E P Í L O G O

244 24 9
                                    

Bien.
Me encantaría comenzar con éste epílogo agradeciendo a cada uno de ustedes por llegar hasta aquí y darle una oportunidad a éste fic.

Reitero lo que anteriormente había dicho, tal vez con otras palabras, pero la misma idea.

Sé que no es perfecto, sé que, como todos, tiene fallas, pero me enorgullezco de haber decidido compartir un fragmento de mi vida a través de una historia que, durante tanto tiempo, dudé que podría llegar a ser buena, y si así es, realmente es por ustedes, que con su apoyo me ayudaron y motivaron para seguir siempre adelante.

Me encantaría agradecer especialmente al mejor amigo de todo el mundo, Yael, que, a pesar de todos los problemas que se han presentado, siempre tuviste tiempo para mí, y gracias por querer ésta historia tanto como yo la quiero.

A Denisse, mi hermana, que siempre iluminó mi mente con ideas increíbles y situaciones extravagantes.

Y a ti, que lees esto, desde el primer capítulo hasta llegar a lo último.

No será la última vez que sepan de mí, espero sigan conmigo a través de mis historias y me ayuden a mejorar siempre

¡Gracias!

.

.

.

Lauren y Camila tenían un vida pacífica, ellas estaban acompañadas por su única hija, Emma, que tenía la edad de tres años.

Habían aceptado en su vida a esa pequeña criatura cuando tenían 24 años, planeado tener una familia y siempre cuidar de ésta.

-¿Estás lista para tu primer día de clases, cariño?- Preguntaba Camila a su hija, mientras esperaba a su futura esposa que estaba a punto de terminar su rutina diaria para maquillarse.

-Sí.- Contestó segura la pequeña Emma, había aprendido a hablar muy rápido, lo cual sorprendía a Camila y a Lauren.

-No puedo creer que nuestra pequeña Emma vaya al Kider, ¿en serio crecen tan rápido?- Preguntó Lauren a su novia mientras se acercaba a ella y a su hija, intentado no arruinar su maquillaje por tercera vez.

Ambas salieron de su casa, tomando cada quien una mano de la pequeña Emma.

-¡Playa!- Gritaba Emma mientras se dirigían al carro.

Y sí, Lauren había cumplido lo que había dicho, ahora vivían en una casa cerca de la playa.

Cuando las tres estuvieron dentro del carro, Lauren dudó un momento, pero después, con una sonrisa y un beso en los labios por parte de Camila, encendió el motor y se dirigió a la escuela de su hija.

-Todo saldrá perfecto, Lern, no hay nada por lo que preocuparse.- Decía Camila mientras intentaba tranquilizar a la nerviosa Lauren, consiguiendo su objetivo.

Al llegar a la escuela de Emma, ambas se despidieron con cierta dificultad.

-Debes portarte bien, ¿sí?, te extrañaré, pero saliendo iremos por un helado, ¿está bien?- Preguntaba Lauren a su hija, todavía aguantando las lágrimas que amenazaban con salir.

-Sí, mami.- Respondía la pequeña a su madre.

-Yo también te quiero, enana, estaremos pensando en ti.- Se dirigía Camila a Emma, dándole un fuerte abrazo.

Y entre lágrimas de felicidad que se ocultaban detrás de los ojos de las jóvenes madres, se despedían de su hija con la mano, viéndola adentrarse al plantel y reunirse con una maestra, dejándola al cargo de otra que la encaminaría hasta su nuevo grupo.

-Todo estará bien con la pequeña Emma.- Escucharon Lauren y Camila una voz un tanto familiar.

-¿Troye?- Se volteó Lauren hacia su viejo amigo, que las había visto desde la distancia.

-Así es, querida.- Soltó la mano de su compañero y se acercó a las chicas para abrazarlas a cada una.- Él es Jacob.- Presentó al chico y le extendió la mano, éste último tomándola cariñosamente.- También es el primer día de clases de nuestro hijo, Yael.

-Serán buenos amigos, estoy segura.- Decía Camila mientras apuntaba al cielo, dramatizando la escena.

Ambas chicas se fueron hacia la playa cuando terminaron la conversación con Troye.

-Es realmente maravilloso que sigas en mi vida después de tantos años que han pasado.- Le decía Lauren a Camila mientras sonreía al sol.- Yo sabía perfectamente que tú eres mi alma gemela.

-Desde que te vi por primera vez, sabía que el destino quería decirnos algo al ponernos en el mismo camino.- Continuó hablando Camila, recordando lo que sintió al conocer a Lauren.- Era imposible que una chica tan linda estuviera defendiéndome a mí.

Las dos chicas rieron ante esto.

-Te amo tanto, Camila.- Dijo Lauren a su novia, mirándola como si fuera la obra de arte más admirada de todas.

-Y yo te amo a ti, Lauren, con todo lo que soy, con cada pedacito de mi ser.- Contestó Camila mientras se inclinaba para darle un beso en los labios a Lauren.

Algunas horas después, regresaron por Emma a la escuela, y como Lauren había prometido, le compraron un helado.

Pasaron tiempo fuera de su casa, hasta que decidieron regresar cuando la luna aparecía.

-Tus ojos son tan hermosos como los de mamá Lauren.- Le decía Camila a Emma, acariciando su mejilla.- Tan verdes, tan únicos...

Lauren, Camila y Emma se sentaron en el suelo de la habitación de Emma, viendo hacia la ventana que estaba en frente de su cama.

-Las estrellas son hermosas.- Dijo la pequeña Emma a las chicas, señalándolas.- Y esa que brilla más.- Señaló específicamente una estrella.

-¿Quieres que te cuente un lindo cuento?- Le preguntó Lauren a su hija.

-¡Sí!- Respondió Emma animada.

-Había una vez, una pequeña luciérnaga que salía a viajar por el mundo a la mitad de la noche...

Cuando Lauren terminó de contarle el cuento de la pequeña luciérnaga a Emma, dejó que descansara en su cama, pues les esperaba otro día lleno de emoción al ir a la escuela.

Camila y Lauren regresaron a su habitación, dispuestas a dormir.

-Por otro día más juntas.- Le dijo Camila a su novia.

-Por otro día más, mi amor.- Contestó Lauren dejando un beso en los labios de su novia, y ambas durmiendo al mismo tiempo.

Y ése es el poema que se cuenta en las calles, sobre dos personas que supieron amarse a pesar de las dificultades.

...

"Cuando te decidas quererme como yo te quiero, estaré esperando en el mismo lugar de siempre, y, ¿sabes por qué nunca cambio de lugar?, simple, para que siempre sepas dónde encontrarme.
-NHM."

Un poema.- Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora