¿Sigueme O Te Sigo?

capítulo 5

Tenía la cabeza y los labios tapados, junto con mis manos que se encontraban amarradas por una cuerda ubicadas en mi espalda, estaba acostado en el asiento de cuero del carro, mis  piernas estaban juntas en cambio por un pedazo de cable que utilizan para el teléfono.

Me moví un poco para saber si me podía librar, cosa que lo único que  logré fue lastimarme más las muñecas.

- Ya despertó- escuche decir a alguien que no veía ubicado en la parte de adelante.

- Si lo sé, seguro se moverá intentando librarse de la cuerda,pero no va a lograr mucho dado que estamos llegando a donde el jefe y el solo logrará lastimarse.

< ¿Jefe?>

- Que suerte tiene el señor -dice repentinamente uno de los dos con voz de fastidio- es un muchacho realmente lindo- <lindo tú madre>- como quisiera ser el jefe, disfrutaría de cosas como estás- sentí una mano sobre mi pierna que subía repentinamente a la parte de mis muslos internos, me moví rápidamente haciendo sonidos con la boca quitando su mano.

- No digas estupideces- advirtió el otro con voz ronca-si te oyen no la cuentas, además no lo toques- el otro chasqueo la lengua en modo de respuesta.

- No por mucho será así - respondió en susurro, el otro solo suspiro pesadamente.

El tiempo pasaba y todo mi cuerpo empezaba acalambrarse

- ya llegamos- anunciaba el que conducía mientras aparcaba el carro en un lugar seguro, luego uno de los dos hombres que se encontraban en el automóvil conmigo, me sacó de forma brusca cargándome como un saco de papas a la ves que sentía una mano sobre mi glúteo, me moví cual gusano tratando de darle con la rodilla en el pecho, lo cual ocasiono que me agarrará con las dos manos,  una en el mismo glúteo, mientras la otra estaba por encima de mis dos piernas, quedé inmóvil.

Mientras caminaban, escuchaba como sus pasos pisaban la tierra, los grillos y las aves cantaban, el olor a pinos me inundaba las fosas nasales levemente mientras mi cabeza se movía de un lado a otro ó rebotaba de arriba abajo dado al dolor punzante que me daba en el cuello si duraba mucho tiempo en una sola posición, quitando eso, nada en si me daba mucha información, solo que para quitar a los mirones, deberíamos estar lejos de la civilización ó en una urbanización privada... 10 minutos pasaron y por fin nos detuvimos, al rato una voz grave y profunda solo vociferó - Pasen -

Sintiendo que pasaba por un pasillo, me pegó un intenso olor a tabaco haciéndome toser un poco, al rato nos paramos en medio de una sala.

 - ya llegamos señor- anunciaba la persona que me cargaba mientras este seguía sosteniendo de la misma manera.

No dijeron nada, por lo que imagine que les hablaba por señas o que ni siquiera se tomaba el trabajo de hacerlo, la verdad no lo sabia.

Sin más me movía del lugar donde estábamos parados y me ponían en otro, el hombre que me cargaba me bajaba de su hombro sin roces o algo parecido depositandome en el piso, parado, sin ver, ni hablar o moverme, me quedé quieto cual estatua, agudizando el oído.

Sintiendo aún la presencia del que me bajo al frente, estuve alerta sin moverme, de la nada, mis manos y pies se sentían liberados de la presión que antes estaban sobre ellos, permitiéndome sobarme las muñecas y quitarme la venda de los ojos y boca.

- ¿por qué estaba aquí?
- no pareciera que quisieran dinero
-¿ ese cerdo que se atrevió a tocarme lo reconocería? quería matarlo.

Parpadee varias veces para que la vista borrosa se acostumbrara nuevamente a la luz, lo primero que vi, fue a la persona que estaba al frente de mi, un hombre no mas de metro ochenta, con una raya que le pasaba por encima de la ceja, el ojo y terminaba al final de la mejilla derecha, aún con eso tenia su ojo intacto, su cabello era de corte militar, mostraba tener un cuerpo fornido y con tatuajes dado que en ese momento solo usaba una camiseta con pantalón roto en una rodilla, su piel era morena y su cara mostraba una mirada divertida.