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Cuando tenía diez, había escrito un párrafo entero en una hoja de papel porque me pidieron la descripción de la vida que quería en un futuro, incluí una casa simple, los amigos que quería tener, los dos perros, tres gatos, cuatro peces dorados, también a la persona con la que me casaría y obviamente en dónde estaría ubicada mi computadora para jugar online.

Quisiera tener esa facilidad hoy en día para llevar todas mis decisiones, pensaba en lo genial que sería llenar cinco o siete líneas de los requisitos deseados para los próximos años y sólo sentarme a esperar a que eso se cumpliese. Obtener planes era de las mejores cosas en el mundo, saber que tenías una meta, y había personas que hacían eso por mí. Convencí a mucha gente de que estaba bien, que esta vez de verdad sería diferente, y por la única razón de que iba a graduarme y todos los problemas desaparecerían, que no habría más "peros" ni "peleas por injusticias". Les dije que esta sería la última experiencia, luego me dedicaría al 100% en mi trabajo, sería la estrella implacable que todos querían y que yo mismo me dispuse al debutar.

Sonreí tranquilo, era un nuevo día, podía pisar este colegio otra vez, pronto divisé a Taehyung, estaba al fondo de los casilleros cuando le vi caminar por el pasillo, tan brillante, igual de feliz y dichoso, a su manera por supuesto, lo que significaba el tener una mueca con su misma cara amargada de siempre, conocerlo bien tuvo sus ventajas porque podía diferenciarlo, y eso constaba en sus ojos brillando. Y esta emoción que me emergía no era por verme, le salía naturalmente por el hecho de estar rodeado de estos tres chicos muy muy muy amigables con él.

Bien, yo me perdía semanas y al parecer Taehyung ya era una abeja reina en el colegio, no era mentira cuando me contó por teléfono que todas las ratas se movían para hacerle espacio al caminar y darle miradas contempladoras, esperando a que tirara migajas para salir corriendo a atraparlas.

Pero ahí estaba la especie que él me había descrito tan diligentemente, porque era la única que le agradaba, decía que no era la gran cosa haberse conseguido amigos, pero ahora veía en sus ojos lo entusiasmado que estaba junto a estas personas. Y olvidó el detalle demasiado específico de que esta especie era increíblemente guapa.

Lucían como un trío de idols haciendo una colaboración con un One Direction clonado. Me sentí tan pequeño cuando vi a este grupo de gente groseramente atractiva acercándose a mí. El ejemplar rubio natural sonrió excesivo a mí antes de que incluso Taehyung pudiera saludarme normalmente, porque nuestra nueva norma constaba en que fuésemos conocidos pero la "amistad" no nos llegara a tanto gracias a que ahora sí teníamos un enorme foco en las cabezas.

—Hey —habló de primeras Taehyung, los pobres chicos detrás ya no se veían tan intimidantes como en la pasarela previa, le dejaron la decisión de este primer encuentro al rubio oxigenado.

—¿Qué hay? —era lo mínimo que podía decirle al chico que amaba porque jugábamos con las reglas más estrictas de todas.

—Jungkook... Te presento a Yeonjun de California, a Xuxi de Hong Kong y a Lucas de Sídney —recitó, sus largas pestañas señalando a cada uno apropiadamente, era oscura su actitud ahora—. Son mis pupilos.

—Vaya, con que este es Jeon Jungkook de BTS, ¡maravilla! En persona eres más apuesto —saltó el chico alto, (bueno, el segundo más alto) con una voz muy divertida y de torpe galante, sí que era ese chino del que Tae me había contado.

—¡Sushi idiota, no es tiempo para tus bromas! Este es un momento modales. Es un placer, Jungkook-nim —miró al aire al momento de acordarse del "nim" y la presentación adecuada, casi me desmayo, porque esto me lo dijo el rubio que obstruía toda la luz del sol, el único sin ojos rasgados y odiosa piel porcelana—. ¿Me firmas un álbum más tarde? —casi me tragué la lengua para no reír.

My School Days→Vkook/TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora