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Este malestar se sintió realmente como si directamente depositaran una tonelada de plomo en mi estómago, el aire acondicionado tenía este ruidito artificial constante en mi audición, olía bien, sí, como a un mix de licor fuerte, agua de mar y spray bronceador, junto a mucha fruta fresca.

Pero espera, ¿por qué no me podía mover bien?

Una risa nasal interrumpió mi lucha por liberarme un brazo. Sentí ver triple en cada parpadeo y que la luz me quemabas las retinas. Mil pinchazos viajaron a través de mi cabeza como si me estuvieran friendo el cerebro. Tenía puesta una sudadera gigante, creí que era la azul marino de mi maleta, noté a una de mis manos estaba atada con un pedazo de sabana en una rejilla de la cómoda.

Mi cuerpo estaba molido. Podía escupir un pulmón y toser el corazón.

—Ya era hora de que despertaras... —esa voz estaba ronca.

Con los movimientos moderados y quebrantados me fui incorporando (más bien arrastrando) para librar la atadura.

Creo que me disloqué la muñeca en donde estaba mi rolex...

Creo que perdí el rolex.

—¿Q-qué mierda es esto...? ¡Ah, quítate! —esa invocación demoníaca que me había salido por la boca a cuestas de mi martirio no podía ser mi voz.

Ahg, la noche anterior...

¿¡Qué demonios hiciste!?

Mi cabeza cayó en la almohada una vez que me solté de esa mierda, no sentía ni el brazo, noté que mi cuerpo acaparaba toda la cama, estaba en bóxers y además, muy pegajoso.

¡Qué asco!

Espera, V ¿dónde-?

—¿Será que podrías terminar de despertar y beberte esto, novio mío? —medio vi que Tae le daba vueltas a algo en sus manos, yo no estaba listo para volver a la Tierra.

La nave nodriza perdió contacto con la Torre de Control y ahora viaja varada entre un punto cercano de Plutón. 

Tanteé toda la cama, tal vez en busca de mis signos vitales.

Mierda, ¿era posible tener contracciones en la cabeza?

—Kook, levántate, come y bebe algo y prometo que si quieres luego te dejaré seguir durmiendo, no importa —Tae hablaba despacio a mi lado, cada que sus labios se movían una proyección se transmitía vía cinta en mis ojos sobre la diversión desenfrenada de la fiesta; sentí el colchón hundirse y lo que supe al segundo al segundo era que V estaba trazando líneas en mis hebras despavoridas.

—¿Bebí mucho ayer?

—Más de lo que podías aguantar... —ese tono con el que me decía las cosas me daba un poco de calma, como si estuviera escupiendo algodón.

—Maldita sea —otra puntada en la cabeza, ahora en la nuca.

YA SAL DE MÍ.

—Sí...

—¿Por qué estaba atado ahí...? No me digas que me puse insoportable.

Niño Jebús te dije que no me abandonaras y me abandonaste.

Tae descendió la vista, me abrí un hueco entre el brazo para verle desde mi tumba, me regresó los ojos con una pequeña sonrisa.

—No te quedabas quieto... No me dejabas quieto —corrigió enseguida.

Levanté la cabeza y rodé los ojos hasta obtener esta sonrisa incitadora. —¿Entonces me ataste a la cama para que no pudiera violarte? —terminé por reírme de lo estúpido que estaba siendo todo.

My School Days→Vkook/TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora