16.- Poesías propias.

251 20 0
                                    

POV Lauren.

Y un día más de nuestras vidas pasó mientras estábamos juntas.

Habían pasado dos meses desde que inicié una relación con Camila, y, sinceramente, dormíamos juntas cada que podíamos.

Muchas personas podrían referirse a esto último como estarnos olvidando de nosotras mismas al estar siempre en compañía de la otra.

Pero, lo que ellos no sabían, es que yo solamente me sentía completa estando a su lado, y ella se sentía igual conmigo.

Camila había pasado a ser una persona tan importamte para mí, que verla todos los días no me molestaba, al contrario, anhelaba que así fuera, y lo más interesante del asunto, es que nunca me di cuenta de cuándo fue que esto sucedió.

Solía escribir en mis poemas frases como "La chica de los ojos cafés", "Su sonrisa tan curvada y representativa", "Su piel tan pálida como el brillo de las estrellas", y muchas más que nunca había si quiera pensado atravesarían mi mente mientras trataba de expresar miles de sentimientos revoloteando por todo mi ser.

Me había quedado reflexionando mientras miraba al techo, pues Camila había decidido meterse a bañar.

Otra cosa que amaba demasiado, es que mi familia había aceptado a Camila como si también fuera parte de ésta, la habían aceptado desde el primer momento en el que puso un pie en la casa, eso nos hacía muy bien a todos; mis hermanos tenían una persona a quien contarle muchas cosas, Sinuhe y Alejandro podían pasar más tiempo con Sofi, Camila podía expresarse como ella era sin sentirse intimidada, y al final del día, yo tenía a mi novia conmigo, y ella me tenía a mí, y es así como todos salimos beneficiados por un amor que se dio en momentos de poesías propias.

Cuando Camila salió de bañarse, me tardé mucho en meterme, pues no podía dejar de decirle cuánto la amaba.

-Hey, Camz.- Le dije al estar dentro del baño.

-Dime, Lern.- Me contestó con un brillo en sus ojos que sabía jamás se apagaría.

-Te amo.- Sonreí al decirlo.

-Te amo, te amo, te amo.- Dijo al tiempo que dejaba lo que llevaba en las manos para acercarse a mí.

-Te amo, Camz, te amo.- Muchas veces antes de éste día, pensaba que el decir "te amo" era una gastadera de sentimientos, pues nunca sabías si realmente amabas a la persona o sólo la querías. Es un dato interesante mío que suelo repasar en algunos momentos de mi vida.

-Te amo muchísimo más.- Y después de diez minutos de miles de "te amo" provenientes de nuestros labios que se morían por tocarse, decidí meterme a bañar, para así tener más tiempo con Camila.

Al salir, bajamos juntas a desayunar tomadas de la mano; ése día faltaríamos a la escuela, los maestros avisaron que no sería mala idea quedarnos en casa y aprovechar el tiempo, justamente eso hicimos.

-Camz, ¿podrías pasarme eso?- Le dije señalando la caja de cereal.

-¿Camz?- Preguntó Taylor mientras Camila me pasaba la caja y sonreía.

-¿Qué tiene de raro "Camz"?- Le pregunté.

-Es un apodo lindo, ¿cómo se te ocurrió?- Puso sus codos sobre la mesa demostrando interés.

-Todos la llaman Mila, yo la llamo Camz, porque es especial para mí.- Tomé su mano al decir esto.

Taylor cubrió su rostro dándonos a entender que se estaba muriendo de la ternura.

-Les juro que voy a entrar en un coma diabético por tanto amor entre ustedes dos.- Dijo Chris terminando su desayuno y levantándose a dejar el plato que después sería lavado.

Cuando todos habíamos terminado de desayunar, Camila y yo subimos a la habitación, ella no sabía que le tenía una sorpresa preparada, así que, simplemente se la di, sin una explicación previa.

-Esto es para ti, Camz.- Le dije y extendí el regalo hacia ella.

