III

1K 63 0
                                    


CAMILA C.


Mi noche resultó bastante genial considerando la manera en que comenzó. Finalmente conseguí ver la pintura de Tristan, incluso pedí permiso para ponerlo en mi pared porque megustó mucho. No conseguí hacer las galletas con mi mamá, pero pude hacerlas yo, lo que es mejor que nada. El autobús va a estar aquí para recogerme pronto. No estoy muy entusiasmada con eso. A pesar de que fui capaz de olvidar todo anoche, eso no quiere decir que lo que pasó ayer haya desaparecido por completo. No puedo escapar de ello, sin importar lo mucho que quiera hacerlo, porque el problema vive justo al otro lado de la calle. Estamos obligadas a vernos la una a la otra y todo va a venir de vuelta.

No será más fácil en la escuela. Las chicas que estuvieron allí ayer, ayudando a Dillon y Tim a hacerme esas cosas, me perseguirán por los pasillos. Me gritarán apodos, empujándome por ahí y haciendo todo lo posible para asegurarse de que mi día sea mucho más difícil. Los he visto hacerlo con otros chicos antes, así que sé lo que me espera.

Quería que mamá llamara a la escuela para reportarme enferma, pero me acobardé al preguntarle. Realmente no quiero ir hoy, especialmente si Lauren va a estar allí, pero esconderme en casa tampoco es una opción. Mamá siempre me dice que lo mejor es afrontar las cosas de frente. Así que eso es exactamente lo que voy a hacer. Solo espero que el miedo que siento no termine empeorándolo todo. Esa es la cosa que nadie entiende. Los accidentes que tengo, ocurren cuando estoy asustada. Comienza con mi corazón acelerándose, lo que he oído es normal para otros chicos también, pero conmigo solo crece y crece hasta que no puedocontrolar la respuesta de mi cuerpo.

— ¡Camila! ¡El autobús está aquí! — Escucho a mi mamá gritar desde las escaleras y me trago el incómodo nudo en mi garganta. 

Es la hora. 

No hay vuelta atrás ahora. Solo tengo que recordarme seguir respirando y salir de esto, sin importar cuán malo sea.

Eso es más difícil de hacer mientras subo al autobús y veo las caras de los otros chicos como yo. Todos ellos tienen sus propios desafíos que deben afrontar, al igual que yo. Solo espero que por conocerme, Dillon y sus amigos no lo giren hacia ellos después. No estoy segura de sí me lo merezco o no, pero sé que ellos no. Tuve un sueño anoche, sobre cómo serían las cosas cuando llegara a la escuela hoy. Todos olvidarían lo que pasó y las cosas volverían a la normalidad. Yo me desvanecería en un segundo plano como siempre lo he hecho y nadie meprestaría atención. 


Fue un gran sueño. 

Es una lástima que no sea la realidad, para nada. Al momento en que me bajé del autobús, los apodos comenzaron a llegar. Puedo oír las palabras "retardada" e "idiota" siendo tosidas en susurros, viniendo de todas las diferentes direcciones, por lo que nisiquiera puedo decir si solo una persona lo hace. Lo tomo todo mientras mis pies agarran velocidad, pero es lo que escucho luego, lo que más duele.

— ¿Escuchaste que se orinó delante de todos?

— Escuché que realmente pensó que Dillon la quería.

— Como si alguien quisiera ir al baile con esa rechazada.

— ¿Qué pensaba Dios cuando la hizo? Está defectuosa. Su madre necesita devolverla.

Las lágrimas se están construyendo en las esquinas de mis ojos y no quiero que nadie las vea, así que empiezo a correr, empujando a los chicos que llegaron a la puerta primero y acelerando aún más mientras corro hacia el baño más cercano. Todo lo que necesito es un cubículo con una puerta que en realidad se cierre y unos minutos para recomponerme. Estaré bien si consigo eso. Sé lo que viene si no lo hago a tiempo. La misma cosa que los chicos hablaban hace segundos. No puedo dejar que eso suceda. No puedo dejar que todos me vean romperme. Tengo que ser más fuerte que esto. El baño de las chicas entra en la vista, pero antes de que pueda alcanzarlo para empujar la puerta, soy balanceada y girada por un fuerte par de brazos que no puedo reconocer. Empiezo a luchar contra ellos, queriendo liberarme y esconderme antes de que todo se derrumbe, pero soy impotente frente a la persona sosteniéndome.

COUNT ON MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora