En casa de los Mills existía una tradición familiar anual que Henry estimaba tanto como la de Navidad. Todos los veranos, antes de volver al colegio, Regina le concedía un día entero montando a caballo. Aprovechaban esos últimos días soleados paseando y disfrutando del aire estival por los campos de los alrededores. El muchacho montaba desde su más tierna infancia, alentado por su madre que había sido desde siempre una excelente amazona. Ese día les permitía estar juntos a los dos y Regina esperaba cada año con impaciencia a que llegara ese día para pasarlo sola con su hijo, sin trabajo, sin alcaldía, sin administrativos, sin electores...
La fecha se acercaba y Henry no se perdería ese día familiar por nada del mundo, sobre todo ahora que su familia estaba finalmente completa. Cuando habló de ello con su hermano, los dos se convencieron de que ese día llegaba como agua de mayo para consolidar el acercamiento entre sus madres.
Una tarde, Henry habló del asunto con Regina, decidido a convencerla.
«Mamá, pronto será nuestro día a caballo. ¿Y si se lo proponemos también a los Swan?»
«No sé si es una buena idea, Henry, ya sabes...»
Regina fingió sorpresa, pero en realidad, ella lo había pensado desde hacía mucho tiempo.
«Oh, venga, mamá...Pronto se irán y me gustaría de verdad pasar un poco más de tiempo con ellos»
«Pero es nuestro día, Henry. Es nuestro día en familia...»
«¡Mal argumento, mamá! ¡Ellos también son nuestra familia y lo sabes!»
«Y si no saben montar a caballo, nos van a retrasar...»
«¡Mamá, deja de buscar falsas excusas! ¡Y si nos retrasan, los esperaremos y estará muy bien también porque estaremos todos juntos!»
«Siempre tienes respuesta para todo, ¿eh?» le preguntó ella con una sonrisa
«Síp...»
«¡Lenguaje, Henry!»
«Sí, mamá...Pero, por favor...Si no aceptas por ti, acéptalo por mí, por favor...» respondió subrayando la súplica, con ojos de cachorrito
«Muy bien, de acuerdo, Henry. Se lo propondré»
Regina y su hijo sabían perfectamente que los dos se morían de deseo. Pero Regina no debía dar falsas esperanzas a Emma. ¿Cómo proponerle ese paseo sin que se imaginara que era algo más que una simple salida?
Finalmente decidió llamarla esa misma noche. Reunió valor, y luchó por ignorar ese corazón que montaba demasiado escándalo para su gusto. El timbre de llamada le pareció eterno, hasta que Emma finalmente atendió
«Hola Emma»
«Buenas noches Regina, ¿cómo está?»
«Bien. ¿Y usted?»
«También bien...La echo de menos...»
Regina no se esperaba que Emma fuera tan directa. Pero le gustaba. Le gustaba tanto...
«Yo tam...hum...bueno, Henry y yo queríamos proponerle una salida este fin de semana» retomó ella, incapaz de confesarle cuánto la echaba de menos también.
«Ah muy bien, ¿qué tipo de salida?»
«Una jornada a caballo. Es una tradición con mi hijo cada año, ha insistido que también os invitara»
"Gracias, chico", pensó Emma con una sonrisa, antes de responder
«Bien, ok, gracias Regina»
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Siempre te encontraré
FanfictionTRADUCCIÓN del fin francés Je vous retrouverai toujours de Bonne Ame. ¿Y si Emma no hubiera tenido un hijo, sino gemelos? ¿Y si esos dos hijos, que no se conocen, se encontraran por casualidad? ¿Y si, gracias a esos niños, Emma conociera al amor de...