The Prince #1

43. "No me gusta"

Isabella.

—Alonso no me gusta, Cassandra. —ella me miraba con los ojos entrecerrados. —Es un buen amigo, eso es todo. —mi amiga puso los ojos en blanco y ambas nos levantamos de donde estábamos sentadas.

—Pero cuéntame, ¿cómo es que has cambiado de opinión tan repentinamente sobre él? Porque antes lo odiabas. —solté un suspiro mientras Cassandra me veía con atención esperando mi respuesta.

—Pues... Él me ha apoyado mucho, Cass. ¡Hasta compró muchas cosas por mis antojos! —exclamé sonriendo.

—Awww. —soltó mi amiga y volteé a mirarla con los ojos entrecerrados. —Disculpa, es sólo que me parece muy lindo.

—Sí, lo es. —volví a sonreír.

¡Deja de sonreír como estúpida, Isabella!

—Y a todo esto... ¿Freddy lo sabe? —preguntó mirándome seria.

—No. Se volvería loco si se entera. Aunque ya ni siquiera sé qué pasó con nosotros. —dije mientras continuábamos caminando.

—¿Qué es lo que le ha sucedido a Freddy, Isa? —preguntó. Mis pies comenzaban a doler y lo único que quería y debía hacer era regresar a descansar.

—Te cuento en el castillo. —ella abrió los ojos sorprendida. —¿Vamos? —mi amiga asintió efusivamente a lo que no pude evitar reír.

Comencé a caminar dispuesta hacia la parada del autobús que me llevaría a unas calles del castillo hasta que a lo lejos pude observar el auto del príncipe.

¿De verdad siguen aquí?

—Ven, ya conseguí transporte. —le dije a Cassandra quien me miró confundida pero me siguió.

Una vez que estuvimos paradas junto al auto me asomé y toqué la ventanilla del lado del copiloto haciendo sobresaltar a Bryan.

—Yo solo vine por unas donas, lo juro. —dijo mostrándome la bolsa de las donas.

—Ajá. —sonreí. —Sólo llévanos al castillo, por favor. —dije subiendo en la parte de atrás junto con Cassandra.

—Que sea el chofer de Alonso no significa que también sea el tuyo. —dijo volteando a mirarme con una ceja alzada. —Te llevo solo porque eres mi amiga. —sonreí y Bryan puso el auto en marcha.

(...)

Cassandra miraba el castillo con la boca abierta. Estaba maravillada con todo esto, o al menos era lo que aparentaba.

—Este lugar es enorme. —dijo ella sonriendo.

—Oh sí, y no has visto el interior. —ella agrandó más sus ojos, le sonreí y caminé hacia la entrada del castillo siendo seguida por Cassandra y Bryan.

Cuando estuvimos en el interior ella miraba todo con asombro sin borrar la sonrisa de su rostro.

—Esto es hermoso. —dijo mirándome sonriente. —¿Y el príncipe? —como por arte de magia Alonso apareció sonriendo, Cassandra inmediatamente hizo una reverencia.

—No tienes que hacer eso. —le dijo él a mi amiga, ella se incorporó avergonzada y asintió.

—Gracias por hacer todo esto por mi amiga, príncipe. —él volteó a mirarme con una sonrisa.

—Lo hago con gusto. Ella me ha ayudado bastante. —le sonreí de vuelta y sentí la mirada de Cassandra puesta en mí. —Bien, supongo que irán a tu habitación, ¿no, Bella? —asentí. —Nos vemos luego. —mi amiga le sonrió y después de eso Alonso se fue.