11.- Razón para vivir.

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POV Lauren.

Decidí faltar a clases, pues los golpes que había recibido por parte de Shawn, aún dolían, aún ardían, y aún estaban en mi mente, tanto que desearía olvidar tan solo su existencia misma.

Tomé un libro del estante cercano a mi cama y lo abrí, comencé a leer, y me perdí en el absolutismo de las letras y las frases infinitas que el autor había logrado mantener vivas mientras la gente las apreciara y las guardara en su corazón como una enseñanza.

Después de leer los primeros capítulos del libro, lo dejé de un lado para descansar en mi cama, anhelaba que mis padres regresaran, necesitaba que estuvieran aquí, pues me sentía sola, me sentía triste y enferma, pero, peor que todo eso, me sentía inútil, idiota, necesitaba a alguien y nadie estaba ahí, sólo Camila, pero no estaría todo el tiempo que la necesitara y tendría que aprender a lidiar con eso, con el sentimiento de soledad y olvido, los cuales temo demasiado.

Hablé por mensajes con Lucy, me contaba todo lo que hacían y todo lo que me había perdido, me contó que Austin miraba a Camila con tanto odio que sintió un choque electrizante en su cuerpo por tan solo esa mirada amenazante, me contó que la ayudó en varias cosas que no entendía y que estuvieron hablando de mí por un rato.

Cómo desearía que ella estuviera aquí.

POV Camila.

Cómo desearía que ella estuviera aquí.

La extraño, pero la entiendo.

Sé que pasó un mal momento ayer por culpa de Shawn, así que, estaba mejor que se quedara en su cama tranquilamente descansando.

Me aterraba la manera en la que Austin me miraba, ya no era la misma mirada que me dedicaba para tratar de conquistarme, ahora me detestaba, tal vez por saber cuál era su plan, o, simplemente, por ser amiga de Lauren Jauregui.

Lucy, la amiga de Lauren me ayudó en algunas cosas que me sacaban de mis casillas al no entender ni la mínima parte.

Las clases se me hacían eternas y aburridas, quería que terminaran, no sacaba ningún cuaderno, no anotaba ninguna de las cosas que los profesores decían, ni siquiera les prestaba atención, y con eso me gané varias décimas menos en todas las materias.

A la hora del almuerzo, quise ir a la casa de Lauren para asegurarme de que ella estaba bien, pero una molesta compañía apareció cerca de la prepa.

-Camila Cabello, qué lindo verte una vez más.- Su sonrisa era cínica e intimidante, ahí estaba parada Ariana de nuevo, con sus hipocresías y falsas palabras.

-¿Por qué siempre apareces cuando nadie te está esperando?- Una expresión desconcertada cubrió su cara y pude notar que no se esperaba que le contestara de ése modo.

-¿Tan mal te caí?- Cambió su cara por una sonrisa tan grande que creí podría entrar una persona en ella.

-Hasta luego.- Entré al plantel de nuevo, que me disculpara Lauren, pero se me habían quitado las ganas de todo.

Caminaba por ahí, tratando de despejar mi mente, y recordé entonces el beso de anoche y todas las emociones que se alborotaron en mí, sabía lo que sentía por Lauren, pero asumirlo aún era algo que me costaba, podía decírmelo a mí misma, pero confesárselo a ella sería sin duda alguna, la cosa más difícil que haya tenido que afrontar.

Regresé al salón, no sin antes recibir un violento empujón por parte de Austin, le di la mínima importancia y entré, me encontré con Ally, Dinah y Normani.

-¡Hey, Mila!- Gritó Ally desde su lugar y me acerqué a ellas.- ¿qué ha pasado con Lauren?, no es normal que falte a clases.

-Pues, tuvo unos cuantos problemas ayer por la mañana.- Contesté recordando cómo la había encontrado golpeada, apenas caminando.

-¿Es cierto el rumor que se corre?- Me preguntó Normani con los ojos muy abiertos.- Tú sabes, que Shawn Golpeó a Lauren.

