3.- Las estrellas.

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Pasaron algunas semanas, había tomado una gran confianza para platicarle mis cosas a Camila, desde hace mes y medio la conocí, pero hasta hace poco fue que comenzamos a salir en plan amigas para olvidarnos un poco de la escuela.

Un día en la noche, le llamé, no podía dormir.

-¿Camila?

-Lauren, ¿todo está bien?

-, sólo que... no puedo dormir.

-¿Puedo quedarme contigo hasta que te sueño?

-¿Lo harías?

-Está claro que .

Hablamos durante un buen rato, hasta que el sueño no podía con nosotras dos, así que fuimos a dormir para poder vernos mañana en la prepa.

Pasaba el transcurso de las clases y, deseaba como nunca, terminaran, tenía ganas de conocer más a Camila, saber quién es detrás de esos lindos ojos cafés y sonrisa perfecta, ganarme su confianza, ya que la mía, la tiene, aunque no lo sabe, conseguir la llave de sus secretos, para prometer guardarlos siempre, y entregarle los míos, saber cuáles son sus miedos, sus debilidades y sus fortalezas, aquello que le provoca enojo incontrolable, quiero saber qué la relaja y qué la ayuda a actuar como una persona fuerte, quiero saber su secreto, pero no lo malinterpreten, no es para utilizarlo de una mala manera, al contrario, quiero que sea evitado a toda costa eso que la hace sentir triste, y que pueda conseguir el elixir de la felicidad para ella, quisiera que cuando se sienta sola en las noches, me llamara, me mandara un simple mensaje, estoy segura de que me quedaría con ella así nos amaneciera, porque nuestra amistad será fuerte, será verdadera y duradera, quiero que, en algún momento de nuestras vidas, pueda llegar a considerarla mi hermana, aunque... ¿puedo considerar una futura hermana a quien tanto he pensado sin parar?, no sé, pero, hay algo que a la perfección entiendo, y es que me veo en un futuro con ella, a su lado como amiga fiel, regañándola como su madre, apoyándola como su hermana, haciéndole berrinches como su hija, pero siempre con ella.

Salimos de la escuela después de un día pesado, ambas pusimos atención en cada clase, aunque ella no notaba que la veía, o bueno, al menos eso creía yo, simplemente volteaba porque una fuerza difícil de resistir llamaba mi atención, pero, ¿Se habrá dado cuenta?

POV Camila.

Ella me veía. Sentía sus ojos esmeralda mirarme cada dos minutos, pero, ¿por qué lo hacía?, tal vez trataba de decirme algo importante y yo de idiota la ignoraba, aparte, ¿ella para qué me vería?, si soy un desastre de persona física y emocionalmente. Soy ése tipo de persona que vive en aguas pacíficas hasta que un gran tornado interviene en mi vida, Lauren seguramente no quiere una amiga así.

-¡Eh!, ¡Camila!- Escuché que alguien llamaba y volteé mi cabeza.- ¿Qué ha pasado?, saliste del salón sin siquiera esperarme.- Demonios.

-Oh, Lauren, perdón, estaba demasiado entrada en mis pensamientos.- Me disculpé y por décima vez, sentí mi cara cómo lentamente subía el rojo tenue.

-De nuevo roja.- Bajó su mirada y noté una leve sonrisa.- Es divertido ver cómo tu cara se va poniendo roja.- Dijo al tiempo que subía su cara para mirarme; el rubor regresaba, interrumpió mi cambio de tono.- Helado.

-¿Helado?

-Helado, vamos por un helado, Camila.

-Vamos por un helado, Lauren.- Dije y comencé a saltar como niña pequeña.

Un poema.- Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora