«Entonces, mamá, ¿qué quiere decir eso que ha dicho Ruby hace un momento? ¿Qué es un "gadar"?»
La curiosidad natural de su hijo hizo sonreír a Emma. Entonces comenzó una explicación que deseaba que fuera breve, mientras se encaminaban la habitación de la pensión.
«El "gayradar", Matt, gayradar...Digamos que...quiere decir que Ruby está convencida de ver cosas que cree que yo querría ocultarle...»
«¿Qué cosas?»
Definitivamente, ese chico no lo dejaría tan fácil. Mejor explicarle todo...de todas formas, Emma nunca le había ocultado nada a su hijo y no iba a comenzar ahora.
«Bueno...¿te acuerdas de Lily?»
«Claro, era simpática, me gustaba mucho...»
«Pues bien, ¿te acuerdas que las dos nos dábamos besos? Ya sabes, ¿besos de enamorados?»
«Sí, por supuesto que me acuerdo. ¿Por qué ya no la ves más a Lily?»
«Bueno porque ella eligió ir a darle besos alguien a escondidas...y eso no es correcto, ¿sabes?»
«Es verdad, recuerdo que me lo habías contado. Y también me dijiste que podíamos darle besos de enamorado a quien quisiéramos, chicas o chicos, siempre que los dos lo quisieran»
Matt parecía estar recitando un tema, orgulloso de mostrar que se había aprendido lo que Emma le había enseñado. Ella recordó con emoción ese momento en que le había intentado explicar a Matthew el comportamiento de ciertos cretinos homófobos de Boston que les habían insultado en la calle a ella, a Lily y a Matt. El joven, con ocho años en la época, no había comprendido por qué la estaban tomando con ellos. Y Emma tuvo que hacer de tripas corazón para explicarle calmadamente por qué algunos no aceptaban su modo de vida, cuando lo que deseaba ella era acercárseles y romperles la cara.
Después siguió un pequeño periodo de auto aceptación. La frescura e inocencia de Matthew había conmovido a Emma. Para él como para ella, salir con chicos o con chicas les parecía totalmente natural y no comprendía por qué eso no podía ser aceptado por todos.
Matthew preguntó, curioso
«Pero, ¿qué tiene que ver con Ruby y con lo que ella cree?»
«Bien...digamos que Ruby piensa que yo le escondo cosas en relación con...la señora Mills...»
«¿Ah sí? ¿Deseas darle besos de enamorado a la señora Mills?» gritó Matt, sorprendido
«Calla, Matt, ¡no deseo que todo el mundo esté al corriente!»
«Pero, la señora Mills, ¿ella también desea hacer eso?» preguntó él, curioso, bajando la mirada
«Bueno, ese es el problema, no lo sé. No lo creo...y recuerda, solo tenemos el derecho de hacerlo si las dos personas están de acuerdo...»
«Es complicado...»
«Y que lo digas, chico...Bueno, pero mira, es un secreto, ¿eh? No lo vayas soltando por ahí. ¡Solo faltaba que ella estuviera al corriente de eso!»
«Bah, mamá, ¿cómo quieres que ella te dé besos si no le dices que tú lo deseas?»
Emma sonrió de orgullo ante la lógica de su hijo
«Sí, la vida es complicada, ¿eh? No crezcas demasiado rápido, mi príncipe, ¡tendrás tiempo de darte cuenta por ti mismo!»
Cuando dieron las seis en el reloj del ayuntamiento, los Swan ya esperaban desde hacía un buen cuarto de hora en su coche, impacientes. Emma había decidido meter todas las bazas a su favor para no enfadar a Regina, y le había aconsejado a Matt que cuidara su lenguaje, su comportamiento y todo lo que pudiera molestarla. Con el corazón a mil, tocó a la puerta. Casi inmediatamente, pasos apresurados se escucharon y la puerta se abrió con fuerza.
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Siempre te encontraré
FanfictionTRADUCCIÓN del fin francés Je vous retrouverai toujours de Bonne Ame. ¿Y si Emma no hubiera tenido un hijo, sino gemelos? ¿Y si esos dos hijos, que no se conocen, se encontraran por casualidad? ¿Y si, gracias a esos niños, Emma conociera al amor de...