Tal como lo había dicho Eunbi en palabras de adivina: algo andaba mal con este chico.
No le entendía para nada, ni en lo más minúsculo, la cabeza me explotaba todos los días con la misma escena; menos cuando trascurrió esta última semana y todo lo que hizo fue evitar que nos viéramos más de veinte minutos en la escuela para luego aparecer por mi casa actuando el doble de extraño. No era que ahora se hubiese mudado conmigo, sino que necesitaba su ayuda indispensable para los malditos nacionales.
Pero por supuesto, él no actuaba así con todo el mundo, la cara le cambiaba una proporción inimaginable de alegría en el momento en que se la pasaba con sus nuevos mejores amigos. Iban a reuniones, salían después de clase, practicaban en casa de Yeonjun, y eso sin contar las innumerables veces en el día de los que me los topaba juntos, ¡incluso tenían su propio idioma! Bueno, ahí exageraba, pero no le quitaba el hecho de que se osaran a hablar en inglés ciertas veces para que nadie les interrumpiera o se sintieran más cómodos ¡daba igual! No era mentira eso de que pareciesen una boy-band.
Excluido, estás excluido.
Había dejado de intentar encajar con ellos, algo o más bien alguien, me hacía sentir como si no me quisiese allí ni por un minuto. Era el amable Yeonjun, descubrí que sí lo conocía de antes, dio la casualidad de que comenzó a entrenar en Big Hit hacía ya dos meses, ¡yo mismo vi su audición con Boy In Luv de la que Namjoon no paró de hablar por semanas! También noté algo muy soberbio de su parte, él podía tratarme bien, amigable y todo lo demás que veía Tae en su personalidad cuando estaba reunido con su grupo (específicamente delante de mi novio) pero en el instante que me lo encontraba yo solo se le caía la careta e intentaba de todo para no cruzar mucha conversación conmigo o cortarme de plano.
Era estúpido. Pero más estúpido fue de mi parte haberle aceptado algo. Sobre todo, una invitación. Porque ahora me encontraba en una de esas fiestas de las que todo el mundo fanfarroneaba en ese lujoso penthouse, parado delante de una gran estatua de la Venus de Milo adornada con hilarantes luces de navidad, comiendo Pringles de limón, bebiendo vodka de mora y asistiéndole una charla tranquila a MI deslumbrante rubio de ensueño, algo nuevo en él era detenerse a soltar o seguirle comentarios a las cosas delirantes que dijeran sus amigos, con toda la confianza y ánimo, como si este fuese su nuevo trabajo.
Como si fueras una ternura con la gente...
Jamás había ido a una fiesta en mi vida, al menos no una como esta, y tenía una línea muy fina balanceándose en mi cabeza entre estar abrumado-emocionado por tantos colores, luces, olores, botellas de alcohol, sonidos y el murmullo de las personas pasándoselo bien. Sí, esto podría definirse como algo que sería parte de la juventud.
—¿Qué sueles hacer aquí? ¿Cuál es el propósito? —probé de una copa con los bordes cubiertos de una especie de azúcar y jarabe de fresa que vino a dejarme Lucas bien sonriente, pude sentir algunas burbujas explotándome en la lengua, curioso.
Taehyung rio enternecido. —Bailar supongo, preparar tragos para ayudar a Yeon con la carga, soportar algunas conversaciones estúpidas de gente muy borracha, enseñarle groserías en coreano a Lucas, fumar con Xuxi, sostenerle el cabello a Eunbi cuando vomita —sonaba como si todas estas cosas tuvieran un significado especial para él, sonreí mirando a las luces fluorescentes de la pista de baile—. Divertirse... Así como nosotros borrachos en la playa, ¿a qué sabes cómo hacer eso verdad?
Jadeé, mis dedos tamborileando en mi vaso rojo. —Claro, ¿entonces has dado muchos besos de tres por aquí? —solté con la picardía que iba adquiriendo en cada trago.
—Sabes perfectamente que eso no lo hago sin ti —tenía una sonrisa preciosa que me provocó besar.
Era imposible dejar de ver la hermosa persona que era él. Nada más con verlo vestido de colores me daba alegría, estaba intentando las cosas que no se atrevía antes, como hacer amigos, vestir así, dejar que vieran su talento y aprendieran de él. Hoy nos habíamos arreglado juntos, la mayoría de cosas que cargaba puestas fueron elegidas por Taehyung, le puse algo de maquillaje: rubor en las mejillas, colorete en los labios y escarcha en gel para las cejas; Tae por su parte escogió dos jeans azules con dos correas brillantes y camisetas sencillas con tema de banda. Tae me peinó el cabello hacia atrás y yo le separé el flequillo en dos para luego aplicarle más brillo de gel y así luciera espectacular ese rubio.
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My School Days→Vkook/Taekook
Fanfiction'My School Days' Jeon JungKook, golden maknae de la exitosa agrupación coreana BTS, estudiante "temporal" de School Of Performing Arts Of Seoul, prepotente, compulsivo por sus ideales, terco, gruñón e intenso al punto de tener la razón. "Problemas p...