Capitulo 2 *Recuerdos borrosos*

2.2K 168 35
                                    

*La tarde estaba lluviosa, varios niños estaban sentados alrededor de una fogata, mientras que una mujer mayor les leía un cuento. Todos excepto uno, parecían estar atentos a la lectura de la mujer. Un niño de cuatro años se levanto de su lugar sin hacer ruido. Al parecer escuchaba algo que nadie más escuchaba, se asomo por la ventana, la tormenta estaba algo fuerte. Pero aun así lograba escuchar a un bebé llorando pero, ¿dónde? Se acerco a la puerta principal, pero estaba muy pequeño y no alcanzaba la perilla. Volteo a todos lados y se aseguro que nadie lo siguiera. Tomó una silla y tratando de no hacer ruido llevo la silla a la puerta. Subió en ella y logro abrirla

Salió de la casa, su pequeño cuerpo fue cubierto por el agua, ignoro la lluvia y trato de localizar de donde venía el llanto. Al caminar un par de metros hacia un árbol de Sakura, encontró a una pequeña dentro de una cesta, estaba mojada y al parecer tenía hambre ya que pudo ver el biberón vació. Se acerco más a ella, se veía tan pequeña, tan frágil. Sus ojos color chocolate lo miraron y por unos segundos dejo de llorar.*

Abrió los ojos rápidamente al escuchar el llanto de su hijo, volteo a todos lados y se dio cuenta de que se había quedado dormido sobre el escritorio en su habitación, ya que se encontraba haciendo unos trabajos para la universidad.
Miro el reloj, las tres y media de la mañana. ¿Por qué soñó eso? Hacía mucho tiempo que no tenía recuerdos de aquella casa hogar y mucho menos de esa pequeña bajo la lluvia. Tal vez no lo recordaba porque tenía cuatro años. 

Sacudió la cabeza y se levantó de su asiento, camino hacia la cuna donde lloraba su hijo. Este al ver la mirada de su padre guardo silencio, era algo raro que pasaba pues con tan sólo tres meses de nacido, guardaba silencio ante la mirada seria de su padre. Naraku llego a bromear diciendo que ya había sembrado el miedo en su hijo con esa cara tan espantosa, pero el peliplata ignoraba esa broma. 

Lo tomó en brazos y lo llevo a la cama, sabía que era lo que tenía, el pequeño no era de llorar en las noches a menos que tuviese hambre o sucio el pañal. En esta ocasión se trataba del pañal. Acomodó al pequeño en la cama y comenzó a cambiarlo, el pequeño jugaba con sus manos y hacía pucheros raros. Una vez que termino lo acomodo de nuevo en la cuna pero al momento de darle la espalda Takuma comenzó a llorar. Al voltear a verlo, el pequeño se calmo y alzo su manos, señal de que quería ser abrazado. Sesshomaru resopló y lo tomó de nuevo en brazos.

—¿Esto querías? —dijo serio y el pequeño le sonrió. Sesshomaru negó lentamente, recostó al niño en su cama acomodando las almohadas para evitar que se cayera, una vez que lo acomodó lo miro con detenimiento, parecía que no tenía la mínima intención de volverse a dormir—. No te muevas —ordenó serio, Takuma sólo ladeó la cabeza y siguió jugando con sus manos.

Sesshomaru resopló y dio la vuelta para ir a la cocina por un café, el sueño se le había ido así que aprovecharía para sacar del clóset las cosas que pertenecieron a Koyuki. Le costo trabajo, pero se resigno a que ella no volvería, aunque los recuerdos de los momentos que pasaron juntos volvían a su mente sólo para recordarle lo tonto que había sido al dejarse seducir por ella. 

Volvió a la habitación, Takuma seguía despierto y sonrió al ver a su padre entrar. Sesshomaru le dedico media sonrisa. El pequeño se parecía a él, tenía muy pocos rasgos parecidos a su madre. Dejo su café en el escritorio. Tomó unas cajas que se encontraban debajo de la cama y se acerco al clóset donde empezó a sacar cada prenda de ella. Le causaba cierta tristeza hacerlo, pero era lo mejor mientras más rápido la olvidara, más rápido estaría mejor. Al terminar de sacar toda la ropa del clóset frunció el ceno al encontrar una caja de madera hasta el fondo, no perteneció a Koyuki sino a él. Tenía años que no veía esa caja, pensó que se había perdido cuando volvió con sus padres, pero no, ahí estaba. La tomó y se sentó en la orilla de la cama.

Perfect two Donde viven las historias. Descúbrelo ahora