ella.

La miró desde arriba por unos minutos hasta que se agacho aun lado y le susurro al oído " aunque esto sea un pecado, no me arrepiento de nada... te tengo tantas ganas." Su voz carrasposa se interno por su oído haciendo que su espinal dorsal se arqueara un poco.

- Te tardaste- decía, con una voz tranquila mientras mantenía los ojos cerrados.

- Disfrutaba de la vista- un pequeño pico se implanto en la boca de aquella chica mientras se formaba una diminuta sonrisa en los labios.

- ¿ qué te pareció el entretenimiento ?- abrió los ojos y se podía ver la excitación.

- ¿ qué piensas tú?- se empezó a levantar mientras observaba sin quitarle la vista de encima a la persona que lentamente se levantaba a la par con él de la bañera sin importar que el agua lo mojara o si el jabón del cuerpo fuera sido sacando totalmente de el.

Ya frente a frente la tensión se podía sentir en el aire - entonces ¿ a qué esperas para follarme o te lo pido amablemente - su cabello formando rulos, con las puntas goteando repetitivamente sin descanso, mientras su cuerpo brillando por la luz del bombillo que le pegaba en el cuerpo, le daba una sensación salvaje e inesperada a la situación.

- No tienes que pedir nada- sin más, agarro su cintura y la jalo a su cuerpo a la vez que ella saltaba y enroscaba sus piernas mojadas alrededor de la cintura, un poco de agua cayo al piso mientras la ropa del hombre eran mojadas por otras circunstancias.

No hizo falta más nada, sólo dos bocas necesitadas que se encontraron devorándose entre si mientras que el tiempo parecía haberse detenido y los grados de calor hubieran aumentado.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Ya el sol había salido, por lo que los rayos de luz se coleaban por las hendiduras de las cortinas dando directamente en la cara a Marina y a una parte de su espalda desnuda, entre tanto un sonido amortiguado se esparcía por la recamara, repicaba tanto hasta el punto de que dos cuerpos en la cama se empezaran a mover.

El primero en rendirse y levantarse fue aquel hombre que estaba realmente satisfecho por la grandiosa noche que habían pasado, sentándose en la orilla de la cama se estiro un poco sonandose los huesos relajando instantáneamente su cuerpo, enrollándose una cobija alrededor de la cintura se dirijio al baño para refrescarse un poco, al salir seguía el irritante sonido de un repiqueteo de llamada, un poco fastidiado fue a donde se originaba el ruido, encontró y levanto el teléfono el cual en la pantalla táctil tenía en grande, el nombre de Garel su hijo, al principio se sentía mal por la acción que había cometido, pero después, mientras más afianzaba su relación tanto personal como no con marina, se le hacia difícil alejar la nueva tentación.

Naciendo un calor en su pecho, dejo que la llamada volviera a perderse, la atracción de llamar a su hijo y decirle toda la verdad empezaba a carcomerlo, solo una llamada, o un encuentro o alguna cosa y todo iba hacer "solucionado" ya no más mentiras, ya más nada iba hacer tapado, él se encontraba segado de amor por Marina y aunque no estaba libre la quería para el, solo el y nadie más... Se voltio y la miro, todo ella era hermoso ¿ qué lucharía por ella? Ya lo hacia ¿ qué le importara que fuera su hijo? Le dejo de importar desde hace tiempo, ya a su hijo lo veía como otro hombre, a alguien que no era más un familiar ¿qué valiera la pena? En ese momento no lo pensó, solo tenia una cosa en mente.

Apago el teléfono y se volvió acostar al lado de su mujer, abrazándola y enredando sus pies junto con los de ella le susurro al oído lo que no había dicho en mucho tiempo.

"Te amo"

¿Sigueme O Te Sigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora