35.- F I N A L.

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POV Lauren.

-Yo también te amo, Camila Cabello.- Traté de decir con dificultad, mi respiración todavía estaba entrecortada y mi cuerpo seguía temblando ante el placer que había sido provocado en él.

No podía ver a Camila, pero sabía que estaba sonriendo, sabía que esa sonrisa era para mí y sólo para mí, con eso me bastaba para ser feliz.

Cuando sentí mi respiración volver a la normalidad, pude notar que Camila se había quedado dormida sobre mi pecho completamente desnudo.

-Será un gran problema si las chicas vienen por la mañana, Camz.- Le dije al cuerpo dormido de Camila.- Hay un montón de ropa en el suelo, seguro harán un sinfín de preguntas acerca de nuestra primera noche como novias oficialmente.- Reí por lo bajo.- Descansa, pequeña, te amo demasiado.- Dejé un beso en su frente y me acomodé para poder hundirme en un sueño profundo.

Cuando abrí los ojos, me encontré con otros ojos de una tonalidad café chocolate completamente hermosos, esperaban que me despertara por mi cuenta.

-Buenos días, dormilona.- Escuché que dijo, hice un esfuerzo por acomodarme en la cama para estar a la altura de su cara. Besé sus labios por unos segundos, y contesté al separarme.

-Buenos días, Camz.- Pude contestar al estar completamente despierta.

-Dinah me mandó un mensaje, llegarán hasta la tarde para recoger sus cosas, hoy van de regreso a Miami.- Escuché algo de tristeza en su voz, sabía perfectamente que extrañaría la maravillosa compañía de las chicas.- Es bueno que regresen, allá tienen a toda su familia, y también necesitan de ellos.

-¿No regresarás tú?- Recordé que, al fin y al cabo, ella también había venido de visita.

-¿Y para qué regresar?, el amor de mi vida está en Los Ángeles, no necesito de nadie más tieniéndote a ti.- Me dijo mientras besaba mis labios.

-Vamos a Miami.- Solté de repente, causando sorpresa en Camila.

-¿Qué?- Preguntó confusa, pero con un poco de emoción en su voz.

-Vamos a Miami.- Repetí.- Si quieres, después regresaremos, o podemos quedarnos allá.- Propuse.- Pero, creo que nos hace falta un poco el sol de la playa y la arena en nuestro cuerpo.

-¡Eso sería increíble Lauren!- Se acercó un poco más a mí, todavía sobre la cama, y me abrazó, sabía que anhelaba regresar durante algún tiempo.

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-¡Lauren!, ¡Por Dios!- Dijo mi mamá mientras abría la puerta y me encontraba ahí mismo parada.- ¡Mike!, ¡Ven rápido!- Le gritaba a mi papá, esperando respuesta.- ¡Lauren está aquí!

-¿Qué?, ¿Lauren?- Preguntó desde el piso de arriba mi papá, sorprendido por lo que acababa de escuchar.

-Hola, pa'.- Me dirigí hacia unas vacías escaleras, que pronto tendrían encima de ellas la silueta de mi padre, corriendo hacia mí para abrazarme.

-¿Cómo es que estás aquí?, Dios, creíamos que nunca regresarías a vernos.- Preguntó mi mamá mientras se sentaba en el sofá de la sala, yo sentándome en frente de ella.

-Bueno, Camila regresaría a ver a sus padres y pensé...

-¿Camila?- Había interrumpido mi papá.- ¿Camila Cabello?

-Sí, Camila Cabello.- Respondí.

-Te lo dije, un amor como ése difícilmente se termina.- Concluyó mi mamá.

Después de un tiempo con mi familia. organicé mis cosas y salí directo a la casa de Camila, para llevarla al lugar que más queríamos.

-¡Hey, Sinuhe!- Saludé a su mamá, que se encontraba sorprendida de verme ahí.

Salimos en mi carro, con ropa en unas maletas y música a todo volumen a través de la carretera.

Llegamos hasta una playa que solíamos visitar cuando éramos adolescentes, caminamos hasta la orilla y nos sentamos ahí, mientras las olas subían a nuestros pies y se rompían en estos.

-Extrañaba éstas vistas.- Dijo Camila mientras tomaba mi mano.- Más extrañaba tu presencia cuando venía.

-Podremos venir cuantas veces se nos antoje.- Le dije con total seguridad.- Y tal vez, algún día, compremos una casa cerca de la playa, para poder venir cuando sea, sin problema alguno.

-¿Ya te había dicho cuánto te amo?- Preguntó.

-Me encantaría escucharlo una vez más.- Le respondí mientras acariciaba el dorso de su mano.

-Te amo.- Dijo y sonrió ampliamente, como tanto me encantaba que lo hiciera.

-Te amo, te amo mucho más.- Contesté a lo que anteriormente había dicho.

Fuimos por un helado para disfrutar mientras todavía pegaba el sol del mediodía.

Después de algunas horas jugando con las olas, empapándonos completamente en el mar y rodando como niñas pequeñas en la arena, decidimos cambiarnos de ropa e ir a algún restaurante para comer algo.

-Me encantan los camarones, ¿lo sabías?- Le comenté mientras llegaba el cóctel de estos que había pedido.

-Me encantas tú.- Soltó de repente, y la miré con tanto amor que se me hacía difícil mantener el pulso normal de mi corazón.

-Y tú me encantas a mí, Camz.- Contesté al relajarme.

Cuando por fin terminamos de comer, pensamos que darle una vuela al viejo parque que se encontraba por aquella que solía ser mi casa sería una buena idea.

Nos sentamos en una banca y hablamos durante una hora, el sol se escondía y la luna comenzaba a anunciar su presencia, acompañada de las hermosas estrellas.

-Siempre nuestras, mi amor.- Susurré en el oído de Camila, y sonreí al terminar de decir eso, después, me besó, no había un final para ése beso.

Por el momento, dormiríamos en la ahora casa de mis padres, para después pasar tiempo con nuestras familias, pero mientras, éramos absolutamente inseparables.

-¿Algún día dejarás de amarme?- Tuve el valor de preguntarle, mientras ella jugaba con los dedos de mi mano, eso siempre había caracterizado mucho nuestra relación.

-Nunca, Lern, jamás en la vida podría dejar de amarte, eso te lo he demostrado incondicionalmente.

-¿Sabes qué es lo que nos espera?- Pregunté de nuevo.

-¿Una vida juntas?- Contestó estando segura.

-Una eternidad juntas.- Corregí y sentí su sonrisa salir al mismo tiempo que la mía.

-Esto es algo que no terminará jamás.- Aseguró.

-Somos un poema Camz, un poema que incluye los diferentes problemas sobre una relación, un poema no escrito, un poema vivido.

Y así, nuestra vida fue un poema, que estaba tatuado en nuestro corazón, y seguiría siendo recitado el resto de nuestras vidas.

Un poema.- Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora