Epílogo

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Había pasado una semana desde que Rin había sido llevada al hospital, aún no era dada de alta ya que debían de sacar toda la droga de su sistema. Su piel tenía algo de color, ya comía un poco más. Iba recuperándose lentamente, pero casi no hablaba, apesar de estar feliz porque su padre volvió, no tenía ganas de hablar. Sólo se la pasaba viendo el techo y pensando en Sesshomaru.

Aún no sabía sobre la muerte de Koyuki, lo único que sabía era que Bankotsu ya estaba encerrado en una cárcel de máxima seguridad. Suikotsu había vuelto al saber que Bankotsu estaba encerrado. Intento regresarle el dinero ya que no le veía el caso quedarse con el. Rin se negó a recibirlo nuevamente, sólo le dijo que lo tomara como pago por ayudarle, Suikotsu se negaba pero Izumo le sugirió que usará en dinero para los estudios de su hermana. Así que agradeció y se fue de allí.

Rin había comenzado a recibir ayuda psicológica. donyde la doctora le recomendó a Izumo que aún no le contara lo que estaba pasando afuera, el accidente de Naraku, la muerte de Koyuki y la detención de Aome. Lo de Bankotsu se lo dijeron ya que ella tenía miedo a que él regresara por ella. 

—Buenos días hija —Izumo entro a la habitación, Rin le dedico media sonrisa—. Ayame fue a comprar tu ropa.

Ella asintió, Ayame era la prometida de su padre, era más joven que él, tenía veinticinco aós. Ella había sido quien lo encontró en la orilla de la playa de aquella isla donde estuvo tanto tiempo. Rin parecía no molestarle que su padre estuviera con alguien más, incluso le alegraba verlo así ya que se notaba que la pelirroja lo hacía feliz, cosa que no llego a ver con Naomi. 

—¿Me darán de alta? —pregunto en voz baja.

—Sí —le sonrió—. No iremos de viaje. 

 —¿A dónde? 

—Francia, recuerdo que dijiste que te gustaría conocerlo.

—¿Y su trabajo?

—Encontré otro, así que sera más fácil conseguir nuevo trabajo a donde vayamos. 

—Suena bien —volteo hacia la ventana.

—¿Quisieras despedirte de Inu-No e Irasue? —era los únicos que podían o que ella quería que entraban a verla. 

—Sí —suspiró.

Izumo resopló, sabía que debía tenerle paciencia, al menos hablaba más que en los dos primeros días. Salió de la habitación para llamar a los señores Taisho y decirles que Rin quería despedirse de ellos.

Inu-No e Irasue llegaron después de una hora, Rin terminaba de vestirse con ayuda de Ayame, cuando estaba lista la pelirroja abrió la puerta y salió para que los mayores entraran.

—¿Cómo te sientes? —pregunto Irasue acercandose a ella.

—Bien —le dedico media sonrisa—. Nunca terminare de agradecerles todo lo que hicieron por mi —miro a ambos.

—No tienes nada que agradecer —dijo Inu-No. 

—Espero que nos llames seguido —hablo Irasue.

—Claro.

Les dio un abrazo a los dos, luego salieron de la habitación, ellos se despidieron y Rin fue al auto de Izumo con ayuda de Ayame, mientras Izumo firmaba los papeles del alta y cubría todos los gastos. Una vez que termino fue al auto y partieron rumbo al aeropuerto. 

Mientras esperaban a que su vuelo saliera, Rin estaba leyendo un poco. No se daba cuenta de que a lo lejos Sesshomaru la estaba observando. No se acercó a ella porque no sabía que reacción podía llegar a tener, pero sabía a donde iba puesto que estaba en comunicación con Izumo, él se encargaría de decirle como estaba Rin. Ella podía sentir esa mirada sobre su persona, pero por mas que volteaba no veía a nadie.

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