Capitulo 18 *Que sean felices*

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Rin abrió los ojos y suspiró como deseaba que todo lo que paso hace dos días fuese un sueño. Sesshomaru había vuelto con su ex esposa o tal vez seguía siendo su esposa.

Las lágrimas comenzaron a salir sólo de recordar las palabras de él. Eso dolía más que los golpes físicos.

Pero ella también tomó su decisión, el día anterior Inu-No fue al restaurante para hablar con ella. Le contó sobre la herencia de Izumo y le ofreció su apoyo. Le propuso volver al colegio, pero ella se negó. No podía volver a un lugar donde la directora la trato mal sólo por un embarazo. Le dijo que cobraría la herencia y se iría de la ciudad, no muy convencido Inu-No acepto y firmo como responsable de Rin para que pudiera salir a donde quisiera, claro que él sería el único que sabría a donde se iría ella.

Se levantó con pesadez de la cama y fue directo al baño. Una vez que termino de alistarse, se miró una vez más en el espejo. Sus ojeras eran notorias por tanto llorar, tenía un moretón en la mejilla izquierda y varios más en el cuerpo. Uso un poco de maquillaje y salió de la habitación.

—¿Saldrás? —pregunto Naraku sorprendido. En esos dos días se había negado a salir de la cama.

—Sí —le sonrió a medias—. Gracias por tu hospitalidad —hizo una reverencia.

—No es nada —le dio un corto abrazo—. Pero eso sonó a despedida —se alejó de ella.

—Lo es —susurró.

—¿Qué? ¿A dónde vas? ¿Regresaras al colegio?

—No, a ese lugar no volveré —su voz ya no sonaba como antes, alegre. Ahora sonaba, apagada y triste, hasta en sus sonrisas se notaba—. No puedo decirte a donde voy. Espero que me entiendas.

—Lo hago... Pero creo que estas tomando una decisión apresurada. Tienes que hablar con...

—No lo menciones —interrumpió Rin, sabía que si escuchaba su nombre seria incapaz de salir del lugar—. Hablare con él antes de irme —susurró.

—¿Segura?

Ella asintió, quería regresar la llave del departamento y ver a su hijo por ultima vez. Después se iría para no causarle molestias al peliplata. Naraku resopló y la vio irse sin mirar atrás. Esperaba que pudiera arreglar la situación con Sesshomaru, no le gustaba verla así de triste.

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Koyuki estaba sentada en la orilla de la cama de Sesshomaru. Llevaba la camisa de él puesta, de sus ojos salían gruesas lágrimas de enojo y frustración. Miro de reojo al peliplata, quien estaba dormido con la sábana hasta su cintura.

—Maldito —gruño en voz baja.

Había logrado que él la hiciera suya, tuvo que drogarlo para que eso pasara. Al principio estaba feliz, pues él se mostraba muy apasionado. Tal vez el  efecto de la droga o porque ese era el verdadero Sesshomaru.

Cuando estaban juntos nunca se había mostrado así, esa noche la había llenado de caricias y besos. Pensó que era porque la había extrañado, pero todo ese show de acabo cuando el término ya que murmuró algo que ella no esperaba.... El nombre de Rin.
Con esa simple palabra fue suficiente para que ella no alcanzará su orgasmo, se alejó de él y se puso su camisa.

Escucho que llamaron a la puerta, frunció el ceño y se levanto para ir s ver de quien se trataba. Al ver por el orificio de la puerta de se trataba de Rin sonrió con malicia. Se alboroto el cabello y arrugó la camisa de Sesshomaru que le llevaba a los muslos.

Era era su oportunidad para vengarse de Rin, la odiaba y le tenía envidia. Pues en tan solo unos meses Rin había conseguido algo que ella no consigo en dos años, el amor de Sesshomaru.

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