-Sí, son ciertos.- Las tres chicas cubrieron su boca con sus manos y sus expresiones relajadas y divertidas fueron reemplazadas por angustia y dolor.

-¿Ella está bien?- Preguntó Dinah.

-Supongo que lo está, no he tenido la oportunidad de verla, otra vez se me atravesó Ariana.- Sí, les había contado de su molesta presencia.

-Esa perra.- Dijo entre dientes Dinah.- Arruinó nuestra oportunidad de saber si Laur estaba bien o no.- Dicho esto, comenzó a golpear la palma de su mano con su puño y sólo tratamos de calmarla.

Instantes después, el profesor entró al aula y comenzó de inmediato con la clase, y ahí estaba yo de nuevo, mirando al infinito, la majestuosidad del suelo que, seguramente había sido limpiado por última vez durante la extinción de los dinosaurios.

Extraño tanto a Lauren, ahora no estaba ahí para tomar repentinamente mi mano, o mirarme mientras estaba distraída, pero pronto la vería.

Y así fue.

Salí corriendo de la prepa, ignorando los constantes llamados de Ally, Normani y Dinah.

Llamé a la puerta, y luego de unos minutos, me abrió Lauren, haciendo un esfuerzo por caminar sin lastimarse, pasé y me coloqué en el suelo, para que ella hiciera lo mismo, hablamos un rato, y después hubo un silencio, un lindo silencio, el cual Lauren rompió.

-He leído un cuento, ¿quieres escucharlo?- Me preguntó mirándome fijamente a los ojos.

-Me encantaría.- Respondí con una sonrisa en el rostro.

-Hace mucho, mucho tiempo, existía un caballero que viajaba por todo el reino de "Sorintia" en busca de la mujer más bella, éste iba acompañado por su fiel amigo, que él llamaba "Griff", un caballo blanco, resplandeciente, que por cada lugar que pasaba, era el centro de atención. Aquel caballero que tan desesperadamente buscaba una mujer bella, se olvidó de algo demasiado importante, y esto era vivir.
Todos los días se levantaba apenas salía el sol, con nada más que una manzana en el estómago, mientras los escritores se dedicaban a sus maravillosas obras, los pintores a delinear la silueta de sus modelos en el lienzo, los músicos repasaban los pentagramas varias veces, y los esposos, cuidaban de su familia y los llevaban a divertirse. Lo que hacía el caballero, no era vivir, al contrario, él apresuraba su muerte, pues creía que su vida comenzaría cuando encontrase a la mujer ideal, con un porte refinado y vestida como la doncella más perfecta de todas, pero existía una realidad, y no era nada comparado con su ilusión.
Pasaron días, meses, años, tal vez varios lustros, hasta que la encontró, aquella mujer que se paseaba orgullosa por sus sueños y su mente, llegó, y se tomó el tiempo de conocerla, de hacerla feliz; y así, después de varias salidas, terminaron juntos. Me gustaría decir que se casaron y tuvieron muchos hijos, me gustaría decir que vivieron felices para siempre, pero sólo estaría modificando la historia.
Dos meses después de que compartían su felicidad, y sus vidas estaban llenas de amor, el caballero murió, dejando solos a su caballo y a su hermosa mujer, pues él no comprendía la vida, y la dejó pasar, sin siquiera haberla vivido. Y, supongo que es el final.

Me quedé sin palabras.

-¿Comprendes el mensaje, ¿Camz?- Preguntó Lauren.

-No dejes de vivir por algo que llegará por su propia cuenta, porque hay cosas más importantes que olvidamos por un capricho.- Le contesté.

-Así es.- Dijo ella.

Hablamos un rato más, luego la ayudé a subir a su habitación, y sin pensarlo, nos quedamos dormidas abrazadas sobre la cama.

Y qué mejor razón para vivir que ésta.

Un poema.- Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora