POV Camila.
La noche caía de una manera espectacular aquel 5 de julio.
La brisa era suave, esa que entraba por las ventanas mientras Lauren conducía y en los asientos traseros las chicas cantaban lo que se oía en el estéreo de Lauren, One Direction, en específico.
Decidimos que esa noche no se terminaría a las 10:00, pues había mucho que festejar.
Lauren manejó hasta otro parque que era poco conocido, a pesar de lo hermoso que era.
-¿Sabes por qué decidí que éste parque sería mejor que el anterior?- Me preguntó mientras caminábamos tomadas de la mano, detrás de las chicas.
-Creo tener alguna idea, pero, preferiría que me lo dijeras.- Sonreí mirando al cielo, con la certeza de que Lauren no sabría sobre mi sonrisa.
-Las estrellas se ven mejor aquí... y tu sonrisa significa demasiado para mí en estos momentos.- La había notado, lo cual provocó una sonrisa todavía más grande, bajando mi mirada hasta el suelo para tratar de controlarla y apretando la mano de Lauren.
Era un parque increíble, tenía un pequeño río falso, realmente pequeño, podíamos atravesarlo por el puente que se encontraba justo a través de él, habían muchas flores, había un perfecto alumbrado para resaltar todo lo bello del parque, todavía veíamos personas caminando, viviendo su vida día con día.
Lucy, Dinah, Normani y Ally decidieron que irían hasta el otro lado del parque, para darnos un poco de privacidad y poder disfrutar un rato sólo nosotras.
-¿Cómo pudimos ser tan idiotas al dejarnos ir la una a la otra?- Solté de repente, sin siquiera tenerlo planeado, sólo salió de mi boca.
-La gente actúa como idiota cuando no sabe lo que está pasando y sus opciones se agotan.- Me respondió naturalmente, supe al instante que más de una vez lo había pensado.
-Sí, es cierto, y yo soy la mejor idiota.- Recordé cuando le escribí la nota felicitándola por su cumpleaños en una servilleta.
-Y tú a mí me tienes idiota.- Dijo Lauren mientras nos deteníamos para sentarnos en una banca.
Rodeó mi cuello con su brazo en forma de abrazo, y con su mano libre, tomó la mía, jugando con mis dedos.
-Quiero aprovechar cada segundo de vida que me queda a tu lado, quiero crecer contigo, quiero ser tan feliz que la gente se olvide de sus penas cuando nos vean, quiero que todo el tiempo estés bien, quiero hacerte bien, hacerte sonreír, simplemente quiero lo mejor para ti hoy y siempre.- Lauren había comenzado a mencionar todas las cosas que realmente quería, y sentí cómo mis ojos se humedecían de nuevo, la felicidad invadía todo mi ser y no le dejaba paso a la tristeza.
-Te amo demasiado, Lauren Jauregui.- Volteé mi cara para poder depositar un beso en sus labios, uno que nos dejó a ambas sin aliento.
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Recorrimos todo el trayecto desde la puerta hasta la habitación de Lauren besando cada parte del cuerpo de la otra con deseo y lujuria.
Al llegar a su habitación, Lauren me sentó en la cama, poniéndose encima mío, recostándome y quedándose con el absoluto poder sobre mi cuerpo, seguíamos besándonos sin detenernos, creando tatuajes en nuestra piel.
Logré quitar la playera negra que llevaba puesta y comencé a dejar suaves besos en su pecho, pasando por el sostén sin tener la necesidad y la intención de quitarlo aún, acaricié su espalda creando un recorrido con mis dedos que llegó hasta los jeans que llevaba puestos.
Lauren se enderezó por un momento para poder quitar los jeans, yo aproveché para deshacerme de la blusa que llevaba y seguí besándola, ansiando sus caricias desde hace tiempo.
Pasó su mano por mi pecho, dejando caricias en éste, destrozando mis labios con cada beso, y de un momento a otro, ambas nos encontrábamos completamente desnudas, ahora era yo quien estaba sobre Lauren, tomando el control.
Pasé mi rodilla por su centro, creando una fricción constante, causando que varios gemidos salieran desde los ahora hinchados labios de Lauren.
Nuestros cuerpos llevaban una perfecta sincronía que sabíamos cómo manejar, sus manos comenzaron a jugar con mis pechos, y ahora nuestros gemidos resonaban en toda la habitación.
Dejé de crear fricción con mi rodilla y dirigí mi mano hasta llegar al punto sensible que tanto había anhelado.
Comencé jugando con dos dedos, creando una todavía más placentera fricción, podía escuchar la respiración entrecortada de Lauren y cómo temblaba ante esto.
Después de algunos minutos que ocupé recorriendo su cuerpo con mis labios, introduje dos dedos dentro de Lauren, embistiendo suavemente para poder recordar los viejos tiempos a su lado, todavía podía notar su temblor y respiración agitada, sus gemidos exigiendo más, y más, y más.
Mientras mantenía el constante movimiento con mis dedos, saliendo y entrando con un poco de suavidad, dejé de besar a Lauren para acomodarme a su lado y tener más de ella.
Su espalda se arqueaba y sus labios se abrían para dejar escapar leves gemidos, hasta que aumenté la velocidad y fuerza en las embestidas, consiguiendo que pasados unos minutos, Lauren llegara al clímax, cayendo rendida sobre su cuerpo.
Éramos una insana mezcla entre sudor, poca cordura, respiraciones agitadas y un dejo de amor adolescente.
Tomamos nuestro tiempo para recuperarnos del esfuerzo físico, y cuando menos me lo esperaba, Lauren retomó nuestro placentero ambiente lujurioso.
-Lauren...- Dejé escapar mientras marcaba un largo camino de besos que iban desde mi cuello hasta mi abdomen.
No quería que éste momento terminara nunca, simplemente no quería que pasara a ser un recuerdo.
Ahora ella tenía el poder, causando en mí inevitables gemidos y cada vez una respiración más difícil de mantener.
Repitió mis acciones, siendo sutil al principio y terminando con una fuerza y velocidad increíble, algo que sólo nosotras podíamos comprender.
Me recosté sobre su pecho, ambas agitadas todavía, eran alrededor de las 2 de la mañana y el único ruido que se escuchaba era el de nuestros pulmones tratando de recuperar todo el oxígeno perdido, aunque había valido completamente la pena perderlo.
-Yo también te amo, Camila Cabello.- Y ése día dormí tranquila.
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Un poema.- Camren.
FanfictionHay poemas que relatan la vida de un eterno amor, poemas que relatan la tristeza de un corazón roto, otros que sueñan con encontrar el amor de su vida, pero, ¿existe uno que contenga todos esos temas?, eso pasa cuando Lauren Jauregui, considerada un...