7.- Por segunda vez.

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POV Camila.

Esa fue la primera vez que le dije a Lauren Jauregui que la quería, la primera vez de muchas, la primera de toda una eternidad llena de ésta frase.

Debo admitir que, desde ése momento, no dormí, esa noche no lo hice, me quedé pensando, todo el tiempo fue lo único que hice, pensar, reflexionar, pensar, reflexionar y regresar al principio de la lista.

Escuché la ligera respiración de Lauren sobre mi pecho y puedo asegurarles que fue la cosa que más ha despertado en mí ése deseo de no quererme separar jamás de ella, sentía que estaba completa, que eso es lo que quería hacer el resto de mi vida, pasar un día increíble con las chicas, sus risas, miradas y preguntas descontroladas, terminar diciéndole a Lauren cuánto la quería y, finalmente, dormir a su lado, desearle la mejor de las noches y susurrarle mientras dormía todas las razones por las que deseaba pasar el resto de mi vida a su lado.

Porque yo ya no la consideraba mi mejor amiga.

Ni mi amiga.

Ni una conocida.

Tampoco una hermana.

La consideraba la otra mitad de mi corazón.

¿Mi alma gemela?

Todo.

No sé cuándo fue que cerré los ojos, ni siquiera sé si soñé algo, pero cuando una tenue luz entró por la ventana de Lauren, supe que ya era de mañana.

Me moví y noté que Lauren no estaba a mi lado.

¿Y si se había ido?

¿Me abandonó?

"Camila, eres una idiota. Es su casa, de querer abandonarte, te echa de ahí.", pensé, y bah', por supuesto, lo olvidé.

Antes de levantarme de la cama, revisé mi celular que estaba en la mesita de lado y vi que mi madre había mandado un mensaje después de 10 intentos de llamadas, todas fallidas, claro, el mensaje decía.

"Mila, hoy regresamos a casa, traté de marcarte varias veces, pero al parecer, Lauren es increíble con eso de que tus oídos no logren captar los intentos de una madre desesperada por llamar a su hija.
En fin, nos veremos pronto.
Saludos a Lauren.
Te queremos."

Fue después de leerlo que bajé a buscar a Lauren para ver si estaba, y qué grata la sorpresa con la que me recibió, una vez más, el desayuno estaba sobre la mesa con la señorita Jauregui sonriendo al verme bajar por las escaleras.

-Vaya, Lauren, siempre consigues la manera de sorprenderme.- Dije mientras me acercaba a ella para abrazarla como pequeño agradecimiento.

-A las chicas lindas siempre se les sorprende.- Fue lo que dijo antes de guiñar el ojo.

Por Dios.

¿Quieres matarme, Lauren Jauregui?

Porque créeme...

... vas por el camino correcto.

Nos sentamos en la mesa para disfrutar del desayuno y compartir una que otra anécdota que, de la nada, salían para que no fuese el típico ambiente de siempre.

Lauren me contó que su hermano, Chris, estaba mejor que nunca después de su pasado poco agradable, que ahora es un adulto responsable y un excelente padre, que, después de todo, había servido todo el apoyo de su familia hacia él, y que jamás se arrepentiría de todo lo que sufrió para verlo llegar a lo que es hoy.

Por mi parte, le conté de las experiencias infantiles que pasé con Sofi, cuando tenía tres años y decidió pintar toda la pared de mi habitación, cuando cumplió seis y se volvió la niña más insoportable del mundo, cuando tenía ocho y manchó de pintura mi blusa favorita, y claro que eso fue a propósito, a los ocho no haces eso por accidente, pero que ahora era una buena niña de trece años que crecía tanto física como mentalmente y me enorgullecía de lo que había cambiado.

Fue como una mañana de cuentos, pues Lauren es la única persona que me escucha y habla conmigo, y eso me hace sentir completamente querida, me hace sentir lo suficientemente segura de querer estar con ella todo el tiempo que me quedaba de vida y después de ésta, y en otras vidas, durante siglos, para terminar juntas en la muerte, y aunque quería prometérmelo a mí misma, no lo hice, porque sé que muchas veces, las promesas no se cumplen, así que decidí demostrarlo, y que no fueran palabras huecas que aparecen en mi mente para convencerme de que era capaz de muchas cosas, quería e iba a hacerlo.

POV Lauren.

La mejor mañana de mi vida.

Tenía sentada justo en frente de mí a la persona que había revolucionado todo lo que era en unos cuantos meses, que claro, acepté hasta hace unas horas.

Decidí llevarla por un helado, porque hace tiempo que no íbamos por uno, desde que vimos las estrellas en el cielo y le prometí escribirle un poema.

Llegamos a la heladería, ella pidió uno de algodón de azúcar, y yo uno de taro, nuestros favoritos, sin duda.

Por azares de la vida y el destino, fuimos al parque que quedaba cerca de su casa, pero aún no era de noche, así que observamos las nubes, había muchas personas a comparación de aquella vez que fuimos, iba de la mano con Camila, y una voz bastante desagradable logró que mi mente se despejara y volteara a verla.

-Vaya, Camila Cabello tiene una novia.- Dijo una chica pelirroja que no me daba buena espina.- Mucho gusto, soy Ariana Grande, ¿cómo se llama la novia de esa chica tan perfecta?- No, no, no.

-Lauren Jauregui, ahora, sal de nuestro camino.- Protesté.

-Uy, Camila, creo que tu novia se enojó.

-Basta, es la segunda vez que te veo y simplemente no puedo soportar tu presencia.- Dijo Camila con un tono bastante molesto, nuestro día iba tan bien...

-Te veré pronto, Camilita, antes de lo que piensas, realmente.- Dicho esto, dio media vuelta y se fue.

-Qué asco de persona.- Dijo Camila y me jaló de la mano.- Regresemos a casa.- Sólo asentí.

"Regresemos a casa."

"Regresemos a casa."

"... a casa."

Quería regresar a casa, algún día, nuestra casa, la casa "Jauregui-Cabello".

Lo mejor de todo, era que no fui yo quien lo dijo y se ilusionó con esto, fue ella, y supe que no mentía, no lo hacía.

Y fui feliz.

Por un tiempo lo fui.

Y todo gracias a...

... Camila Cabello.

Te quiero, Camila, por segunda vez.

Un poema.- Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora