The Prince #1

46. Misión

Alonso.

No podía evitar que mi corazón se acelerara cada vez que la escuchaba hablar o estaba cerca de mí, es inevitable sentirme de esta manera cada vez que la veo pasar o sonreírme.

—¿Qué te ocurre? —preguntó Jos inmediatamente cuando se paró frente a mí.

—Estoy realmente confundido. —hablé con la verdad, mi amigo se sentó a mi lado y lo escuché suspirar.

—Cuéntame tus pecados, amigo. —alcé una ceja, él me prestaba total atención y decidí decirle de una buena vez, después de todo él fue el culpable de que en este momento esté confundido.

—Creo que tenías razón. —dije pero él continuaba esperando. —¿Cómo sabes que te gusta alguien? —una enorme sonrisa se dibujó en su rostro.

—¡Lo sabía! ¡Yo te lo dije pero tú no querías creerlo! —exclamó levántandose de un salto del sofá mientras empezaba a hacer un pequeño baile.

—Sólo respóndeme, ¿cómo sé que me gusta? —insistí y Jos volvió a sentarse.

—Bien, ¿cómo te sientes cuando estás con ella? —hice una mueca y me puse a pensar en ella, en su sonrisa y su mirada. —¿Y bien? —insistió mi amigo mirándome con una sonrisa.

—Me siento... Completo. —respondí sin mirarlo.

—Awww. —soltó de repente y volteé a mirarlo. —Eso es suficiente. Te gusta y estás loco por ella. —dijo felizmente, solté un suspiro y dejé caer mi cabeza hacia atrás mirando el techo.

—No puedo creer que esto me esté pasando. Debo casarme en un par de semanas y mis sentimientos se hacen presentes hasta ahora. —tapé mi rostro con ambas manos.

—Estoy seguro que ella también te quiere. —dijo repentinamente y volteé a mirarlo con una ceja alzada.

—¿De verdad? ¿Cómo lo sabes? —Jos respondió con un encogimiento de hombros.

—La verdad aún no lo sé, pero me encargaré de averiguarlo. —dijo mirando a un punto fijo sonriendo. —¡Bryan! —gritó y un minuto después el chico ya se encontraba parado a un lado del pelinegro.

—¿Qué? —preguntó mirándolo.

—Tenemos una misión. —Bryan alzó una ceja mientras que Jos continuaba sonriendo. —Necesito que me lleves con esa chica Cassandra. —escuché que le dijo mientras se lo llevaba con él hacia la cocina.

Dudo mucho que a Bella le guste, después de todo ella aceptó hablar con Freddy quien aún es su novio.

Me levanté del sofá rumbo hacia la habitación en donde solía tocar el piano para mi madre. Quité la sábana blanca que lo cubría y deslicé mis dedos sobre las teclas.

Es tan tentador comenzar a tocarlo en este preciso momento, pero no me siento con ánimo. Mucho menos porque sólo solía tocarlo para mi mamá, pero ella ya no está aquí conmigo.

(...)

Aproximadamente treinta minutos después, Bella estaba de regreso. Llamó la atención de nosotros tres quienes estábamos mirando la televisión.

—¿Y? ¿Cómo te fue? —preguntó Bryan mirándola atentamente, ella suspiró y se encogió de hombros mientras se sentaba en el sofá.

—Seguimos juntos. —respondió ella, sentí un sentimiento extraño en mí y bajé la mirada. —No quiero seguir hablando de esto, iré a mi habitación. —nos dedicó una media sonrisa y se levantó con dirección a las escaleras.

—¿Cómo está tu corazón? —preguntó Jos susurrándome, puse los ojos en blanco y no le contesté. —Bryan, llévame ahora a ya sabes donde. —dijo mientras se ponía de pie, Bryan asintió y lo siguió hasta salir del castillo.

Es un sentimiento muy extraño el que se siente. Supongo que si Bella tomó la decisión de seguir con aquel chico es porque lo ama.

Y yo no debo interferir en el amor de nadie, así que me casaré con Nat, ya está decidido.

(...)

Jos.

—Pero aún no entiendo por qué quieres ir a verla, pensé que tú solo podías unir a Isa y a Alonso. —decía Bryan sin despegar la vista de la calle.

—Porque necesito de su ayuda. Ella es la mejor amiga de Bella y seguramente ella sabrá como sacarle la información que necesito. —escuché un resoplido por parte de Bryan.

—Yo también soy su mejor amigo, ¿no pensaste que yo podría preguntarle? —negué lentamente con la cabeza.

—Bryan, se nota que no sabes nada de chicas. —él alzó una ceja. —Ellas suelen contarse todo porque se supone que las mujeres se entienden mejor entre ellas. —comenté poniendo los ojos en blanco.

—Bien. —fue lo único que respondió y continuó manejando en silencio. —Espero que Cassandra siga viviendo en el mismo lugar.

Varios minutos después nos detuvimos en una gran casa azul, supongo que aquí vive la chica.

—Aquí es, o eso espero. —ambos nos desabrochamos el cinturón de seguridad y bajamos del auto.

Caminamos hacia la puerta y Bryan tocó el timbre, no pasaron más de dos minutos cuando afortunadamente Cassandra se encontraba parada al margen de la puerta.

—¿Qué pasa, Bryan? —preguntó con el entrecejo fruncido.

—El cejón quiere hablar contigo. —respondió señalándome con la cabeza.

—Así es, necesito de tu ayuda. —ella alzó una ceja, salió completamente de su casa y cerró la puerta detrás suyo.

—Soy toda oídos. —dijo cruzándose de brazos, tomé aire y comencé a hablar.

—Quiero que me ayudes a averiguar si Bella está interesada en el príncipe. —ella sonrió ampliamente.

¿Debería tomar esa sonrisa como un sí?

—¡Pero claro que sí! Cuenta conmigo. —sonreí y volteé a mirar a Bryan quien también estaba sonriendo. —Para ser sincera creo que e lo está, pero aún no lo admite o no se ha dado cuenta. —la chica hizo una mueca.

—De acuerdo, entonces lo primero que debemos hacer es que se de cuenta y cuando ya lo sepa tú te encargarás de sacarle la información, ¿de acuerdo? —ella asintió.

—Un momento... ¿Por qué es que necesitas saber eso? —preguntó alzando una ceja.

—Mi amigo debe casarse para ser rey, pero yo no permitiré que se case con cualquier chica. Bella me pareció la indicada desde que la conocí y Alonso ya ha comenzado a interesarse en ella y si ella acepta casarse con él pues... Serán felices. —conté felizmente, Cassandra continuaba mirándome de la misma manera.

—Eres muy tierno. —dijo riendo e inmediatamente borré la sonrisa de mi rostro. —Bien, pero para que también ellos dos comiencen a enamorarse correctamente debemos dejarlos solos, no sé tal vez organizarles una cita. —opinó ella sonriendo.

—¿Y qué pasa si Isa se niega a dejar a Freddy? —preguntó Bryan ocasionando que Cassandra y yo lo miraramos con los ojos entrecerrados.

—Se dará cuenta de la clase de chico que es y lo dejará, sólo espero que mi amiga no sea tan estúpida.