-Gracias, Lolo.- Dijo con emoción y se dio cuenta de qué era.- ¿Un poema?- Preguntó con una sonrisa en la boca, y desdobló la hoja para leerlo.

"Yo te quiero no por lo que me has dado,
sino por lo que juntas nos hemos regalado,
así como cada momento a tu lado,
y cada día que despiertas a mi costado.

Tenerte y amarte son palabras diferentes,
la una sin la otra suenan poco incompetentes,
desde hoy hasta siempre las junto eternamente,
pues tú le das el sentido y yo las escribo vagamente.

Aquel día que me olvides, búscame en el cielo,
te enseñé tantas veces las estrellas que aparecerán en un destello,
si no quieres verlas, sabrás que estoy en tiempo,
en tiempo y forma a tu lado y siempre de alguna manera vuelvo."

Después de el poema, venía una carta que le había escrito, la primera de muchas.

"Camz, mi Camz. Gracias por permitirme estar a tu lado a pesar de todo, que, sin haber pasado miles de años de amistad juntas antes de nuestra relación, supiste confiar en mí, porque yo te entregué todo de mí desde aquel día que te habías perdido, el mismo día que yo también me perdí, y si esto no es cosa del destino, sino de nuestro capricho, permíteme prometerme que escribiré en las hojas de la vida una historia junto a ti, y será todo lo que se leerá en la historia de mi vida, porque teniéndote, puedo perder cualquier cosa y no me será difícil de afrontar, pues estando tú, aprendí a ser fuerte, y espero haber dejado alguna enseñanza parecida en tu vida.
Te amo, Camila, hoy y siempre.
-Lauren Jauregui."

Pude ver los ojos de Camila cristalizarse y soltarse a llorar mientras me daba un abrazo, el abrazo más hermoso de todos.

-Dos meses de relación.- Dijo Camila entre sollozos aún en mi abrazo.- Los dos mejores meses de mi vida.- Continuó.- Y tú lo único que has hecho desde que llegaste, es ayudarme a encontrarme a mí misma, a quererme y a sentirme querida.- Levantó la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos.- Te debo mi vida, Lauren Jauregui. Te amo.- Me besó al terminar de decir eso último.- Amé tu regalo, te juro que si pudiera enmarcarlo, lo haría.- Y ambas, entre lágrimas, reímos, porque necesitábamos eso, la felicidad de una creaba la felicidad de la otra.

Ése día llevé a Camila a caminar por el parque, fuimos por un helado como solíamos hacerlo en situaciones especiales, y un tema de conversación salió desde la hermosa boca de Camila.

-Mis padres te aman, Lauren.- Me dijo y tomó mis manos, pues habíamos terminado nuestros helados.- Y Sofi también lo hace.- Agregó.

-¿Hay un porqué detrás de ésta afirmación?- Le pregunté divertida.

-Porque me haces feliz.- Dijo y una sonrisa sincera se pintó en su rostro.- Me haces feliz como nunca nadie lo había hecho.

Esas palabras fueron suficientes para levantarme de la mesa y besarla, sin importarme cuánta gente se encontrara ahí, Camila era lo más importante para mí.

Caminamos de nuevo, hasta que la noche cayó y nos cubrió con su manto de oscuridad mientras las estrellas brillaban en el cielo, otra vez.

-Desde que te conocí, las estrellas han estado día a día en el cielo.- Le dije mientras estábamos sentadas en una banca mirando hacia éste.

-Representa nuestro amor.- Me dijo.- Al principio, podíamos apreciar una que otra estrella, y pocas veces la luna.- Continuó.- Ahora, cada día se encuentra más y más lleno de éstas.

Tomó mi mano y caminamos a casa una vez más, poco faltaba para que viviéramos juntas, pero, mientras tanto, vivíamos nuestro amor de poesías propias y palabras entrelazadas.

Dormí con ella una vez más.

Un poema.- Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora