My School Days→Vkook/Taekook

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—Jungkook-ah concéntrate. ¡Grabaremos de nuevo! —el director suspiraba cansado, ya era la quinta toma y no conseguía decir bien la frase, no al menos sin parecer un idiota.

—Lo lamento —me reincorporé para releer—, por milésima vez —susurré lo último con la intención de que sólo fuera para mí.

—Comercial SK Telecom, toma 6 ¡Acción!

—¿Esta bien recibir todos estos regalos una y otra vez? ¿Cómo una especie de descuento para celebridades? ¿Es posible?

—¡Corte! Jungkook-ah ¿Es posible que no suenes tan cínico? ¿¡O que mires a la cámara esta vez!? —el director se masajeaba las sienes repetidas veces y había un tono de molestia extrema en su voz—. Tómate un descanso ¿sí? —me miró exhausto—, continuaremos con Jimin-sshi y te dejaremos de último —asentí indispuesto y salí rápidamente del set.

Todo el cansancio se acumuló en mi ser, gracias al milagroso maquillaje podía tapar las horribles sombras bajo mis ojos -producto de no haber dormido la noche anterior-.

Sabía que el domingo tendríamos la grabación para el comercial de SK Telecom y aun así no me molesté en descansar para estar atento, dispuesto y dar lo mejor en mi trabajo.

Tus managers están sorteando un premio en regaños y tú tienes todos los números.

Así que ahora estaba parado a un lado del lavamanos, reprimiendo mi odio y auto desprecio, tratando de reponer fuerzas. En otra oportunidad hubiese podido lavar mi rostro, pero ahora era seguro y arruinaría todo el maquillaje.

El sonido de un mensaje llegó a mis oídos y con todo el fastidio saqué el móvil del bolsillo. No quería hablar con nadie en este momento, pues era obvio y sería cortante o borde.

Hyung Acosador:
-¿Dónde estás? Ya terminé de grabar, vamos a almorzar.

Yo:

-No puedo ir. Tuve problemas en la grabación y me dejaran de último.

La pantalla cambió con la alerta y sonido de una llamada, dándome un enorme susto.

Era nuestro manager.

Hasta aquí llegaste.

Preparándome mentalmente para lo que venía, contesté. Las manos me sudaban y hacían que se me resbalara el móvil al colocarlo en mi oreja.

—¿Si, hyung-nim?

—¿¡Qué te sucede hoy Jungkook-ah!? El director me acaba de llamar todo frustrado. ¿Seis veces? ¿Cómo pudiste equivocarte seis veces con líneas tan cortas?

—Lo siento mucho, hyung.

—¿Qué te sucede hoy? —bajó el tono de su voz una cantidad considerable.

—No dormí bien, lo siento.

—¿Y por qué no dormiste bien? Vamos, te conozco Jungkook-ah, esto es más que un desvelo común. ¿Qué ronda por tu mente?

—Está todo bien hyung, no hay nada de qué preocuparse. Me relajaré y lo haré bien —masajeaba mis sienes con mi mano libre, fatigado.

—Eso espero, nos vemos.

—Nos vemos.

No podía con el estrés, ya el dolor de cabeza había incrementado potencialmente, y las ganas de arrancar cada uno de los pelos en mi cabello se apoderaban poco a poco de mí, sentía el sabor metálico de mi propia sangre en mi labio inferior de tanto lastimarlo con mordidas frecuentes.